FOTOMUSICA

MADRUGADA

Intensa y cegadora llamarada
en los cristales límpidos de enfrente,
cuando la calle está quieta y silente
bajo el fugaz albor de la alborada.

Se me quiebra la luz en mi almohada
cuando el Sol se despierta por oriente,
que ya encontré por fin mi confidente:
mi soledad querida y anhelada.

A caballo en la antena del tejado
veré pasar la vida como un río
en un desasosiego atareado.

Seré la capitana de un navío
y lo demás me tiene sin cuidado
con tal de que navegue a su albedrío.

Gracias Galatea por haberme dedidado tu soneto. Veo que me has comprendido.
Un día explicaré, para los que no cconocen las "virtudes" de Doña Soledad, mi querida amiga, las causas de como la descubrí y la felicidad que me aporta.
Un abrazo
Sofía.

Precioso poema Galatea.Os entiendo muy bien a las dos y comparto la totalidad de lo que decís.Tengo siempre la sensación de que esa añoranza de soledad es muy común en mujeres de más de cincuenta años y que, en el fondo, refleja nuestra necesidad de ser dueñas de nuestro tiempo, de emplearlo y administrarlo en y para nosotras mismas después de habernos pasado la vida dedicando una gran parte de el a los demás .Besos

Un desglose de versos como rio en su caudal
muy hermoso este Soneto, excelente poema
Un placer leer tan buena inspiración. Saludos.

Gracias, amigos. Seguiremos leyéndonos.