Foro sobre Manolo Escobar

[Rafael]

PRELIMINARES
(Parte primera)
El día 3 de mayo, antevíspera de la "Gala Homenaje a D. Manuel García Escobar (Manolo Escobar)", por la tarde, recibo una llamada a mi teléfono móvil de un número que, en aquel preciso momento, no pude identificar. Contesto.
-Rafael, soy Victoria -me responde.
En ese momento, ya identifiqué a mi interlocutora: ¿Qué habría pasado? No esperaba yo una llamada así. ¿Podría asistir el maestro a la gala, quizás?
-Estoy segura que no has leído el correo que te acabo de enviar a tu e-mail -continúa-. He recibido un mensaje de nuestro compañero Pedro Andreo, el mallorquín. Me dice que don Manuel tiene un video para nosotros.
-¡Caramba! -contesto-. ¡Que bien! Entonces, aunque no podamos tenerlo presente en la gala, sí que le podremos oír. Y, además, dirigiéndose personalmente a nosotros. ¿Es así, Victoria?
-Sí, Rafael. Así es. Pero lo va a grabar mañana, el día antes de la gala-homenaje, fíjate. Yo había pensado que, como tú vives sólo a 40 kilómetros de Benidorm, podrías pasar a recogérselo. Sería una excusa para que conocieras personalmente al maestro y a su sobrino. ¿Qué te parece? ¿Podrías hacerlo? ¿Te haría ilusión?
-Pues, claro que sí, Victoria. Claro que sí. Será para mí un honor recibirlo. Y si llego a ver a D. Manuel y a Gabriel, pues mejor que mejor.
-¡Pues, hecho! -exclama con satisfacción Victoria-. Mañana te pasas. Le voy a enviar un mensaje a Gabriel dándole tu número de teléfono para que se ponga en contacto contigo y ya te indique lo que tienes que hacer.
Mañana hablamos y me cuentas cómo ha ido todo. ¿Vale?
-Muy bien, Victoria. Te mando un fuerte abrazo y espero que todo sea un gran éxito. Nos vemos en Armilla, en todo caso.
Bien, pues iría a Benidorm a recoger la alocución de D. Manuel. Y yo me preguntaba: ¿Cómo sería? ¿Qué diría? ¿Lo haría en DVD, en cinta de video normal, en cualquier otro formato...?
Sin más novedades, pero con una gran ilusión por entrevistarme -aunque sólo fuese por unos pocos minutos- con el maestro y su sobrino, transcurrió el jueves, día 3. Al día siguiente, habría más novedades[/b]

[Rafael]

CAPÍTULO I - PRELIMINARES
(Segunda Parte)

El día 4 de mayo, viernes, no fui al trabajo pues tenía que llevar a mi hijo al médico, en una visita programada. Al entrar por la puerta de la consulta cometí el error de no desconectar el teléfono móvil.
El facultativo me hablaba y el teléfono móvil no dejaba de funcionar. Recibí hasta tres llamadas que no atendí. La cosa no era tan grave, pues el sonido del aparato estaba apagado y sólo funcionaba la vibración. Nadie reparó en que, desde Granada y desde Benidorm, querían hablar conmigo.
A la cuarta llamada, contesté. Salíamos ya de la consulta médica y al otro lado del aparato se encontraba Paco Fernández Ruiz (Paco "el del teatro", nuestro querido y entrañable amigo Paco "Pelulles").
-¡Rafa, soy Paco! -exclama-. ¿Me oyes bien?
-¡Hombre, Paco! -respondo-. ¡Qué alegría me da oírte! ¿Qué tal los preparativos de la gala? Me imagino que estarás liado, liado...
-Liado es poco, Rafa. Estoy nervioso... Trabajando a tope, teniendo que dejar todo listo para mañana. En fin, que no paro. Bueno, ya me ha dicho Victoria que vas a Benidorm a recoger la cinta de Manolo, ¿no?
-En eso hemos quedado, sí. Pero, ni yo he recibido mensaje alguno de Victoria, ni Gabriel me ha llamado tampoco. No sé lo que voy a hacer, porque el tiempo se nos echa encima.
-Pero -me interrumpe Paco- si yo tengo entendido que te han dejado un mensaje... ¿No te ha vuelto a llamar Victoria? Yo acabo de hablar con ella.
-Pues, no. Si ella no me llama, lo haré yo. Tendré que prepararme para ir a Benidorm, porque si no recibo confirmación de Gabriel, ni de nadie, nos quedamos sin cinta, sin palabras de Manolo, ni nada de nada.
-Te tengo que dejar, Rafa -Paco está colapsado y se despide-. Llámame cuando sepas algo, hombre. A ver si todo sale bien y no nos dejan colgados.
No hago sino arrancar el motor de mi coche y ponerme en marcha cuando vuelve a sonar mi móvil. Yo no puedo cogerlo, de modo que le ruego a mi mujer, que me acompaña, que lo haga.
-Se trata de tu amiga Victoria, Rafa -me dice María, mi mujer-. ¿Qué hago?
-Dile que en cuanto llegue a casa la llamo yo. En este momento, me es imposible.

Así fue. Tras quince minutos, llego a casa y me dispongo a devolver la llamada que no pude atender.
-Dime, Victoria. ¿Qué novedades hay? ¿Qué pasa con Gabriel?
-Rafa -me responde mi amiga- acabo de hablar con él. Dice que te ha llamado a tu móvil, pero que nadie le contestaba. Te ha dejado un mensaje.
-Pues, Victoria, siento decirte que no se me ha quedado registrado su número. Venga: dámelo tú que yo lo llamo inmediatamente.
-Pues, coge papel y lápiz y apunta...
Con la celeridad del rayo, tomo nota y cuando corto la comunicación con Victoria marco nervioso el número que me acaba de dar. Se trata del móvil de Gabriel, el sobrino y "manager" de Manolo Escobar y me disponía a hablar con él por vez primera.
-Dígame -responde mi interlocutor.
Era una voz recia, potente, segura. Contesto:
-Buenos días, soy Rafael Casas. ¿Hablo con Gabriel García, por favor?
-Sí, soy yo -dice-. ¡Ah, ya sé quien eres! Por cierto, acabo de llamarte y he dejado un mensaje de voz, pues no me contestabas.
Puesto que él me tuteaba, yo también decidí hacerlo. De todas formas, debía ser más joven que yo y le iba a apear el tratamiento sin más. No lo dudé un momento.
-Sí. Posiblemente el teléfono lo tuviese apagado, o bien estuviese yo hablando con otra persona. Bueno, dime: ¿la alocución de don Manuel la tenemos ya? ¿Me paso por Benidorm a recogerla? ¿Cómo se encuentra tu tío? ¿Qué tal estáis todos?
-Muy bien, muy bien. Muchas gracias -el tono de Gabriel García Mármol era cálido, afectuoso, amable, aunque un poquito distante. Al menos, eso me pareció a mí-. Mi tío me da un saludo muy grande para todos vosotros. Reconoce vuestro esfuerzo y lo mucho que le queréis. Lamenta muchísimo, de veras, no poder estar mañana con vosotros. Creedme...
-No lo he dudado ni un minuto, Gabriel -contesto seguro-. Bueno, ¿qué hay de la grabación?
-Aún no se ha hecho. Pero, él está aquí conmigo y nos disponemos a realizarla. Te llamo yo dentro de un momento y te confirmo el lugar donde nos veremos para darte la cinta. Por cierto, repíteme tu número de teléfono pues creo que no se ha grabado en la memoria de mi móvil.
-Muy bien -concluyo-. Espero tu llamada. Iré a Benidorm cuando me indiques.

Media hora más tarde, recibo la esperada comunicación de Gabriel:
-Muy bien, Rafa -esta vez, su voz era más familiar, más cercana, menos protocolaria-. Si vienes antes de las cuatro y media, nos veremos y tendremos el gusto de saludarte. Queremos conocerte y charlar un ratito, antes de irnos. Si no es así, te dejaremos la cinta en la recepción del hotel Meliá-Benidorm. Para el caso de que no puedas estar aquí antes de esa hora, ¿sabes donde está ese hotel? ¿Conoces Benidorm?
-Sí. Siempre que voy dejo el coche en el Parking de "L'Aigüera"...
-¡Uy, qué va, qué va! -exclama-. Eso está en la otra punta de Benidorm. ¿Sabes dónde está el Rincón de Loix?
-Por supuesto. ¡No faltaba más!
-Bien, pues el hotel del que te hablo está ahí. Toma la siguiente dirección: al final de la Avenida del Mediterráneo, giras a la izquierda (es la calle Severo Ochoa) y en el número 1 encontrarás dicho hotel. Es un edificio muy grande, de color blanco...
-Muy bien, Gabriel. No sé si podré llegar antes de las cuatro y media. Haré lo posible. Si ello no es así, te envío a tí y al maestro mi más afectuoso saludo. ¡Ah, se me olvidaba!: tengo varios libros escritos y quiero regalaros a ti y a tu tío los correspondientes ejemplares.
-Nos hará muchísima ilusión. Llámame dentro de un momento, y nos confirmas si podrás o no venir a tiempo. Un abrazo muy grande.

[pereandreo]

Algún día nos tenemos que poner de acuerdo tu y yo... Material tengo, y tú vas a ser el que escriba la biografía definitiva de Manolo.. Jejeje. Muy bien narrado amigo. Un abrazo grande.
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"A veces se me hiela la sonrisa, pero la máquina no debe... o no puede detenerse... Hay que tirar del carro" -Manolo Escobar-

[claudia]

Si señor, una narración propia de un verdadero escritor, muy bien, amigo espero la continuación y despues me lo guardo todo en la carpeta que tengo de cosas de Manolo. En una ocasión, un amigo me mandó un libro escrito por él y creo que fué en un correo son muy largos los libros que escribes? ? tratas todos los temas o te dedicas a biografias o algun otro tema diferente?
GRACIAS POR TODO.

UN cordial saludo

[Victoria]

Jope, Rafaaaaaa. Estoy deseando que continúes la historia. Qué maravilla, qué manera de escribir. Lo mío parecía un informe jurídico de esos que acostumbro a hacer en el curro, leshe. Bueno, me has dejado sin palabras. Espero que tengas tiempo para continuar hoy, porque me tienes en ascuas.

Oye, Pedro, tu idea me parece genial. Si va en serio, habrá que ir madurándola. Rafael está embarcado en varios proyectos, pero éste creo yo que le encantaría.... ¿a que no me equivoco?

[Rafael]

CAPÍTULO I - PRELIMINARES
(Tercera y última parte)

Aproximadamente, a las tres de la tarde del viernes 4 vuelvo a establecer contacto telefónico con Gabriel García Mármol. Esta era la tercera -y presumiblemente última- vez que hablaba con él a lo largo del día.
-Buenas tardes, Rafael -ahora su tono de voz sonaba ya más familiar, menos frío, más cordial-. Ya hemos acabado de grabar las palabras que Manolo os dedica a todos. Por cierto: ¿podrás venir para retirar la cinta antes de la hora que te indiqué?
-Lo siento mucho, Gabriel, pero no me es posible. Me habría gustado mucho saludaros... ¿qué le vamos a hacer?
-Bueno -se limitó a decir-. Entonces ya nos veremos en mejor ocasión. Otra observación te quiero hacer: cuando digitalicéis la cinta no se os debe olvidar suprimir las primeras palabras de Manolo...
-¿Qué palabras son esas? -pregunté con cierta ansiedad.
-Sí, cuando él dice: "¿Puedo empezar ya a hablar? ¿Puedo hacerlo ya?" No queda demasiado bien que eso se emita con el resto de la intervención, ¿no te parece?
-Quizás sea así -respondo sin mucha convicción-. Por último, y antes de que se me olvide: reitero el ofrecimiento que hace un momento te hice. Deseo que tanto tú como tu tío tengais los cinco libros que, hasta el momento, he publicado. Concretamente uno, el relativo a la historia de la banda de música del pueblo donde trabajo, os puede interesar de modo especial. Me hace especial ilusión podéroslo dedicar.
-Repito mi sincero agradecimiento. Pero, no los traigas ahora, ni mucho menos los dejes en la recepción del hotel. Quiero que nos los entregues en mano, personalmente. Durante el mes de mayo, es bastante difícil que nos veamos, pues Manolo y yo estaremos fuera aproximadamente unos quince días. Después regresaremos y, tras descansar durante muy poco tiempo en que no tenemos previsto ver a nadie, volveremos a salir. En junio es el mejor momento para quedar: como tú tienes mi teléfono puedes llamarme a mí, o bien -si lo prefieres- sería yo el que contactase contigo. Espera un momento...
Transcurren unos segundos y continúa.
-... Si tienes a mano papel y lápiz, copia este número de teléfono. Se trata del móvil particular de Manolo. Eso sí, te pediría por favor que no lo des a nadie.
-No te preocupes, Gabriel -replico-. En cualquier caso, si con alguien me tengo que poner en contacto para lo que sea no lo haría con tu tío, en modo alguno. Antes acudiría a ti, por supuesto.
-Muchas gracias a todos y un abrazo, Rafael. Que todo os salga estupendamente. Aquí está Manolo: os manda un saludo muy cariñoso...

A las cinco de la tarde (hora torera) tomé el volante de mi coche y, en compañía de mi inseparable esposa, nos encaminamos a Benidorm. Muy poco después de salir, comenzó a llover. Por fortuna duró muy poco y, sin mayor novedad, llegamos por la autopista del Mediterráneo a la ciudad de los "rascacielos".
Siguiendo las indicaciones de Gabriel, llegué al hotel Meliá. Efectivamente, su descripción coincidía en todo con lo dicho minutos antes por el sobrino del célebre artista. Lo que me pareció fantástico y absolutamente anormal fue circular por las calles principales de Benidorm casi vacías, sin el menor asomo del agobio veraniego que caracteriza a esta localidad.
Sin problemas aparco el coche y, al tiempo que me dirijo a pie al hotel, telefoneo por el móvil a Victoria.
-Bien, Victoria. Estoy expectante por comprobar lo que nos deja el maestro. Desde luego, el hotel por fuera es enorme, una maravilla. Te llamo más tarde, cuando tenga la cinta (o lo que sea).
-Esperaré impaciente Rafa -se despide mi interlocutora.

[David]

Enhorabuena por la narracion!!!!
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Poco a Poco aprenderé que no hay sueño inalcanzable y que en esta vida por todo hay que luchar sin cesar si te importa de verdad

[jose morales lopez]

rafael mis maximas felicitaciones, me lo acabo de guardar para tenerlo guardado.
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Almería, un inmenso coral es tu hermosa bahía.
Almería, es tu Virgen del Mar mi estrellita y mi guía. Almería, paraíso de amor,
tus mujeres son flores. Tu alcazaba de luz y tu embrujo andaluz. Reina mora eres tú
para los españoles.

[TONI EL PIPERO]

OLE A ESTE SEÑOR ESCRITOR
QUE MANERA DE NARRAR
GRACIAS RAFAEL
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Querido Manolo

[tere]

Te está quedando genial Rafael, ahi demuestras esa memoria prodigiosa que tienes.

Un abrazo


tere

[Rafael]

CAPÍTULO I - PRELIMINARES
(La conclusión)

Voy caminando en dirección al punto convenido. La entrada del hotel no da una ligera idea de lo que uno puede encontrar en el interior.
Franqueamos la puerta y el paisaje es otro: un magnífico y lujoso vestíbulo con ordenadores dotados de internet para los usuarios, amplias salas con cómodos sillones que sirven de descanso al personal, plantas frondosas y fuentes por doquier que dan impresión de frescura y verdor e invitan al "relax" del visitante. Y, al fondo a la derecha, la recepción hacia donde me dirijo presuroso.
-Buenas tardes. Manolo Escobar ha dejado algo para mí -le indico a la empleada que me atiende.
-Aquí tiene -me alarga un pequeño sobre con la siguiente indicación escrita a mano: "SALUDO DE MANOLO ESCOBAR. A LA ATENCIÓN DE RAFAEL".
Automáticamente miro a mi mujer y me encojo de hombros. ¿Sólo era eso? ¿No había nadie más? En verdad, yo esperaba otra cosa. En fin, abro el envoltorio a ver qué encuentro.
-Pero..., María. Es una cinta minúscula y, además, analógica. Es decir, que en tiempo record hemos de pasarla a formato DVD si se quiere que mañana podamos emitirla y la logremos ver...
Mi mujer afirmaba con la cabeza sin decir nada. Yo seguía desconcertado.
-... Además, se trata de una cinta como de esas antiguas de 8 milímetros. Tampoco entiendo mucho de esta materia, pero no hay que ser muy especialista en el tema para afirmar que este artilugio necesita un aparato especial, es decir, un adaptador concreto para poder visionar su contenido. Realmente, María -exclamo defraudado- "para este viaje no se necesitaban tantas alforjas".
-Ahora hablas así, Rafa, porque estás contrariado -responde-. Yo sé que tú, en el fondo, ni piensas, ni sientes lo que estás diciendo.
-Es posible, María. Pero tengo la ligera impresión de que a este hombre [evidentemente me refería a Manuel García Escobar o a Gabriel García, que "tanto monta"] no le importamos lo suficiente. No sé, es una sensación. Ignoro si responderá a la realidad.
Se me veía desencantado y tendría que comunicarlo a mis compañeros. Pero, no deseaba hacerlo desde Benidorm. Quería llegar cuanto antes a Alicante y, desde allí, dar la noticia.
-Además -concluí-, ¡a saber lo que nos habrá dejado grabado...!
Rápidamente tomamos la carretera hacia la capital evitando la autopista para no tener que pagar los 3 euros del peaje. El viaje lo hicimos en silencio: por mi mente resonaban las palabras de Gabriel y, entonces, comprendí claramente su mensaje: "Tenéis que digitalizar la cinta y suprimir las primeras palabras de Manolo..."
Llegamos a la ciudad de la luz y, nada más cruzar los umbrales de mi casa, marco el número de teléfono del teatro de Armilla. Contesta Paco Fernández:
-¡Hombre, Rafa! -exclama Paco con su habitual alegría-. Cuéntame, ¿cómo ha ido todo? Espero que bien.
-¡No sabría yo dque decir1 -respondo y en mi tono se nota desilusión.
-¿Como? -se sorprende-. No te entiendo.
-Pues, es una cinta analógica, de las pequeñitas, como de esas antiguas que necesitan una cámara especial para verlas.
-¡Ooooooh! -su voz ya no es la misma-. No me digas, no me lo puedo creer. Entonces, ¿qué hago yo ahora...? Fíjate: he divulgado a los cuatro vientos que íbamos a tener una estupenda grabación del maestro, lo he dicho a las autoridades, me he comprometido... Si no da tiempo a prepararla y que su pueda ver en la gala, ¿qué excusa doy? ¿Cómo salgo de esto...?
-No te preocupes. Aquí cerca de mi casa hay un estudio fotográfico y voy a llevarla para ver si urgentemente la pueden transformar en DVD y lo puedo llevar mañana. Me marcho rápidamente porque deben cerrar ya pronto. Cuando vuelva, llamaré a Victoria.
Así lo hice. Llegué al establecimiento comercial de "Kodak" y allí me atendió un encargado.
-Por favor, ¿podría pasar el contenido de esta cinta de vídeo a DVD? ¿Lo harían ustedes?
-Naturalmente -responde-. Me deja la grabación y la mandamos al laboratorio hoy mismo.
-Pero, la necesito para mañana con carácter urgente -contesto con toda inocencia.
Mi interlocutor me mira sorprendido y se sonríe. No puede dar crédito.
-Esto no lo tendríamos hasta dentro de cinco días como muy pronto -no se inmuta-. Antes, ni soñando...
-Uf, nada, no es posible -yo tiraba la toalla-. Una última pregunta, si me lo permite: ¿cuánto vale este trabajo?
-30 euros, aproximadamente.
Cortésmente me despedí y regresé a casa danto todo por perdido. Llamo a Victoria a las nueve de la noche y la informo.
-Vaya hombre, vaya -son sus palabras-. Solo me queda poner un mensaje en el foro pidiendo ayuda por si alguien que vaya a Granada puede llevar alguna cámara que sea capaz de reproducir la cinta. No puedo hacer mucho más... En fin, si no se puede, no se puede.
-¿No conocer tú a nadie que tenga un adaptador de ese tipo? -pregunto innecesariamente.
-Pues, no. Yo creo que tenía una cámara de esas, pero la dí. Nada, no pasa nada. Llévate mañana esa cinta a Armilla por si se pudiera hacer algo al final. ¡Hay que ver si tuviéramos suerte...! -exclamaba aún con esperanza-. Chico, cómo se pueden torcer al final las cosas.
-Un abrazo, Victoria. Nos vemos mañana. Descansa.

(FIN DEL CAPÍTULO PRIMERO)

[Victoria]

Rafael, tío, tienes una memoria impresionante. Y escribiendo... Bueno, qué te voy a decir yo que no hayas oído ya.

Estoy impaciente por leer la crónica de lo que pasó el sábado hasta las cinco de la tarde, que me lo perdí. Teníamos que habernos ido por la mañana, pero el jefe no estaba por la labor. Ahora, la próxima pienso llegar tempranito, que conste.

Por cierto, una pregunta: os llevasteis todos un cartel de la gala? Y otra: quedó alguno para llevárselo a Manolo?