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CAPÍTULO IV.- PACO “PELULLES” O EL TESÓN: EL SUEÑO REALIZADO

 
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Rafael
don manuel


Registrado: 30 Jun 2006
Mensajes: 846
Ubicación: Alicante

MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 5:05 am    Asunto: CAPÍTULO IV.- PACO “PELULLES” O EL TESÓN: EL SUEÑO REALIZADO Responder citando

CAPÍTULO IV.- PACO “PELULLES” O EL TESÓN: EL SUEÑO REALIZADO. LA FUERZA DE LA VOLUNTAD (II)
(El “calvario” de Paco. Penalidades pasajeras – I).

Las adversidades y problemas que tuvo que afrontar (y solucionar) Paco “el del Teatro” para llevar a buen término, de un lado, la instalación y mantenimiento de la exposición monográfica dedicada al genio Manolo Escobar, y, de otro, el desarrollo de la gala-homenaje que él mismo había ideado no cesaron, al menos, hasta el término mismo del espectáculo.
Ya el día 30 de abril, víspera de la inauguración de la muestra discográfica y videográfica, el propio compañero en solitario se había encargado de colocar con todo primor y gusto artístico los posters y carteles que adornaban las paredes del vestíbulo del teatro y, por supuesto, el profuso y rico material de que constaba dicha exposición. Tal labor se había prolongado durante toda la jornada hasta las 9 de la noche.
El viernes 4 de mayo, a partir de las 10 de la mañana, dieron inicio las pruebas de iluminación del escenario, a la vez que se daban los últimos retoques a la decoración del proscenio. De la primera labor se encargó el técnico Joaquín Cutillas; de la segunda –consistente en la colocación y forrado de los paneles donde había de figurar la efigie del maestro Escobar en forma de póster y ubicación de grandes abanicos que adornaban ambos lados del estrado- se ocuparon el propio Paco Fernández y su compañero, el tramoyista Juan María Rubio.
Aproximadamente a las 12 de la mañana de ese día se presentaron en el teatro Francisco Ocaña y Lourdes Trabado, el primero concejal de Cultura y la segunda concejala de Servicios Sociales y del Mayor, ambos del Ayuntamiento de Armilla. Dichas autoridades llevaban consigo sendas bolsas de plástico que, inmediatamente, fueron puestas a disposición del empleado municipal y organizador del espectáculo.
- Paco –se dirigen a nuestro compañero-.aquí están las placas para los artistas participantes, en agradecimiento a su intervención.
- Vamos a verlas… -repuso “Pelulles” sin contener su curiosidad. Su rostro se transformó y con gesto de impotencia exclama-: ¡Dios mío, no puede ser! Esto está mal.
- ¿Qué ocurre? –le pregunta sorprendido el concejal de Cultura.
- En esta placa se han equivocado al grabar el apellido de su titular –Paco está desesperado-. Y ahora, ¿qué hacemos…?
- Déjame ver –contesta el edil-. En la placa se lee “Rafael Lorca”. ¿Dónde está el error?
Abatido y desmoralizado, Paco “el del Teatro” aclara:
- ¡Pues que no es “Lorca”, sino “Lora”! Confío en que esto lo podamos rectificar cuanto antes…
Los concejales no supieron qué responder y, de nuevo, se oye alarmada la voz de nuestro amigo:
- …¡Madre mía, otra placa que está mal! La de Pepe Vega… ¡Bueno, creo que esto ya es pasarse!
Era patente la indignación de Paco “Pelulles”, su sentimiento de rabia y cierto temor ante el fracaso de un acto en el cual había trabajado muy duro durante varios meses y donde tanta ilusión había puesto.
- Llama a “Ben-Hecel” [empresa encargada de la realización de las placas] –sugirió Ocaña-, les planteas el problema y exiges que le den inmediata solución.
Así lo hizo. La comunicación entablada entre Paco Fernández y el empleado de la casa concesionaria del trabajo fue tensa, aunque dio el fruto perseguido.
- Buenos días, soy Paco “el del Teatro”. Por favor, ¿con quién hablo?
- Me llamo Miguel y soy el encargado de la grabación de las placas. ¿Qué problema tiene? –preguntó.
- Ocurre que ustedes de han equivocado en dicha grabación –contestó el compañero en tono firme, serio y con cierta sequedad.
- Perdone, no entiendo.
- Como se lo estoy diciendo –continuó imperturbable Paco-. Dígame, si no es molestia, qué solución le podemos dar y lo más urgente posible, pues las placas en cuestión se entregan mañana, al finalizar la gala. Le comento los errores, si a usted le parece bien.
- De acuerdo. Adelante.
- Antes de continuar, dígame: del nombre “Rafael”, ¿qué apellidos tiene?
- Nos constan dos –responde el representante de “Ben-Hecel”-: uno es Rafael Casas; el otro, Rafael Lorca…
- Esa es precisamente la equivocación –señala Paco-. En vez de Lorca, ha de figurar Lora. Por otro lado, hay que hacer de nuevo dos placas en las que también se han observado errores. Ello ha de realizarse contrarreloj, con la máxima prioridad.
- Muy bien. Tráigamelas y a las ocho de la tarde de hoy mismo o, a lo sumo, mañana sábado de 10 a 12 horas las podrá recoger rectificadas.
A ello se prestó uno de los participantes de la gala y gran admirador de Manolo Escobar, el artista local Pepe Vega. Dicho personaje fue, asimismo, el encargado de portar el aparato de DVD con objeto de probar el “cañón” que había de ser instalado para proyectar la cinta que contenía el saludo del maestro, recogida por mí ese mismo día.
Todo quedó perfecto. Paco Fernández podía respirar tranquilo pues, a la espera de que se rectificasen satisfactoriamente las erratas descubiertas en las placas, el proyecto marchaba sobre ruedas. Además, la confirmación telefónica de hallarse la grabación personal de Manolo Escobar en mi poder venía a corroborar la quietud y el sosiego.
No obstante, algo intuía nuestro amigo que le hizo sospechar que las cosas no podían ir completamente bien: tras el almuerzo, se despide de su mujer y, visiblemente preocupado, se dirige al teatro. Allí debía supervisar uno a uno los diplomas de participación que, junto con la ya mencionada placa, habían de ser entregados a los intervinientes en el acto del día siguiente.
- ¡Santísima Madre de Dios, no puede ser posible! –exclamó alarmado-. ¡No están todos…! Falta, al menos, el diploma del grupo de Silvia [Agop] y también hay errores en el de Antonio de Faugena. Verdaderamente, yo no sé lo que voy a hacer, pues tengo el día negro, negro. ¡Creo que la voy a armar…!
Muy nervioso, llama por teléfono al coordinador cultural del Teatro municipal y trabajador en la Casa de la Cultura de la localidad, Alejandro Corral.
- “Alex” –comienza-, soy Paco “el del Teatro”. Tenemos un problema…
- Dime –contesta su interlocutor-: ¿Qué sucede?
- Se trata de los diplomas de los participantes en la gala de mañana. Falta alguno que no habéis hecho y en otro hay fallos.
- Explícate mejor –es la respuesta-. ¿Qué no hemos hecho y en qué nos hemos equivocado?
- Verás: se os ha olvidado el diploma del “Taller Municipal de Bailes de Salón”, cuya coreógrafa es Silvia y en el correspondiente a Antonio Gómez habéis puesto mal su nombre artístico: “Faugena” se escribe con “g”, no con “j”.
- Bueno, puede ser –dice Corral, restando importancia al tema-. El lunes vuelvo a hacer los títulos ya se los damos rectificados…
- ¡Nada de eso! ¡Ni hablar! –contesta muy enfadado Paco Fernández-. El error lo has cometido tú, no es ese mi problema.¡Tienes que hacer los diplomas que faltan para entregarlos todos en la gala!
- Pero… -se excusó- es que ahora no estoy en Armilla, sino en Granada.
- ¡Me da igual donde estés! Los quiero, como muy tarde, mañana por la mañana –exigió “Pelulles”, mientras su indignación iba en aumento.
- Bueno, vale. No te enfades. El sábado a última hora podrás disponer de ellos; te los dejaré en el bar de la Casa de la Cultura.
- No lo olvides –insistió Paco-. ¿Te imaginas cómo quedaríamos entregando a unos participantes sus diplomas y a otros no…?
A estos problemas, había que añadir un nuevo motivo de inquietud: hasta que yo no recogí la grabación del saludo de Manolo Escobar, y así lo hice saber a Victoria y a Paco (en el capítulo primero de la presente “Crónica” puede leerse la descripción que hice de aquel momento), el organizador del espectáculo no pudo saber exactamente el formato en que se contenía dicho testimonio. Ello preocupó en exceso a nuestro amigo: en este estado de ánimo, se despidió de su esposa y durante una hora deambuló por las calles de Armilla, pensando en el tipo de cinta y buscando las más diversas alternativas. De regreso a casa, le informan de una nueva llamada:
- Victoria quería hablar contigo para decirte que un muchacho que va a cantar mañana [“Lito”] dispone de un adaptador de cintas. Tiene previsto traerlo, por si puede valer. Te espera a las cinco menos cuarto de la tarde, en la puerta del teatro.
- Muy bien. Estupendo –fue su respuesta.
Después de cenar, al filo de las doce de la noche, Paco “Pelulles” informa mediante mensaje publicado en el foro de las gestiones que pretende realizar:
“Mañana por la mañana intentaré buscar a alguien que nos pase la cinta a DVD. Sobre el mediodía, llamaré a Rafael para que me la entregue… A ver si hay suerte y soluciono el problema antes de que “Lito” llegue al teatro por la tarde…” (4-mayo-2007).
- Esa noche la pasé fatal –recuerda el gran protagonista, en conversación mantenida recientemente- y no conseguía conciliar el sueño. No te puedes dar idea, Rafael, de lo mal que me sentía. Tuve pesadillas y me desperté varias veces. No hacía otra cosa que darle vueltas al tema, pensando en todas las soluciones posibles. Si es que las había…
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Paco Pelulles
don manuel


Registrado: 19 Oct 2006
Mensajes: 380

MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 12:42 pm    Asunto: Responder citando

Rafael amigo: Smile

¡No tengo palabras. !!Rolling Eyes

Todo lo que estás contando es cierto, y me alegro que lo escribas para compartirlo con tod@s los compañeros.

Quiero añadir que no me siento “protagonista” en absoluto.

Para mi fuimos tod@s protagonistas, cada uno en el lugar que le tocó estar.

Solo que a mi me tocó vivir esos dias y esos "momentos". digamos que mas "duros". pero al final valió la pena.

¡A tod@s os llevaré siempre en mi corazón!!.

Perdonad pero…. Es que me he puesto un poco “tonto” al leer esto. Embarassed

Un fuerte Abrazo. Paco Pelulles.

_________________
Como MANOLO ESCOBAR no habrá otro igual.
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litoescobar
don manuel


Registrado: 16 Mar 2006
Mensajes: 397

MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 3:41 pm    Asunto: Responder citando

sobervio expectacular y a la par que me quedo sin palabras, que maravilla, no me queiro imaginar como va a narrar las actuaciones, aqui mas de uno se le va a caer mas de una lagrima, estoy seguro, gracias por esa gala señor paco mi gran amigo, por todo lo que disfrute por para mi cumplir un sueño y actuar ante tanta gente, por conocer a toda la familia del foro que todos son extraordinarios, paco tienes razon con esto se emociona cualquiera.

Un fuerte abrazo pa todos!!!
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kevia7
don manuel


Registrado: 22 Nov 2006
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Ubicación: Rusia

MensajePublicado: Jue Sep 06, 2007 9:37 pm    Asunto: Responder citando

¡Qué maravillosa relación! Me hace revivir la emoción de los maravillosos meses desde Diciembre 2006 a Mayo 2007 cuando todos vivíamos juntados por la fiebre de preparaciones los unos y uns sed de novedades por la parte de los demás.
Me alegro tanto a ver de nuevo por aqui a Paco Fernández que fue mi primer amigo en este foro y a Lito cuya actuación fue lo primero que pude ver de la gala. Ahora, gracias a nuestro Toni, ya puedo ver la gala casi entera (me queda la tercera parte). Y como dice Toni, no va echar la toalla Wink hasta que consiga enviar me todo.
¡Viva la amistad!

Firusa
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Rafael
don manuel


Registrado: 30 Jun 2006
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Ubicación: Alicante

MensajePublicado: Lun Sep 10, 2007 12:30 pm    Asunto: Responder citando

CAPÍTULO IV.- PACO “PELULLES” O EL TESÓN: EL SUEÑO REALIZADO. LA FUERZA DE LA VOLUNTAD (II)
(El “calvario” de Paco. Penalidades pasajeras - II).

Amaneció el sábado, día 5, y nuestro amigo Paco Fernández prácticamente no había dormido. No era nada extraño, pues para él aquella iba a ser una de las jornadas más intensas en los últimos años, aunque había que aparentar normalidad, mantener la calma y no dejarse dominar por la emoción. Estos aspectos eran esenciales para asegurar el éxito del espectáculo.
Tras tomar un rápido desayuno, se echó a la calle y, con objeto de seguir realizando gestiones y dejar atados los últimos cabos sueltos, acudió a los tres estudios fotográficos existentes en Armilla. Ninguno de ellos había abierto sus puertas aún.
En esta situación, Paco optó por retirar de la oficina de correos un sobre enviado desde Almería por otro compañero, José Morales, que contenía tres valiosos discos de larga duración de Manolo Escobar, con objeto de incorporarlos a la exposición.
Así lo hizo. Durante toda la mañana, hasta el instante mismo en que recibió mi llamada telefónica, anunciándole que me encontraba ya en Granada e indicando el momento más oportuno para que se hiciese cargo de la grabación del maestro Escobar, entonces en mi poder (acontecimiento narrado en otro capítulo de este mismo trabajo), "Pelulles" se mantuvo en su puesto al pie del cañón, trabajando febrilmente.
Su labor consistió en supervisar y dar los últimos retoques a la exposición, colocando en el lugar apropiado los últimos discos, y dirigir la puesta a punto y disposición de los aperitivos por los empleados de la empresa de "catering" contratada a tal efecto.
Los camareros y restantes trabajadores se personaron en el edificio del teatro a meda mañana y hasta primeras horas de la tarde no concluyeron su cometido. Entretanto, Paco Fernández esperaba mi comunicación -hecho que, como sabemos, tuvo lugar a las 14,00 horas- sin abandonar en ningún momento su función directora y coordinadora. Las incidencias y detalles de la conversación que mantuvimos en Granada, así como su encuentro con nuestro entrañable Antonio Martín Jiménez (alias Toni "el Pipero") ocupan su espacio oportuno en el apartado correspondiente, al cual me remito. Baste indicar que, antes de partir al lugar convenido para nuestra cita (estación de RENFE de la ciudad de la Alhambra), Paco se aseguró de la permanencia del personal repostero en el recinto del teatro, al menos durante el tiempo que se prolongase su ausencia.
- He de ir a Granada para recoger la grabación del saludo de Manolo Escobar -informó a los camareros-. Os pido, por favor, que "por nada del mundo" os vayais de aquí hasta que yo regrese. Calculo que aproximadamente en media hora habré vuelto.
- Tranquilo -respondieron-. No hay por qué preocuparse. Lo entendemos perfectamente. De hecho, al menos todavía tardaremos una hora en dejarlo todo preparado.
Para mí constituyó una gran alegría reencontrarme con Paco. Era la segunda vez que le veía y advertí la misma jovialidad, el mismo entusiasmo, pasión y entrega en sus palabras y en sus actos. Él creía ciegamente en la labor que desarrollaba, en que todo el esfuerzo desplegado merecía la pena al ciento por ciento y, en consecuencia, se estaba dejando la piel en ello.
Con júbilo desbordado recibió la cinta conteniendo la alocución del maestro y -recuérdese- partió, como una exhalación, de vuelta al teatro de Armilla...
- ¡Bueno, ya empezamos! -los incómodos imprevistos hacían su aparición-. Calle cortada por obras... Esto suele pasar. Cuando llegan las elecciones, a todos los gobiernos les da por arreglar calles, hacer obras, construir enormes edificios, organizar espectáculos extraordinarios, etc, etc. Claro que en Granada esto ya dura una eternidad. Como dirección obligatoria, tengo que ir por la calle Severo Ochoa...
Granada, como cualquier ciudad de medianas (o grandes) dimensiones, se convierte en un caos auténtico cuando llegan las llamadas "horas punta". La circulación se hace insoportable y los embotellamientos constituyen moneda de uso corriente. Y el problema se agudiza cuando hay prisa por llegar a un destino. Esto mismo sucedió con nuestro querido Paco, quien se vio envuelto en un monumental atasco, de esos que desquician y hacen perder los nervios al sujeto más tranquilo.
- ¡Uf, qué barbaridad! -se lamenta-. Verás tú el "calentón" que va a pillar el coche. Nada, otra vez a parar... Ando cinco metros en primera, se pone el semáforo en rojo y... a parar. Esto tenía que pasarme a mí, precisamente hoy.
A las dos de la tarde, cerca ya el verano, el calor es sofocante en mi ciudad. Aquel día 5, la temperatura fue excepcionalmente alta. Y ahí encontramos al entrañable amigo Paco, todo sudoroso y sediento, con la boca seca como el esparto, sin poder beber una gota de agua y comido por la ansiedad, el estrés y los nervios.
- No llego, ¿eh? -se decía-. No llego... Y los camareros allí esperando. A saber lo que estarán diciendo. En fin, hay que tener paciencia. No puedo hacer absolutamente nada.
Aunque el compañero se sentía como un pájaro enjaulado, no por ello dejaba de ser feliz. Había logrado congregar a un grupo de amigos entusiastas y se encontraba cerca de ver cumplido su sueño de homenajear a su mayor ídolo, por desgracia ausente.
Así, entre parada y parada y sin perder de vista el coche que le precede, mira de reojo el pequeño sobre que envuelve la cinta, lo toma entre sus manos y murmura:
- ¿Qué dirá Manolo en este mensaje? ¿Durará mucho la grabación? Porque, si es cierto lo que acaba de comentar Rafael, sobre la posibilidad de que el propio maestro nos dedique alguna canción...
Nuevamente se reanuda la cierculación y a escasos cien metros se produce nueva retención y consiguiente parada. Paco se lleva la mano a la frente para limpiarse el sudor y continúa su monólogo:
- ...eso sería algo extraordinario. Desde luego, "molaría" un montón. Y le daría a la gala una solera y un empaque como pocas veces se ha visto. Y fíjate en la letra escrita en el sobre y en la cinta, Paco... ¿Será de puño y letra del propio Manolo Escobar?
Indudablemente, "Pelulles" se sentía dichoso por el solo hecho de llevar consigo aquel "tesoro documental", al que la ilusión le hacía sobrevalorar en exceso. No es exagerado afirmar que, durante el corto trayecto, nuestro amigo miró más de cien veces el pequeño paquete colocado en el asiento del acompañante del conductor. Con determinación, Paco "el del Teatro" telefonea desde el coche a su hijo para, sin perder un minuto, agilizar la tan ansiada regrabación y posterior emisión de la cinta.
- Necesito que me hagas un favor -le pide Paco, detenido en el atasco-. Acabo de recoger la grabación de las palabras que nos dedica Manolo Escobar y es urgente pasar su contenido a una cinta "normal" de tipo VHS. ¿Se puede conectar tu cámara al video de la casa para grabar esa clase de cintas?
- Sí, siempre que el aparato de video tenga entrada por RCA. En caso contrario, podríamos intentarlo por medio de "euroconector" -es la respuesta.
- De acuerdo, vamos a ver si tenemos suerte -concluye Paco-. Compra una cinta virgen en cualquier tienda de "todo a cien" que encuentres abierta y me esperas en la puerta del teatro. Estoy ya cerca, aunque tardaré algunos minutos en llegar...
El trayecto de tan sólo siete kilómetros se hizo interminable. Habían transcurrido cuarenta y cinco larguísimos minutos desde que nos despedimos cuando, por fin, "Pelulles" llegaba a su destino. Con celeridad abrió la puerta del recinto y subió las escaleras que daban a los salones donde tendría lugar la recepción final, a modo de homenaje, a quienes participamos de una u otra forma en el espectáculo que iba a tener lugar a partir de las 19.30 horas.
- ¿Estáis todavía ahí? -preguntó desde fuera a los camareros.
- Estábamos pensando en irnos ya -le contestaron.
- Bueno, por fin estoy aquí -suspiró aliviado Paco-. Creí que no llegaba.
- Llevamos un buen rato esperando -continuó un repostero, impaciente-. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha tardado usted tanto?
- Hace tres cuartos de hora que salí de Granada. Pues, lo de siempre -explicó-: un embotellamiento impresionante y no podía venir por otro camino. Si a eso se añade el calor, las prisas, la urgencia por todo lo que nos queda por hacer... ya comprenderán que lo que yo más deseaba era estar aquí.
- ¿Qué le parece cómo está montado todo? -le preguntaron-. ¿Colocamos las mesas de otra forma, o está bien así?
- Déjenlo como está. La disposición es perfecta. No hay nada más que añadir.
Tras dar las últimas instrucciones y emplazarles para que a las nueve y media de la noche estuviese todo preparado y quedase expedita la sala tan pronto terminase la celebración, Paco y demás acompañantes abandonaron rápidamente el teatro. A la salida, le espera su hijo con la cinta en la mano.
- Ya veo que la has comprado. ¿Qué duración tiene? -pregunta.
- Es de cuatro horas.
- Demasiado grande. ¿No has podido traerla de menos minutos?
- Esta era la única que quedaba. No había más.
En ese momento, aparca un cohe y de él descienden cuatro personas que, a toda prisa, se dirigen a Paco y su hijo...
- Si no me equivoco, tú eres Paco "Pelulles" -le dice uno de los recién llegados.
- El mismo. Y tú, Antonio "de Faugena" -responde el interpelado-. Te he conocido al instante. Me da mucha alegría verte por aquí...
Tras saludarse efusivamente, continúa Paco:
- Y tú eres Luis [Márquez], ¿verdad...?
Una vez hechas las presentaciones de rigor, incluyendo las parejas respectivas y el hijo de nuestro anfitrión, y de indicar este -a petición del de Faugena- un sitio cercano para comer, brevemente comenta Paco las incidencias de la grabación del "saludo" que envía Manolo Escobar. Inmediatamente, la mujer del artista accitano se apresta a ayudar:
- Nosotros hemos traído una cámara que quizás te pueda valer...
- Muchas gracias, pero no -responde "Pelulles", nada más verla-. Es otra clase de cinta la que tenemos. En cambio, esta cámara es de "Mini Disk" y no nos sirve.
El tiempo apremiaba y era el momento de la momentánea despedida...
- Lo siento, pero nos tenemos que marchar -se excusó Paco-. Es ya muy tarde y tengo que dejar resuelto el tema de la grabación. Si no tenéis inconveniente, nos vemos a las cinco aquí, a la salida del Teatro.
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Paco Pelulles
don manuel


Registrado: 19 Oct 2006
Mensajes: 380

MensajePublicado: Jue Sep 13, 2007 10:51 pm    Asunto: Responder citando

Encuentro de tres amigos en Armilla.Very Happy


Rafael Casas le hace entrega de sus libros a Pepe Vega.









Rafael Casas, Paco Pelulles, y Pepe Vega.





Un abrazo para tod@s de nuestra parte.
_________________
Como MANOLO ESCOBAR no habrá otro igual.
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Rafael
don manuel


Registrado: 30 Jun 2006
Mensajes: 846
Ubicación: Alicante

MensajePublicado: Jue Sep 20, 2007 1:27 pm    Asunto: Responder citando

CAPÍTULO IV.- PACO “PELULLES” O EL TESÓN: EL SUEÑO REALIZADO. LA FUERZA DE LA VOLUNTAD (II)
(El “calvario” de Paco. Penalidades pasajeras – III).

En compañía de su hijo, Paco "Pelulles" llegó al domicilio familiar pasadas las tres de la tarde. Dos horas después tendría que reunirse con los artistas y demás participantes en el acto de homenaje, amén del resto de invitados a la gala, aunque su presencia en el teatro era necesaria con, al menos, quince o veinte minutos de antelación.
Tenía que tomar algún alimento y proceder a la conversión de la grabación del mensaje del maestro Escobar en tiempo récord: a ser posible, en menos de hora y media. Era comprensible el estado de ansiedad y nervios del compañero y las prisas por dejar definitivamente resuelto el tema que le preocupaba: lograr que todos pudiésemos ver y oir al homenajeado, en una alocución especialmente dirigida a nosotros.
- No tengo hambre. No voy a comer nada -advirtió a su mujer que le esperaba pacientemente, sentada a la mesa.
- ¡Que son macarrones y se te van a quedar fríos! Deja ya lo que estás haciendo y come...
- Después, después -insistió Paco dirigiéndose con su hijo a la habitación donde se encuentra el ordenador y los equipos de audio y video. Esta es, sin duda, la estancia de la vivienda donde "Pelulles" se siente más agusto, más libre, más feliz.
- Voy a desconectar el video de esta televisión -le indica a su hijo-. Ahora, debes de conectar tu cámara a ese otro televisor para que podamos ver el mensaje y, al mismo tiempo, al equipo de video con este cable con el fin de grabar a la cinta VHS su contenido. Esperemos que todo salga bien.
Así fue. Las conexiones se hicieron correctamente y en la pantalla del electrodoméstico apareció la imagen de Manolo Escobar hablando en tono informal, excusando su asistencia, saludando a los oyentes y, para finalizar, deseándonos el mayor éxito en nuestra actuación, al tiempo que lanzaba una pequeña reprimenda a los organizadores del espectáculo al hacerles responsables de su ausencia.
- ¡Ay qué pena, qué desilusión! -exclamó Paco que siguió atentamente las breves palabras del artista-. Un minuto escaso y de cantar, nada de nada. Tampoco hace mención del teatro, ni nombra al pueblo de Armilla, ni al foro... En fin, todo el lío que se ha armado para esto. ¡Demasiado ruido y tan pocas nueces...!
Hace una pausa en su reflexión y pulsa la tecla de grabación con objeto de registrar en la cinta de video virgen el escueto mensaje. Aunque, en estos casos, quien no se consuela es porque no quiere.
- ...Claro que hay que darle las gracias por acordarse y tener este detalle con nosotros, porque también podría haber optado por no dejarnos nada. Eso sí: es demasiado corto y da la impresión de estar incompleta la grabación. Además, es posible que se le haya olvidado pronunciar la palabra "Armilla", o no acordarse del nombre del pueblo, ni de nadie del foro, salvo Victoria que es la única persona a quien conoce... Porque el hecho de refererirse a ella equivale, en mi opinión, a nombrar a todos los que nos damos cita en la página web.
El proceso de grabación se complicaba. El resultado de la primera tentativa había sido negativo, por falta del preciso mecanismo de conexión.
- Nada -se lamenta Paco-. Me temo que no hay nada que hacer. No podemos registrar el mensaje en la cinta VHS utilizando este aparato de video, porque en su parte trasera sólo tiene dos salidas de euroconector...
- ...Y no se ve por ninguna parte la entrada por RCA -le informa su hijo, también llamado Paco-. ¿Por qué no intentamos pasar las imágenes desde la cámara a la televisión y, al mismo tiempo, desde esta al video?
- Vamos a verlo. Lo mismo tenemos suerte.
No la hubo. La tentativa fue infructuosa pues era preciso un adaptador capaz de convertir la salida de RCA a euroconector.
- ¡Qué barbaridad! -Paco estaba desesperado-. Hoy tenemos el día negro. ¡Estoy seguro que si vamos a la playa a darnos un baño, el mar se seca!
- ¡Se os van a quedar los macarrones helados! -insistía su mujer-. Los demás ya hemos terminado de comer. ¡Dejad lo que estáis haciendo y después seguís!
- "Niña", ahora no podemos. Tenemos el tiempo justo -y se dirige a su hijo-: con lo liados que estamos, cualquiera se pone a comer.
Al no encontrar solución al dilema técnico, Paco "el del Teatro" llama inmediatamente por teléfono a Joaquín Cutillas, como sabemos, técnico de sonido y compañero de nuestro amigo. Él, como experto, tendría la respuesta al problema.
- Joaquín, tenemos dificultades -comienza-. Resulta que el dichoso saludo de Manolo Escobar me lo han entragado en cinta, cuando yo creía que el formato iba a ser DVD. Mi hijo Paco y yo estamos intentando grabarla en video VHS para poderla proyectar. ¿Se podría cambiar el aparato de DVD que ya teníamos preparado en el teatro por mi propio video VHS?
- No, no es posible -fue su concisa respuesta.
- ¿Por qué es imposible?
- Pues, muy sencillo -el técnico lo tenía muy claro-. Porque el dispositivo de salida del equipo de video va en modo euroconector. En cambio, al "cañón" únicamente le vale la entrada por RCA...
Cutillas piensa un momento y continúa, intentando dar una posible solución:
- ...En cambio, sí se podría cambiar el aparato de DVD del teatro por una cámara de video.
- Muy bien -concluye Paco-. Entonces, te pido por favor que vayas al teatro antes de las cuatro y media para hacer esa sustitución de que me hablar y comprobar que todo funciona...
Tras recibir plena seguridad de su compañero, Paco da por terminada la comunicación. Es en ese momento cuando llega a la casa otro de los hijos de "Pelulles", llamado José Luis, que ha concluido su jornada de trabajo.
- ¡Menudo follón tenéis armado! -se sorprende-. Pero, ¿qué es lo que estáis haciendo? ¡Hay que ver, que ni habéis comido todavía!
Tras oir atentamente a su padre, todo preocupado y con el tiempo apremiando, José Luis pregunta:
- ¿Y quién ha dicho que el aparato de video no tiene entrada por RCA? Mirad -continúa diciendo-: si quitáis esta pequeña tapa de su parte delantera, podréis comprobar que aquí están las entradas que tanto andáis buscando...
- Pues..., ni acordarme -se justifica Paco-. Además, yo nunca las he utilizado en este "cacharro".
Efectuadas las operaciones pertinentes, se logró -¡por fin!- trasvasar el contenido de la mini cinta original a la analógica VHS. Ahora bien, como reconoce Paco, el problema continúa:
- Nos hace falta un adaptador para lograr compatibilizar el dispositivo de salida del video (en modo euroconector) y la entrada al "cañón" de proyección del teatro (modo RCA) -reconoce Paco con cierta desolación-. ¡Qué barbaridad! ¿Será posible? Dios mío, ¡cuántas pegas...! Y todo por menos de un minuto de grabación.
Tras un momento de reflexión, uno de los hijos de nuestro amigo tiene una idea aparentemente brillante:
- Recuerdo haber visto aquí, en casa, un adaptador de euroconector a RCA. ¿No te puedes dar una idea de dónde puede estar?
- Pues, no. Pero hay que buscarlo -responde "Pelulles" con decisión.
Son las cuatro de la tarde, con la comida ya fría encima de la mesa y la pobre mujer de Paco sufriendo al ver a su marido preocupado, sin dar satisfactoria solución s su problema y, además, sin probar bocado.
Se inicia una alocada búsqueda del adaptador dentro de una caja donde nuestro protagonista guarda cables de todo tipo, euroconectores, enchufes, componentes electrónicos... Y, jubilosa, de pronto se alza la voz del hijo:
- ¡Papá, papá! Este cable puede servir. ¡Ya lo tenemos!
- ¿Cómo...? -responde un nervioso y sorprendido Paco.
- Este cable sirve para hacer de enlace desde la cámara a la computadora para "capturar" la película. Una vez "capturada", ya pueden grabarse las imágenes en el disco duro del ordenador.
- ¿Qué me estás diciendo? -la esperanza volvía al luminoso rostro de Paco "Pelulles"-. ¿Cómo lo hacemos?
- Ahora, tenemos que ver si el PC tiene adecuada entrada para este cable -informa el hijo-. Para ello, tenemos que retirar la torre del ordenador y comprobarlo...
Así se hizo y, con gran alegría, observaron que, en efecto, dicha entrada existía.
- Estupendo, papá. Ahora tenemos que instalar la cámara al ordenador y el sistema operativo "Windows XP" tiene que reconocerla. Si lo conseguimos, habremos resuelto el problema.
Todo sucedió según los deseos de la familia Fernández. El elemento informático no creó dificultad alguna y el contenido de la cinta de video pudo ser recogido (y, consecuentemente, digitalizado) por el ordenador. Mientras, para mitigar la sed producto de los nervios y el estrés, Paco se bebía de dos tragos una cerveza sin alcohol...
- Bueno, esto ya casi está. Se ha capturado la imagen original desde la cinta al disco duro del ordenador. ¿Qué programa utilizamos para grabarlo en DVD?
- El mejor es el "DVD Santa" -le indica uno de los hijos.
- ¡Pues, vamos allá! -exclama Paco-. Cuando lo hayamos hecho, hay que comprobar el resultado en los dos DVD's de la casa. ¡Crucemos los dedos y toquemos madera!
Tanto sacrificio había de tener recompensa... Y la tuvo. La satisfacción era evidente y un suspiro de alivio se escapó del cansado rostro de Paco "Pelulles".
Sumido en la euforia, nuestro compañero sale a la calle para obtener una mejor cobertura en la comunicación por teléfono móvil y, de inmediato, informa a Victoria Jimena y a Rafael Lora. En ambos casos, el mensaje es idéntico:
- ¡Lo he conseguido! ¡Todos lo hemos logrado! Creía que no se iba a poder, pero ha ganado la fuerza de la voluntad.
En efecto. En ese momento, esfuerzo, tesón y voluntad eran términos perfectamente aplicables a Paco. En una palabra, se identificaban en él: "Pelulles" era sinónimo de esfuerzo, era sinónimo de tesón, era sinónimo de voluntad...
Nuestro querido amigo se ducha y se viste de modo frenético. Al mismo tiempo, Carmen Morales, su sufrida mujer, le recalienta los macarrones en el microondas. No hay momento que perder: para contentar a la esposa, ya sin apetito, pincha dos o tres veces con el tenedor en el plato y, como el rayo, parte hacia el teatro con el DVD en el bolsillo.
Eran cerca de las cuatro ymedia cuando llega a su destino y, afortunadamente, aún no se ve a nadie. Entra y cierra la puerta a cal y canto. Su única preocupación era activar el DVD y comprobar que todo era correcto. Sólo así lograría la tranquilidad...
A los pocos minutos, llegan sus compañeros de trabajo y Paco les imparte las últimas órdenes:
- No abráis a nadie hasta que observe que tanto el audio como el video funcionan perfectamente.
Mientras hace la prueba y sonríe con gesto victorioso, contempla desde el escenario cómo empiezan a llegar los primeros "invitados". Para ellos, nuestro amigo es invisible: desde la calle y a plena luz del día, los cristales de las puertas del teatro impiden ver el interior del recinto. En cambio, "Pelulles", plenamente satisfecho y muy feliz, puede ver con regocijo los saludos cordiales de quienes acaban de conocerse y esperan que, de un momento a otro, nuestro hombre abra las puertas.
Sin más dilación, Paco Fernández desciende al patio de butacas y se dirige al exterior.

(FIN DEL CAPITULO IV)
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