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Foro sobre Manolo Escobar Foro de la web manoloescobar.net
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Rafael don manuel

Registrado: 30 Jun 2006 Mensajes: 846 Ubicación: Alicante
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Publicado: Vie Jul 06, 2007 1:18 pm Asunto: CAPÍTULO X.- EPÍLOGO: EL FINAL DE UNA ILUSIÓN |
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CAPÍTULO X.- EPÍLOGO: EL FINAL DE UNA ILUSIÓN
(Primera parte).
Desde aquel día 5 de mayo, sábado, mantuve la ilusión de reunirme algún día con el venerable maestro Escobar y poder ofrecerle, como culminación del homenaje, un buen número de obsequios (materiales e inmateriales), representativos de la intensa admiración teñida de cariño y amor, por todo aquello que don Manuel representaba.
Dichos regalos, plasmados en múltiples objetos y en palabras de absoluta fidelidad y entrega incondicional hacia su arte, se guardaban celosamente en el maletero de mi coche sin pensar que, en algún momento, alguien podría haber sustraído aquel preciado tesoro. Fue una temeridad por mi parte su costodia en semejante lugar, pero de dicha imprudencia me di cuenta mucho tiempo después, cuando su destinatario ya se había hecho cargo de nuestro legado.
Por otro lado, ¿quién me acompañaría en tan ansiada visita? Hasta el momento final, dí por sentado que lo haría mi mujer, inseparable en los momentos importantes (y este, sin duda, lo era). Ahora bien, si viniese algún compañero del foro que, a su vez, hubiese asistido a la gala podría transmitirle también de primera mano la emoción sentida durante aquella inolvidable tarde, sería un buen complemento de las impresiones y amplia información que yo pudiera transmitir.
Dos días después de la gala, Ramón Sánchez se ofreció para ser el valioso compañero-acompañante que yo tanto necesitaba:
"Cuando vaya Rafael a Benidorm para ver a Monolo [Escobar] -este "post" se dirige a Victoria- me lo tienes que comunicar ya que es muy posible que le acompañe, pues desde Puerto Lumbreras a Benidorm hay un par de horas de carretera y así conozco personalmente a quien no he podido saludar en los 12 ó 14 conciertos que he ido a verlo..." (7-mayo-2007).
Inmediatamente acepté su oferta. Por múltiples razones, él era persona idónea para asistir a la cita de Benidorm: cercanía geográfica, ilusión y sensiblidad extraordinarias, ausencia de ocupaciones profesionales...:
"A nuestro compañero y amigo Ramón Sánchez le gustaría acompañarme en dicho momento. Pues bien, sería algo estupendo: él es una persona maravillosa que bien merece que don Manuel le conozca y, a mayor abundamiento, admire su buen hacer, su extraordinario ARTE".
También llegué a pensar como tercer acompañante en Rafael Lora. Sin embargo, esta hipótesis planteaba numerosas dificultades. Al final, no pudo ser factible su presencia por los motivos que él mismo expuso:
"Amigos Rafael y Ramón: [...] Cuando en su momento se comentó la posibilidad de que yo os acompañara, desistí por dos razones: primero, porque a mí me separan 600 kilómetros de Benidorm y segundo, porque vosotros erais una gran representación de todos nosotros. [...]. En cualquier caso, con vuestra asistencia todos hemos estado presentes, de alguna forma...". (4-julio-2007).
Tras la conclusión de la gala-homenaje inicié todas las gestiones encaminadas a entrevistarnos con Manolo Escobar. Para ello, había que ponerse en contacto con Gabriel García, (como sabemos "manager" y sobrino suyo), y concertar la cita. Hasta cinco llamadas le tuve que hacer para que fructificase este deseo, para que se hiciese realidad nuestro sueño:
a) La primera vez, el miércoles día 30 de mayo, me emplazó para vernos el día 13 ó 14 de junio. Dicha jornada se concretaría en nueva llamada por mi parte el 11 de dicho mes, es decir, con dos o tres días de antelación.
b) La segunda vez, el citado 11 de junio quedó cancelada la visita por problemas indeterminados. Sencillamente, se me comunicó que no podía ser, sin más, y me emplazaba a una nueva comunicación (siempre llamando yo, por supuesto) el lunes 18 de junio.
c) La tercera vez, ese día 18 me indicó la posibilidad de quedar para el martes, 26. Ahora bien, la víspera (25 de junio) debería hablar con él para concretar exactamente el momento.
d) Nueva llamada (la cuarta) el día prefijado y nueva anulación: el 26 de junio era imposible, pues Manolo Escobar debía asistir a un funeral de un familiar en Barcelona. Esta vez me costó la comunicación con Gabriel hasta cuatro infructuosos intentos de contacto. Nueva cita: el día 2 de julio para vernos el martes, 3.
e) Por fin, la insistencia tiene fruto. Así lo comunique el mismo día 3, tan sólo ocho horas antes de la entrevista:
"Ayer me citó Gabriel para vernos en la casa del maestro D. Manuel a las seis de la tarde. Inmediatamente llamé a Ramón para comunicárselo -también a Victoria y a Paco Fernández- y para indicarle que a las cuatro debíamos vernos en Alicante. Iremos con su coche a Benidorm y nos acompañarán María, mi mujer, y mi bebé Miriam. A mi hijo Rafael lo dejaremos con una amiga, pues visitas como esta lo ponen nervioso y no sería conveniente que viniera.
Hablaremos de todo lo que podamos: les contaremos cosas vuestras, de todos, de la Asociación, de la ilusión que tenemos, de la posibilidad de celebrar otro homenaje en el sitio más idóneo, les transmitiremos vuestro cariño y admiración -y seguro que también yo (y Ramón, por supuesto) a vosotros su reconocimiento y afecto hacia todos y cada uno-, les daremos (a él y a su sobrino) los regalos, obsequios de la más diversa índole, pruebas de auténtico amor, nos haremos fotos y le pediremos permiso para grabar imágenes (no sé si nos lo concederá. Si es así, las pondremos en común), pasaremos, en suma, una jornada inolvidable". (3-julio-2007).
La jornada de trabajo del martes se desarrolló de forma habitual y con normalidad. El escaso tiempo libre que me podía permitir lo habría de dedicar, en este caso, al inventario y preparación de los regalos que debíamos entregar al maestro y a Gabriel, y que no eran otros que los siguientes:
1.- Dos lotes completos de mis obras (cinco libros -alguno muy voluminoso-, un catálogo de fotografías y un DVD documental) con sendas dedicatorias a sus destinatarios. La del maestro venía a decir: "Para mi querido y admirado amigo Manolo Escobar, de extensísima trayectoria artística, símbolo de una larga etapa de la historia de la música popular española, maravilloso cantante y mejor persona aún... Con todo mi afecto personal: Rafael".
2.- Una carpeta de documentos diversos: la "Historia de la Copla" redactada por Iván Pérez; los capítulos de la "Crónica de la gala-homenaje de Armilla" hasta el momento publicados, de la cual son autores todos y cada uno de sus personajes; y las cartas dirigidas al maestro D. Manuel, escritas por Toni Martín y Paco Fernández).
3.- La poesía dedicada a Manolo Escobar, enmarcada en vistoso cuadro y cuyo autor es el poeta armillense José Guzmán Callejón.
4.- Dos copias de la grabación de la gala-homenaje, en formato DVD. En la edición de la misma consta la mención expresa "Teatro Municipal de Armilla".
5.- Un precioso disco (en versión CD, simulando el legendario vinilo) de los Hermanos Escobar, interpretando a guitarra las canciones más populares del idolo almeriense. Esta preciosa grabación era un regalo personal de Paco "Pelulles" a su artista favorito: Manolo Escobar.
6.- Un tubo conteniendo enrollados los carteles de la gala y de la exposición (en número de cinco) y el diploma de participación en el acto-homenaje de Paco Fernández, alma de la exposición y del espectáculo de la gala.
7.- Un precioso paño bordado por nuestra compañera, la entrañable Mariana Pérez Oller, donde figuran como filigrana los nombres de quienes nos damos cita en el foro de discusión de la página web manoloescobar.net (o, al menos, las identidades de los compañeros que, con más frecuencia, intervenimos en dicho foro).
Todo este bagaje, bien situado en mi vehículo, llegó con su portador a Alicante un poco antes de las tres y media de la tarde de ese 3 de julio. Allí esperaba la inminente llamada de Ramón Sánchez, quien me esperaba con su coche. |
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jose morales lopez don manuel

Registrado: 06 Jun 2006 Mensajes: 1335 Ubicación: almeria
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Publicado: Lun Jul 16, 2007 3:30 pm Asunto: |
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ya recibi los dos dvds de la gala junto con el libro, he quedado muy emocionado con la dedicatoria que es todo un orgullo para mi y te doy las gracias de todo corazon, no tengo palabras para agradecertelo, me siento muy feliz y emocionado, luego vere los dvds y leere tu libro con mucho detenimiento y cariño. un abrazo
jose morales. _________________ Almería, un inmenso coral es tu hermosa bahía.
Almería, es tu Virgen del Mar mi estrellita y mi guía. Almería, paraíso de amor,
tus mujeres son flores. Tu alcazaba de luz y tu embrujo andaluz. Reina mora eres tú
para los españoles. |
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Rafael don manuel

Registrado: 30 Jun 2006 Mensajes: 846 Ubicación: Alicante
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Publicado: Mar Jul 24, 2007 5:52 am Asunto: |
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CAPÍTULO X.- EPÍLOGO: EL FINAL DE UNA ILUSIÓN
(Segunda parte).
No me dio tiempo de probar bocado. En el mismo instante en que abría la puerta de casa, sonaba el teléfono. Respondió mi mujer.
-¿Dígame...? Sí; un momento, por favor.
Era para mí. Mi interlocutor no podía ser otro que nuestro querido compañero Ramón Sánchez.
-Rafael, acabo de llegar a Alicante. Me encuentro junto a un bar identificado como del "Barrio de José Antonio". Aquí te espero tomándome un café.
-Ese lugar está muy cerca de mi domicilio. En unos minutos me arreglo y nos marchamos. Hasta ahora mismo.
Tras asearme y cambiarme de ropa -acorde con el intenso calor y la humedad ambiental- bajé al garaje, recogí tres enormes bolsas de plástico donde se contenían los obsequios que habían de ser entregados a Manolo Escobar y me dirigí presuroso al encuentro de Ramón, bajo un sol de justicia. A muy pocos metros de distancia lo encontré, inconfundible, con su eterna sonrisa y una gran dosis de ilusión por hacer realidad un deseo perseguido mucho tiempo atrás.
-¡Qué alegría me da volverte a ver! -le saludo tras fundirnos en un emotivo abrazo-. ¿Cómo has hecho el viaje? ¿Has tenido dificultades para llegar?
-Pues, finalmente no he seguido tus indicaciones y, por equivocación, he tomado un camino distinto. Pero, aquí estoy: con muchas ganas de continuar.
-Entonces, no nos demoremos más y vámonos.
Una vez colocados convenientemente los regalos en el amplio portaequipajes de su vehículo, nos dirigimos a Benidorm. Mi viaje anterior a esta localidad -recuérdese- tuvo como objetivo recoger la grabación que D. Manuel García Escobar tuvo a bien dedicarnos, aunque sin poder verlo, ni tan siquiera hablar con él. En cambio, esta vez la situación era absolutamente distinta: ahora éramos nosotros quienes les ofrecíamos nuestros presentes, entre los que se encontraba el resultado tangible de los actos celebrados en Armilla hacía exactamente dos meses. Para el maestro de El Ejido, Ramón y yo éramos dos perfectos desconocidos de los cuales, presumiblemente, él jamás había oído hablar (aunque yo siempre conservé la esperanza de que su sobrino Gabriel le hubiese hecho mención de mí, aunque sólo fuese por la insistencia con que se solicitó esta esperada visita). En cambio, para nosotros, Manolo Escobar era un ser altamente especial, alguien a quien siempre anhelamos conocer, un icono presente en nuestra vida, en algunos casos desde la más tierna infancia.
-El viaje hasta aquí ha transcurrido muy bien –me contesta tras nuevo requerimiento mío-. Como sabes, ahora ya me encuentro pasando el verano en el apartamento que compré en el Puerto de Mazarrón. Desde ahí, he tardado menos de dos horas en llegar. Como la circulación ha sido muy fluída, me he permitido ir a una velocidad de 130 ó 140 kilómetros por hora. En cambio, el regreso lo haré mucho más despacio, pues no tengo fijada hora de llegada.
Los kilómetros iban pasando rápidamente. Dentro del automóvil, el calor ni se notaba. Ello, unido a la suave música elegida por nuestro compañero y el ambiente distendido, invitaba a la relajación y al descanso. No obstante, había muchas cosas de que hablar y la conversación se centró en temas personales, fundamentalmente.
-Naciste en Puerto Lumbreras, el último pueblo de la provincia de Murcia… -comencé.
-Así es –responde-. Bueno, el último pueblo depende desde qué punto de vista se considere… Si se viene desde Granada, sería el primero, ¿no crees?
-Además, no es el núcleo urbano más alejado de la capital de Murcia. A más distancia se encuentra Águilas, por ejemplo –apostillé.
-Exacto. Pues sí: vine al mundo un 27 de enero del año 1943. Soy lumbrerense, a mucha honra –hace una pausa y, sin dejar de centrarse en la conducción, saca de la guantera del coche un disco compacto grabado por él mismo-. Este cd te lo regalo. Fíjate en el título de la primera canción…
En efecto: el tema número 1 del trabajo de Ramón Sánchez –bajo el título genérico “La copla es arte”- lleva por nombre: “De Puerto Lumbreras yo soy”.
-… En ella muestro el amor que le tengo a mi tierra. Cuando la oigas, ya me contarás.
-Gira ahora a la derecha, en dirección Valencia. A pocos kilómetros encontraremos el peaje de la autopista A-7 y, cuando lleguemos a las inmediaciones de Benidorm, yo te iré indicando la ruta a seguir.
-Pues, mira que casualidad: antes de dedicarme a mi profesión de bancario, es decir, empleado en un banco, trabajé como montador de ascensores. Y, precisamente, en uno de los edificios que estaban construyéndose en Benidorm (ahora ya ni siquiera existirá) coloqué uno…
-Benidorm no debe parecerse en absoluto al que tú conociste entonces.
-Uy, pero nada de nada. Ten en cuenta –recuerda con una sonrisa en los labios- que estábamos en 1965 ó 1966. Por entonces, yo vivía en Alicante: concretamente en el Barrio de Carolinas. Esta no es, pues, una tierra extraña para mí…
Hace una pausa y se ríe jocosamente. Es feliz rememorando su pasado.
-… ¡Hay que ver cómo son las cosas! –exclama-. Yo montando ascensores… y casi ni siquiera sabía poner un tornillo. Pero, créeme que no lo hacía nada mal, ¿eh? Aunque pronto comprendí que no era ese mi camino y me sumergí de lleno en la burocracia bancaria.
-¿Y tu afición por la música? ¿Desde cuándo te atrajo ese mundo?
-Siempre, Rafa –responde con rapidez-. Mi vida ha sido y es el cante, la copla, la música… Pero, naturalmente, como había que ganarse la vida tuve que dedicarme a otros menesteres ajenos al ámbito artístico. Únicamente, tras la jubilación, me he vuelto a reencontrar con mi vocación auténtica.
-Me ibas diciendo que ingresaste como trabajador de una entidad de crédito en los años sesenta. ¿En qué banco? –pregunto.
-Exactamente fue en 1966. Siempre he estado empleado en el Banco Popular Español. Mi primer destino fue Bigastro, pueblo de la provincia de Alicante que tú conocerás probablemente, pues está muy cerca de Torrevieja. Allí preste mis servicios hasta 1969. Durante ese tiempo pasaba los veranos en La Mata, pedanía torrevejense, entonces constituida por unas pocas casas y siendo un sitio precioso y tranquilo. Hoy, supongo que todo habrá cambiado y no tendrá nada que ver con lo que antaño fue…
-No te falta razón. ¿Y desde 1969…?
-Ese año ascendí de categoría profesional y me trasladé a otros pueblos alicantinos: Monóvar, Alcoy… Hasta que volví a la provincia de Murcia y fui nombrado director en la sucursal de Jumilla. Me prejubilé en el Puerto de Mazarrón, hace ahora diez años, y estando allí compré un apartamento, precisamente junto a la oficina en la que desempeñaba mi trabajo. Por esa razón, paso los veranos en esta localidad costera.
Nos acercábamos a nuestro destino. El viaje estaba amenizado por la impagable música de Manolo Escobar, cuyas canciones eran interpretadas magistralmente por el propio Ramón Sánchez.
-Ese disco que te acabo de regalar contiene temas de producción muy variada. Ahí se dan cita intérpretes como Carlos Cano, Gracia Montes, el mismo Manolo Escobar, Rafael Farina, Alejandro Conde… pero en mi propia voz. Espero que te guste.
-No te quepa la menor duda. Por cierto, este será el obsequio que le hagas al maestro Escobar, ¿verdad?
-Precisamente, ese en concreto, no. Le llevo el disco que os dí a todos en Armilla, dedicado en exclusiva a canciones del mismo maestro.
-¿Por qué no le regalas todas tus grabaciones? –insisto.
-¡Que no, que no! Por ahora, sólo el primer disco. ¡Ah! se me olvidaba decirte que a ti te traigo otro disco más: se trata del segundo volumen de grandes éxitos de Manolo Escobar, en versión mía. Cuando lleguemos a Benidorm te los doy.
-¿Traes algo más para llevarte de recuerdo…?
-Naturalmente. Llevo el diploma de mi participación en la gala para que me lo firme. Será un honor tenerlo con el autógrafo de la propia mano de mi ídolo. Además, pretendo inmortalizar el momento con fotografías y, si es posible, con el video que me gustaría hacer.
-Por mi parte, ya has visto el cargamento que traigo. Entre todos los objetos, destacan los DVD’s de la gala. ¡Menudo lío se ha formado con la supresión de determinados pasajes y comentarios de algún compañero, ante la inconveniencia de que Manolo Escobar pudiese oírlo…!
-Es verdad. ¿Leíste el correo que te envié?
-Me diste un susto de campeonato. Además, el mensaje lo titulabas como ¡¡URGENTE!! y yo no sabía ya qué pensar. Cuando lo recibí, yo ya estaba al tanto de la “movida”: Paco Pelulles se había puesto en contacto conmigo por teléfono –él me dijo que cuatro o cinco veces sin resultado- y me había indicado que, bajo ningún concepto el DVD, tal y como había sido grabado y que yo tenía en mi poder, podía ser entregado ni a D. Manuel, ni a su sobrino. El motivo no era otro que el involuntario, aunque desafortunado, comentario de un amigo nuestro durante su actuación y cuyo conocimiento por el maestro podría desagradarle profundamente. Así es que había que ponerse manos a la obra y contrarreloj para volver a editar las grabaciones, eliminar los pasajes afectados y volverlos a grabar…
Ramón me escuchaba atentamente mientras se divisaban los primeros rascacielos de la ciudad de Benidorm.
-… Aquel edificio que se ve a lo lejos, y que destaca entre los demás, es la construcción más alta de España y, al mismo tiempo, el hotel más elevado de Europa. Se trata del hotel Bali y se alza a 210 metros de altura.
La hora se acercaba: nuestra cita con nuestro admirado Manolo Escobar estaba próxima y nuestro sueño iba, por fin, a cumplirse.
-… Lo hemos pasado muy mal, Ramón. El que más ha sufrido, sin duda alguna, ha sido Paco. Por una tontería, involuntaria además, podía irse al traste todo su esfuerzo e ilusión que, al mismo tiempo, es la de todos y cada uno de los que formamos esta gran familia…
Ramón se dirigía al punto de peaje para, tras abonar el importe del ticket, abandonar la autopista y embocar la avenida de la Comunidad Europea, dentro ya del casco urbano. Pese a la fecha estival -3 de julio- no había mucho movimiento turístico y el tráfico era moderado.
-… Merecía la pena ponerse a laborar a tope, culminar un bonito deseo y darle a D. Manuel una gran alegría con este trabajo colectivo. Y, al fin, lo hemos logrado y le proporcionaremos una grabación que no hiera su sensibilidad… -interrumpo mi monólogo y oriento a Ramón en la dirección correcta-: ahora, cuando llegues a esa pequeña rotonda con ese monumento horrible, giras a la izquierda y tomas la avenida del Mediterráneo…
Mi compañero obedece al pie de la letra mis instrucciones. Al cabo de unos minutos, sigo indicándole:
-Gira ahora a la izquierda, pues de frente es ya dirección prohibida. Entramos en la avenida de Severo Ochoa. Al fondo, podrás observar un edificio blanco, muy grande: es el hotel Meliá-Benidorm, el lugar donde recogí el video con el saludo de Manolo Escobar, el día 4 de mayo. Cuando llegues a su altura, paras el coche, aparcas donde puedas y ponemos punto y final a esta etapa de nuestra aventura. |
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Paco Pelulles don manuel
Registrado: 19 Oct 2006 Mensajes: 380
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Publicado: Jue Jul 26, 2007 11:38 pm Asunto: |
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Amigo Rafael:
He leído con gran interés el capitulo X, ¡como todos los demás!.
Otra vez te doy las gracias, por hacernos pasar y casi vivir con vosotros esos momentos!!.
Estoy leyendo, y a la vez me estoy imaginando, como vivisteis ese día.
¡pienso que también voy con vosotros en el coche!
Con tu forma de describir y narrar vuestra aventura que es la nuestra, la de tod@s.
Un fuerte Abrazo, Paco Pelulles. _________________ Como MANOLO ESCOBAR no habrá otro igual. |
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David don manuel
Registrado: 24 Sep 2006 Mensajes: 2118 Ubicación: España
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Publicado: Vie Jul 27, 2007 8:19 am Asunto: |
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Rafa tio dime tu secreto para redactar asi que asi no me vuelve a suspender la profesora de lengua en la vida !!!! jajaja, nada Rafa q eres un fenomeno y que gracias por el capítulo X. _________________ Poco a Poco aprenderé que no hay sueño inalcanzable y que en esta vida por todo hay que luchar sin cesar si te importa de verdad |
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Rafael don manuel

Registrado: 30 Jun 2006 Mensajes: 846 Ubicación: Alicante
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Publicado: Lun Jul 30, 2007 1:15 pm Asunto: |
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CAPÍTULO X.- EPÍLOGO: EL FINAL DE UNA ILUSIÓN
(Tercera parte).
Así ocurrió. Unos metros antes de llegar al hotel de referencia, Ramón Sánchez estacionó inmediatamente detrás de un coche marca Citröen, de color rojo, enfrente de un restaurante de comida rápida de los muchos que proliferan en cualquier localidad española y junto a un vado permanente de salida de vehículos.
-Aquí está bien. Son las cinco de la tarde y hemos quedado con Gabriel en la casa de su tío a las seis en punto -informo-. Vamos a buscar algún bar para tomar algún refresco y así aliviarnos de este calor tan tremendo.
Tuvimos suerte: a escasa distancia se encontraba abierta una cafetería-heladería, cuyo nombre no puedo recordar, y allí tomamos asiento. Para combatir la alta temperatura (más de 30 grados, con total seguridad) pedimos una copa de helado y una horchata que rápidamente consumimos. Seguíamos conversando sobre aspectos personales y familiares.
-A mi mujer, Agustina, ya la conoces. Estuvo con nosotros en Armilla...
-Sí -respondí-. Recuerdo que únicamente intercambiamos el saludo final y nos despedimos.
-Tengo tres hijas y ya soy abuelo de tres criaturas, que me hacen muy feliz. Me encanta jugar con mis nietos -se le ve radiante cuando habla de ellos y más aún cuando me da la noticia-: dentro de muy poco tiempo nacerá la cuarta. Por cierto, ¿sabes cómo me llaman cuando estamos juntos?
-Ni idea.
-Como su padre es alemán, me dicen "opa", que significa "abuelito" en ese idioma. Aprenderán correctamente las dos lenguas (español y alemán) al mismo tiempo...
-¿Viven tus padres?
-Solamente mi madre. Pero la pobre está ya muy mal. Es bastante mayor: tiene 85 años...
-Seguro que tú llegas a esa edad e incluso la superas. Se te ve muy juvenil, en buen estado y con mucha ilusión.
-Es posible que ahora eso sea así. Pero, no creo que pase de los 80. Hace un tiempo me detectaron un tumor y, tras varias sesiones de radioterapia, lo eliminaron con éxito. Me dejaron como nuevo...
Tras apurar su refrescante bebida, continúa relatando su pasado y, desgranando anécdotas y experiencias, va abriéndome su interior.
-... Pero, yo tuve mucho miedo y lo pasé muy mal. Creí que me moría, pero, por fortuna, no hubo metástasis y sobreviví. Y aquí estoy: cantando y dando guerra. ¡Ah, y con mucha ilusión por conocer a mi ídolo número uno: Manolo Escobar!
-Volviendo a tu faceta artística: ¿recuerdas el momento en que comenzaste a interpretar copla?
-Desde que era muy niño. Y, además, como medio defensivo: como a mí me daba pánico quedarme a oscuras, para librarme de mis temores cantaba. ¡Y fíjate dónde he llegado!
Tomo entre mis manos los dos discos que generosamente me regala como preciados dones y tesoros. Los acaricio y pienso en el momento de quedarme a solas para oir tranquilamente la voz templada y grave de mi querido compañero.
-¿Y estas dos magníficas obras de arte que pasan a formar parte de mi colección particular...?
-Es una historia curiosa -comenta-. Hace unos años participé en un programa de televisión de la cadena "Tele 5". Se llamaba "Karaoke" y en él competíamos unos cuantos artistas noveles, desconocidos para el gran público, cantando coplas famosas. Por ahí conservo el video analógico grabado...
-¿En qué puesto quedaste, al final?
-A eso iba: gané el concurso. Como premio por quedar el primero me llevé, preciamente, un aparato de karaoke de la marca "Pioneer". Es un equipo sensacional; desde entonces, lo conservo y con él grabo todos mis discos, en total nueve o diez. En casa -sigue diciendo- tengo un auténtico estudio de grabación donde guardo muchos "playbacks" (algunos me los ha mandado Paco "Pelulles" y son una maravilla) y ellos me sirven para poner el acompañamiento musical a las canciones. Los introduzco en el karaoke, que además me permite subir y bajar los tonos a voluntad, me pongo los cascos conectados a un equipo de sonido y... a cantar. Grabo el resultado en un disco y ahora entra en juego el ordenador y los programas que tengo instalados en él. Fundamentalmente, están destinados a la edición de fotos y los utilizo para hacer las carátulas de los discos. El mejor de todos es, sin duda, el "Nero" editor: con él se pueden hacer auténticas locuras. Cuando la carátula queda grabada en el ordenador, es decir, el resultado final, la imprimo en color y, acto seguido, la recorto y la pego en el disco. Así de fácil...
-Pues no queda nada mal el producto, la manufactura, tratándose de grabaciones y discos de carácter "amateur". Por cierto, ¿cuánto tiempo le dedicas al canto cada día?
-Aproximadamente, dos horas. En esta cuestión, suelo ser muy regular y constante.
-¿Te atreves con todo tipo de cante? -sigo preguntando con evidente interés-. Por ejemplo, el flamenco en estado puro, o sea, el cante jondo.
-Nada, nada -es taxativo, terminante-. Ni lo entiendo, ni me gusta, ni me interesa. Ahora bien, si te refieres al llamado "cante aflamencado"... pues sí. Pero, quiero que todo el mundo sepa que lo mío es la copla, en todas las variedades que uno pueda imaginarse.
-Y eso es lo que me gustaría que le dejaras bien claro a D. Manuel en el día de hoy. Porque, Ramón, ¿te imaginas si el maestro te pide que cantes ante él? ¿Qué harías?
-Uy, Rafa, qué cosas dices... -responde-. De Manolo Escobar me gusta todo, incluso su firma. Por cierto, ¿no sabes que yo soy un gran falsificador de firmas?
-¿Cómo...? -pregunto con perplejidad-. Esa faceta tuya la desconocía y me dejas con los ojos "a cuadros".
-Sí, sí. Bueno, quizás el término falsificar sea un poco excesivo. Déjalo en imitar.
En efecto: las firmas de muchos compañeros de trabajo las conocía de memoria. Y era capaz de reproducirlas; pero, no vayas a creer que lo hacía con fines ilícitos. Es sólo otra de mis habilidades. Y la rúbrica de Manolo Escobar -al tiempo que hablaba iba dibujándola en el aire con los dedos extendidos- es de lo más fácil para mí. ¡Vaya, que ves la original y mi imitación y no las sabrías distinguir!
Salimos del bar poco antes de las cinco y media y el sol es absolutamente insoportable. Había que ponerse a resguardo del calor dentro del propio coche, con el aire acondicionado a todo gas, hasta el momento de ser recibidos por el almeriense, aproximadamente cuarenta minutos más tarde. Fuimos a buscar el coche.
-Bien, se aproxima el momento. El sueño está a punto de hacerse realidad -a Ramón se le nota ilusionado-. ¡Hay que ver, tantas veces deseando que llegara este instante! Porque yo he asistido a galas de muchos artistas famosos y, con todos ellos, he llegado a hablar y a hacerme fotos. Con todos, excepto Manolo Escobar...
-¿Qué cantantes y gente del mundo del espectáculo recuerdas con especial cariño?
-Puedo citar a Manolo y Ramón, del "Dúo Dinámico", personas muy agradables y de carácter llano y accesible, a José Luis Cantero, "El Fary", que ha muerto hace unos días...
Se detiene y mira a derecha e izquierda. Algo presiente, pero continúa recordando.
-... Con "El Fary" tengo una anécdota curiosa: cuando le pedí que me firmase un autógrafo, él se excusó cortésmente y me dijo que le dolía la mano y no podía escribir. Mi impresión -sigue diciendo- es que más bien no sabía escribir. Creo recordar que en otras ocasiones, ante situaciones similares, ha rehusado la petición con el mismo argumento.
-¿Cómo lo encontraste? -le pregunto.
-Muy deteriorado. Se supone que ya la enfermedad había hecho mella y su aspecto lo delataba. Además, se le notaba apático, triste... Pero, conservaba su punto de jovialidad que siempre le caracterizó. Lástima: no era muy mayor, en realidad.
Pues sí. No había cumplido aún los setenta -le informé.
En estas andábamos que no reparamos en el coche. Caminábamos y caminábamos sumidos en la conversación, sin darnos cuenta de que el auto no aparecía. ¿Y el coche? ¿Dónde estará "mi coche"...? -se preguntaba Ramón.
-Coño, no me fastidies. ¡Vaya una forma de empezar la visita...!
Por un momento se nos vio alterados. Ciertamente el coche no invadía ningún vado, ni lugar reservado para carga y descarga, ni sitio alguno que impidiese el aparcamiento. Pero, fue inevitable pensar en la grúa.
-No nos pongamos nerviosos -tranquilizó mi compañero-. No puede andar lejos. Vamos andando un poco más allá.
-Creo que nos estamos alejando -repuse-. Aquí no puede estar. Esta calle la hemos pasado ya subidos en el coche. Debe estar más cerca, en dirección hacia el hotel.
Volvimos sobre nuestros pasos y de Ramón salió un suspiro de alivio. Su rostro se transformó: de la visible preocupación pasó a la completa tranquilidad.
-Allí está, Rafa. Tenías razón: nos habíamos pasado mucho. Hablando y hablando, no nos hemos dado cuenta de que nos lo hemos dejado atrás.
-¡Menos mal! -exclamé satisfecho-. Ahora, vamos en dirección a la mansión del maestro. Queda algo menos de media hora para llegar a las seis, hora convenida para la cita. |
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azahar_25 don manuel

Registrado: 03 Feb 2007 Mensajes: 1411 Ubicación: sevilla
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Publicado: Lun Jul 30, 2007 1:46 pm Asunto: |
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Olé ahí, que interesante y vaya lo que aprende una con tus comentarios Rafa, como siempre mi enhorabuena y felicitar a Ramón por haberle plantado cara a la enfermedad y estar hoy hecho un fenómeno, vaya si vivirá un porrón de años....
un abrazo a los dos
Balbi _________________ azahar |
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Paco Pelulles don manuel
Registrado: 19 Oct 2006 Mensajes: 380
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Publicado: Lun Jul 30, 2007 7:06 pm Asunto: |
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Rafael:
Yo digo lo mismo, un ¡¡¡OLÉEEEEE como una plaza de Toros!!!.
¡Interesantísima toda la lectura Amigo Rafael.!
A Ramón decirle lo mismo, que me alegro muchísimo de que haya superado con éxito la enfermedad.
¡enhorabuena y de nuevo Felicidades!!
Un Fuerte Abrazo, para los DOS.
Paco Pelulles. _________________ Como MANOLO ESCOBAR no habrá otro igual. |
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Victoria Administrador

Registrado: 26 Ene 2006 Mensajes: 2568 Ubicación: Rincón de la Victoria (Málaga)
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Publicado: Lun Jul 30, 2007 11:59 pm Asunto: |
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Jope, Rafa, que me tienes en ascuassss. Pero vamos, me parece que estoy viendo una película, con vosotros dos de protagonistas. Bueno, mejor aún, porque en las pelis se ve la cosa desde fuera, y aquí lo vivimos junto con vosotros. Estupendo trabajo, Rafa.
Ramón, te digo lo mismo que Paco y Tere: enhorabuena por haber superado esa odiosa enfermedad, y... te voy a hacer un encargo pa septiembre: que pases a dvd el vídeo de ese concurso, y lo pongas en algún sitio para que lo veamos, porfaaaaa. O me lo envías y yo lo subo al youtbe. Hala, a hacer trabajar a los de la valija, jejejeeeje. Ah, ya he recogido tu disco, pero me lo he dejado en el ayun. A ver si mañana lo pongo en el coche y me deleito en los trayectos al trabajo  |
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tere don manuel

Registrado: 28 Ago 2006 Mensajes: 525 Ubicación: malaga
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Publicado: Mar Jul 31, 2007 10:20 pm Asunto: |
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Caramba Rafael ! mientras leo tu relato, tengo la sensación de que voy con vosotros en el coche o andando por la calle .
Genial como lo describes todo, los dialogos... En fin que ya estoy deseando seguir leyendo lo que sigue. A ver si no nos haces esperar mucho.
Un saludo |
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Rafael don manuel

Registrado: 30 Jun 2006 Mensajes: 846 Ubicación: Alicante
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Publicado: Mie Ago 01, 2007 5:20 am Asunto: |
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CAPÍTULO X.- EPÍLOGO: EL FINAL DE UNA ILUSIÓN
(Cuarta parte).
Enfrente del hotel Meliá-Benidorm, exactamente a su altura, una pequeña calle en pronunciada pendiente da acceso a las urbanizaciones más lujosas de esta famosa ciudad costera. Al comienzo de la misma, nada hace presagiar el tipo de mansiones que, ascendiendo por una pequeña colina, vamos a encontrar pocos metros más arriba. Se trata de la calle nominada en homenaje al popular actor Tony Leblanc, gran amigo de nuestro querido Manolo Escobar.
-Gira ahora a la derecha y cruza esa pequeña transversal, llamada avenida de Estocolmo –voy indicando a mi compañero que sigue obedientemente las instrucciones-. Ahora, sigue en línea recta siempre en continua subida y, cuando ya no puedas continuar pues te darías de bruces con el monte, cambias de dirección y, a mano izquierda ya en bajada, se encuentra la calle que Benidorm dedicó a Manolo Escobar. Nuestro destino es el número siete, el chalet popularmente conocido como “El Porompompero”.
Es aquella una zona apacible, lujosa, lejana del bullicio urbano, en plena comunión con la naturaleza. Al borde de un pequeño cerro poblado de pinos, zigzaguea una especie de camino asfaltado, perteneciente a la llamada Urbanización “Pla del Bayo”, flanqueado por chalets enormes como palacios, carísimas viviendas sólo al alcance de magnates y millonarios.
Sin bajar del automóvil, Ramón y yo buscamos el número siete sin encontrarlo en el primer intento. Volvimos sobre nuestros pasos y, tras bordear varias manzanas de viviendas, llegamos al punto inicial. Y esta vez sí: allí estaba la casa de Manolo Escobar, su extraordinaria morada, el lugar de reposo después de giras y jornadas agotadoras de trabajo. Era previsible que el maestro, su señora esposa y su sobrino-manager se encontrasen allí, esperándonos.
-¿Cuántos euros tendríamos que pagar para comprar un apartamento en este lugar? –pregunto inocentemente, sin esperar la rápida respuesta de mi amigo.
-No muchos, no muchos. Aquí el terreno se ha devaluado –bromeó Ramón-. En pesetas, aproximadamente treinta o cuarenta millones.
Allí no había problema de aparcamiento. Así pues, mi amigo estacionó junto a la puerta de acceso a la vivienda del maestro, precedido su vehículo por un vistoso BMV y, a su vez, delante de dos grandes “Mercedes”.
-El coche de Manolo debe de ser uno de estos. Yo me inclinaría más por ese Mercedes oscuro, matrícula de Madrid; en cambio, probablemente el más pequeño sea el de su sobrino Gabriel.
Eran las seis menos cuarto de la tarde, el calor no disminuía lo más mínimo y no había sombra alguna en la que buscar cobijo. Pese a todo, mi compañero no perdía ocasión de fijarse en el más pequeño detalle y, cámara fotográfica en ristre, captó su primera instantánea, consistente en una vista exterior del chalet.
La fachada de la vivienda del popular cantante andaluz, de color amarillo, se asemeja a una fortaleza con tres altas torres, adosadas una a otra, siendo la última de ellas de carácter semicircular y, ubicándose en el extremo opuesto, un recinto con el mismo diseño aunque de aspecto porticado e inferior altura, al cual se accedía a través de una pequeña escalinata que, al propio tiempo, servía de medio de entrada a las dependencias del edificio. El conjunto arquitectónico se complementa con una parcela de extensión considerable en la cual no podían faltar la piscina cubierta, varias tumbonas dispersas junto a ella y tres o cuatro sombrillas desplegadas. La residencia queda separada de la calle por un pequeño muro de la misma tonalidad, de escasa altura y longitud limitada, complementado por unos frondosos parterres que impiden la visión desde el exterior. Finalmente, las paredes de la mole son jalonadas por un número muy reducido de ventanas que acentúan la falta de iluminación natural del interior del inmueble.
-¿Te has dado cuenta? –me llama la atención Ramón-. Fíjate en el buzón que hay junto a la puerta de entrada…
-¡Qué curioso! Es el emblema de Manolo Escobar, su signo de identidad, el símbolo recurrente por el cual se le conoce en el mundo entero.
-Rafael… ¡es el carro! –exclama riéndose-. ¡El carro! No podía faltar… Bueno, pues esta será la segunda fotografía que va a quedar para la posteridad. Por fin, Rafa –sigue todo jocoso y divertido-, por fin lo ha encontrado ya.
Efectivamente: sobre forja de hierro aparece grabado en el buzón de correos un brioso corcel tirando de un carro sobre un terreno accidentado, proceloso, ondulante, en el cual no pueden faltar las conchas de mar.
-Lo que echo en falta es la indicación de “El Porompompero”. No figura en la fachada.
-Bien, Ramón. Faltan cinco minutos para las seis y ya es el momento de llamar por el portero electrónico. Vamos a sacar del maletero los regalos y crucemos los dedos para que todo salga bien.
Dicho y hecho. Me aproximo a la puerta y pulso el botón del interfono que, casualmente, se encuentra debajo del buzón del correo. Espero respuesta. Extrañamente, no estoy nervioso.
-¿Quién es? –inquiere una voz de mujer con marcado acento extranjero.
-Buenas tardes. ¿Es el domicilio de D. Manuel García Escobar? –respondo, a mi vez, con otra pregunta.
-Sí, es aquí –el tono es distante-. ¿Qué desea? ¿Quién es usted?
-Teníamos hoy concertada una visita con D. Manuel, a esta misma hora.
-¿Una visita? –hay sorpresa y extrañeza en sus palabras-. Yo no sé absolutamente nada y creo que mi marido tampoco…
Miro a Ramón sin entender lo más mínimo. Me encojo de hombros: ahora los sorprendidos somos nosotros. Confuso, me dirijo de nuevo a mi interlocutora, la señora de Manolo Escobar.
-Mire usted –deseo aclarar la situación-: su sobrino Gabriel nos había concertado una cita hoy, a las seis. Debe de haber algún error…
-Insisto en que nosotros no sabemos nada de eso. Gabriel se encuentra en Valencia reparando su coche, pues ha tenido un accidente. Él no nos ha dicho que usted iba a venir… No sabemos cuando volverá, pero de todas formas, se lo voy a comentar a mi marido por si él tiene alguna noticia. ¿Me puede decir su nombre, por favor?
-Me llamo Rafael Casas y vengo de Alicante.
Yo no podía dar crédito a lo que sucedía. Esto ya clamaba al cielo. Me vuelvo hacia Ramón que asiste estupefacto a la conversación y no puedo más que decir:
-No entiendo ni una palabra de todo esto. Ignoro si se nos quiere tomar el pelo, o nos quieren gastar una broma (algo que, por otra parte, no tendría ninguna gracia), o desean jugar con nosotros… En fin, vamos a ver qué pasa.
Breves instantes más tarde, la misma voz suena a través del portero electrónico:
-Perdone, pero mi marido no sabe nada de nada, ni a usted le conoce, ni le suena su nombre, ni sabe a qué viene.
-Pues no se preocupe –me despido apesadumbrado-. Disculpe la molestia.
Afortunadamente, doña Ana Marx dejó abierta una puerta a la esperanza que, a la postre, resultó ser decisiva.
-Haga el favor de volver dentro de unos quince minutos, aproximadamente, y quedará resuelto el problema. ¿Le parece bien?
-Muchas gracias. Es usted muy amable.
A Ramón y a mí nos embargó un sentimiento de impotencia, de derrumbe, de sensación de no poder hacer nada, ni de ser nada ni nadie. Ello unido a una indignación sin límites, a la impresión de estar siendo objeto de burla, de jugar al ratón y al gato con nosotros o, mejor dicho, de estar ante un trilero que oculta unos inexistentes dados bajo un cubilete y, tras un hábil juego de manos, sabiendo que siempre va a ganar, nos invita a descubrir el recipiente correcto.
-No sé qué hacer –le confieso abrumado a Ramón-. Me asalta la duda de si volvernos a Alicante y mandarlo todo a tomar viento fresco o esperar que se aclare el presunto malentendido. Personalmente, lo lamento más por ti que por mí, pues tú te has molestado y llevas doscientos kilómetros a las espaldas. Yo, al fin y al cabo, vivo mucho más cerca.
Andábamos cabizbajos, sin protección alguna, sudando a más no poder, con la moral por los suelos…
-No sabía yo que se lo tenían tan creído –responde Ramón-. Pero, esto es cosa de Gabriel. Seguro que a su tío no le ha dicho nada y nosotros estamos aquí de pardillos, haciendo el ganso.
-Pero, vamos a ver –trataba yo de explicar el esperpento-. Me resisto a creer que esto sea una tomadura de pelo. ¡No será por las pocas veces que hemos insistido para que se nos reciba! Con la cantidad de regalos que traemos…, con la cantidad de ilusión que ponemos en todo esto…, con la esperanza de tanta gente de la cual somos portadores… Y, todo ello, sin cobrar un duro, sin beneficio económico alguno.
-Nunca mejor dicho –reflexiona Ramón-: todo por el amor al arte. Convéncete, Rafa: esto ha sido una broma. Yo creo que deberíamos tomar el camino de vuelta.
-Entonces, ¿por qué me citó Gabriel a las seis de la tarde de hoy, día 3 de julio? ¿Por qué nos hace venir desde fuera? ¿Por qué no nos dice, desde un principio, que no hay nada que hacer, que les dejemos en paz, que no nos necesitan para nada?
Nuestro paseo era tranquilo, no había prisas, teníamos tiempo suficiente para tomar una determinación, y este era el momento de no precipitarse y adoptar decisiones razonables.
-Se me ocurre que podrías llamar a Gabriel y poner en claro la situación.
-Pues, verdaderamente, no se me había ocurrido –se nos había encendido una bombilla importante-. Manos a la obra.
Marco con celeridad los dígitos de su teléfono y espero contestación con impaciencia.
-Dígame –responde el interesado.
-¿Gabriel García, por favor? –pregunto.
-Sí, soy yo. Dígame.
-Buenas tardes. Soy Rafael Casas, de Alicante. En estos momentos me encuentro en Benidorm y…
No me dejó continuar. Ya conocía el objeto de mi llamada o, al menos, lo intuía.
-Te pido mil perdones, Rafael. Lo siento muchísimo, pero, créeme, se me ha olvidado por completo informar a Manolo de vuestra visita de hoy…
Era algo que se veía venir. Miro a Ramón y muevo la cabeza de un lado a otro, con gesto de visible enfado y desaprobación.
-… pero no te preocupes –continúa mi interlocutor-: vuelve a la casa de Manolo, pues el problema está ya solucionado y esta vez sí te recibirá.
-¿Espero que llegues tú primero y así nos conocemos y charlamos tranquilamente?
-No, no lo hagas. No te demores, pues ya te esperan –hablaba en singular pues, en aquel momento, Gabriel creía que yo iba solo, sin acompañante-. Un abrazo y hasta pronto.
Regresamos a “El Porompompero” con otros ánimos; nuestro semblante era distinto, la desesperanza y el desencanto habían dado paso a una renacida ilusión, a un reforzado optimismo, a la reafirmación del deseo no ya de conocer personalmente a Manolo Escobar (eso, en cierto modo, era lo de menos) sino, ante todo, de ser conocidos por él, de lograr una bien merecida notoriedad ante él, de ocupar en su consideración el puesto que en justicia nos corresponde. Es esta, y no otra, nuestra mayor aspiración: que el maestro nos reconozca, nos tenga en cuenta y corresponda a nuestro cariño en su justa medida.
Con decisión me acerco de nuevo al portero electrónico y llamo, convencido –esta vez sí- de que alguien abrirá y nos recibirá.
Al momento, oigo desde el exterior que alguien se aproxima a la entrada. Me acerco sigilosamente y miro a través de las rendijas que se abren entre los barrotes metálicos de la puerta de acceso a la finca. Es el propio artista, el universal Manolo Escobar en persona quien sale a nuestro encuentro. Miro a Ramón y con notoria excitación le informo:
-¡Es Manolo Escobar! ¡Sale el mismo Manolo Escobar! Personalmente, él viene a abrirnos.
Así fue: allí estaba el hombre de carne y hueso, la persona tan anhelada y a quien tanta gente sueña con saludar. Allí estaba el mito y la leyenda, la figura, el gran maestro de la copla, la voz que ha acompañado la propia existencia de miles de personas y ha hecho enamorarse a innumerable cantidad de almas. Pero, se mostraba ante nosotros con cierto desaliño -¿le habríamos interrumpido la siesta, quizás?-, despojado de su aureola mítica, vestido con una simple camisa de manga corta a rayas y unos vulgares pantalones de “Tergal”, calzado con unas zapatillas de andar por casa, algo despeinado, muy serio.
Allí aparecía el gran D. Manuel descendido de su pedestal de leyenda, tan hombre con sus virtudes y defectos como tú y como yo, de ir tranquilamente por la calle como uno más, con sus setenta y cinco años a cuestas (muy bien llevados, por cierto), pero tan sólo uno más, con su condición de ídolo perdida…
Y de pie, ante nosotros, mirándonos fijamente, estudiándonos, tremendamente serio, con el pensamiento puesto, con gran probabilidad, en otros menesteres y preguntándose, con toda seguridad, el motivo de que aquellos dos perfectos desconocidos fueran a interrumpir la quietud de su hogar.
-Por favor, pasad –fueron sus primeras palabras.
Así lo hicimos, con la interrogante del tiempo que permaneceríamos dentro de las dependencias personales, íntimas, de Manolo Escobar: ¿cinco minutos? ¿diez, quizás…?
Al menos, ya habíamos conseguido nuestro primer objetivo: que, visualmente al menos, supiese ya de nuestra existencia. Conocer, por lo pronto, que había un “chaval” llamado Rafael Casas –la identidad de Ramón Sánchez era, entonces, desconocida para el genio almeriense- que venía desde Alicante a hablar con él y a traerle un montón de obsequios y buenos deseos.
Al fondo de la escena, aparecen tres personas: doña Ana Marx, muy seria y con cara de circunstancias, al igual que su marido, y una pareja –luego supe que también matrimonio- formada por Santi y Alicia, con aspecto más desenfadado y una leve sonrisa en su rostro. |
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Paco Pelulles don manuel
Registrado: 19 Oct 2006 Mensajes: 380
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Publicado: Mie Ago 01, 2007 4:07 pm Asunto: |
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Rafa.
¡Gracias!.¡Mil gracias! Por describirnos como vivisteis esos momentos.
¡Madre mía! ¡Que bonito leer todo esto que escribes!!. ¡Nos tienes “enganchad@s”!!
Como dice Tere, parece que estamos con a vosotros!!.
Rafael, el Sábado por la noche estuve con Pepe Vega, tomando unas cervezas y unas “tapas” con nuestras mujeres, y después un helado en “la Rosa” hasta la una de la madrugada, en Puerta Real, sentados en los bancos junto a la Fuente de las Batallas.
¡Al fresquito!!, estuvimos hablando, de todo un poco, le dije las preguntas que tú me dijiste que le hiciera de tu parte, y como no podía ser menos, me dijo que estará agradecido y encantado de leer tus libros, que cuentes con un CD en cuanto esté terminado (todavía quiere hacerle algunos “retoques” y espera tenerlo para Septiembre)
Me dijo que va a hacer 500 copias, que le vamos a mandar otro a Victoria, y a to@s los que quieran tener un CD de él. Y que pertenezca a nuestro Foro. Aunque él no está registrado, yo le tengo informado de todo, y además quiere pertenecer a nuestra Asociación.
Uno de estos días te llamo y te doy su teléfono, para que cuando vengas a Granada te comuniques con él, porque yo no voy a estar en Armilla esos días, eso es lo que me a dicho.
Espero y deseo que tu padre siga mejorando.
Un Fuerte Abrazo. Paco Pelulles. _________________ Como MANOLO ESCOBAR no habrá otro igual. |
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azahar_25 don manuel

Registrado: 03 Feb 2007 Mensajes: 1411 Ubicación: sevilla
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Publicado: Mie Ago 01, 2007 4:57 pm Asunto: |
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Rafaaaaaaaaaaaaaaaaa, jope... como dice Victoria, tu crees que nos puedes dejar asi?, menos mal que ya sabemos por donde va la cosa por la cronica que nos hizo Ramón, pero eso no se hace hombre¡¡¡¡ acaba el relato que estoy mas engancha que a la novela de yo soy Bea.
Un abrazo
Balbi _________________ azahar |
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mr.porompompero don manuel

Registrado: 27 Ene 2006 Mensajes: 1325 Ubicación: Vitoria
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TONI EL PIPERO don manuel

Registrado: 29 Mar 2007 Mensajes: 1256 Ubicación: Sant boi de llobregat
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Publicado: Lun Ago 06, 2007 10:30 pm Asunto: saludos |
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yo estoi sin palbras Rafael,,,,, no se ni lo que decir,,,,,,,
Solamente decirte que me emociono,, leyendo tu gran obra.
Gracias por teneros como amigos en esta gran pagina,
gracias
gracis
grcias _________________ Querido Manolo |
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