Foro sobre Manolo Escobar

[Rafael]

CAPITULO I.- LOS PRELIMINARES.

La actuacion de Manolo Escobar en el Teatro "Isabel La Catolica" de Granada durante los pasados dias 3 y 4 de mayo coincidia con mi visita a la ciudad de la Alhambra en esas mismas fechas. Esta casualidad, fruto del azar y -en consecuencia- sin relacion alguna, me lleno de gran alegria.
Asi pues, ya que regresaba a mi casa paterna, debia tambien aprovechar mi estancia alli para visitar y saludar efusivamente al astro almeriense, despues de casi un año de la ultima (y unica) entrevista que con el mantuvimos en su residencia de Benidorm nuestro gran amigo Ramon Sanchez y yo.
Curiosamente, se cumplia el primer aniversario de la celebracion en el Teatro Municipal de Armilla de la gala-homenaje que aquel grupo entusiasta de admiradores, capitaneados por Paco Fernandez, le organizo en su honor y el recuerdo de aquel acontecimiento debia estar presente, como era natural, en esta deseada cita.
Para poder abrazar con toda cordialidad al maestro D. Manuel debia, en primer lugar, contactar con su entorno mas cercano, constituido como bien sabemos por sus representantes artisticos y "managers" Gabriel Garcia -sobrino del artista- y Alicia, encantadora mujer a quien ya tuvimos la suerte de conocer en casa de Escobar.
Asi nos lo advirtio el mismo a Ramon Sanchez y a mi en julio del pasado año y, en este caso, no iba a constituir la excepcion, por supuesto.
Como habia perdido los numeros de telefono de las personas mencionadas -incluido el del mismo Manolo Escobar- me dispuse a obtenerlos por mediacion de nuestro compañero Ramon quien, con toda amabilidad (como en el es norma de conducta), me los proporciono al instante. Sendas llamadas infructuosas -a Alicia y a Gabriel- no me hicieron desistir de mi proposito. Mas bien al contrario: ambos me devolvian las citadas llamadas, interesandose por mi solicitud.
- Buenos tardes, soy Gabriel Garcia -eran sus primeras palabras-. Tengo una llamada perdida en mi movil, procedente de ese telefono. ¿Con quien tengo el gusto de hablar?
- ¡Hola, Gabriel! -respondi, de inmediato-. No se si te acordaras de mi... Soy Rafael Casas.
- ¡Hombre, por supuesto! ¿Como no? -el tono de su voz era afable, cordial-. ¿Estas en Torrevieja?
- Asi es -fue mi respuesta, sintiendome satisfecho al comprobar que mi identidad le era familiar-. Tengo entendido que tu tio actua en Granada dentro de unos dias.
- Efectivamente -confirmo-. Para mas exactitud, los dias 2 y 3 de mayo.
- Bien -continue-. Me gustaria poder saludaros a todos, pues para esas fechas yo me encontrare alli. ¿Seria posible...?
- Pues, claro que si. Esto esta hecho -respondio-. Nos tomaremos un cafe y charlaremos tranquilamente... Asi, tendremos la oportunidad de conocernos, ya que el pasado año no pudo ser.
- No coincidimos, no. Pero, Dios mediante, esta vez si habra lugar.
- De acuerdo. Llamame un poco mas adelante y concretamos -fue su despedida.
La conversacion que tuvo lugar minutos mas tarde entre Alicia y yo se desenvolvio en la misma direccion y en identico tono distendido y afectuoso.
Habiendo previsto que los representantes de Manolo Escobar no pondrian obstaculo alguno -podria decirse, incluso, que me dieron toda clase de facilidades- para que mi entrevista con el maestro tuviese lugar, llevaba en mi equipaje algunos objetos que deseaba que don Manuel me firmase. Dichos objetos no eran otros que dos discos pequeños -un single y un EP- de principios de los años setenta pertenecientes, como es natural, a lo mas conocido de la discografia del genial cantante de El Ejido. Dichas grabaciones me las habia hecho llegar nuestra querida amiga ilicitana Laura Cuervo -posiblemente, mas ilusionada y expectante que yo por que mi cita con D. Manuel tuviese lugar- durante el ultimo encuentro que mantuve con ella y con su compañero Marcelino el fin de semana anterior (concretamente, la tarde del domingo 27 de abril, en un centro comercial de Alicante).
Uno de los discos habria de dedicarmelo personalmente el artista y, a tal fin, Laura me lo habia regalado. El otro llevaria estampada la rubrica de Escobar y algunas palabras cariñosas para Laura. Ademas, a todo ello se adicionaba una carta autografa de puño y letra de nuestra compañera, introducida en un sobre cerrado. Dicha carta, a la cual por razones obvias no tuve acceso, la deberia leer Manolo Escobar en la soledad del hotel, tras la actuacion y era de suponer que su mensaje no era otro que la expresion de admiracion, afecto y amor que Laura -y, por extension, Marcelino- sienten por su veterano idolo.
Desde el primer momento en que se albergo en mi corazon la esperanza de ver y saludar de nuevo a Manolo Escobar, mantuve el deseo de no ir solo a su encuentro (evidentemente, en este caso acompañado de mi esposa): deseaba que Pepe Vega y Paco Fernandez -nuestros queridos amigos armillenses, incondicionales seguidores de la figura y obra del mito de Almeria- viniesen conmigo a estrechar la mano del maestro y a disfrutar los tres juntos -como hacia diez meses yo ya habia experimentado en compañia del genial cantante Ramon Sanchez- con la presencia de este ser excepcional que en el mundo se llama Manuel Garcia Escobar.
Hasta el ultimo instante mantuve esa ilusion, pero con el paso de las horas la esperanza se desvanecia, impresion que por desgracia habia de confirmar tras conversar telefonicamente con los mencionados compañeros y comprobar su nula disposicion a acudir a la visita a Manolo Escobar por las razones -respetables, eso si- de todos ya conocidas.

[TONI EL PIPERO]

RAFA ES MUY GRATO LEERTE AMIGO,,,,,,,, ME ALEGRO MUCHO QUE PUDIERAS ESTAR OTRA VEZ CON MANOLO.

ME ALEGRO DE TODO CORAZON,, MI PENA POR PACO QUE NO PUDO AXISTIR, Y PEPE CLARO,,,,,,,, VALLA TELA
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Querido Manolo

[David]

Me alegro de volver a leerte...jaja y que estarias con manolo
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Poco a Poco aprenderé que no hay sueño inalcanzable y que en esta vida por todo hay que luchar sin cesar si te importa de verdad

[MANOLO]

hombreee hacia tiempo ehh?¿ lo he hechaba de menos e jeje gracias amigo rafael
SALUDOS
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La primera vez fue un 10 de Julio de 2009 en Pamplona / La segunda vez fue un 13 de Febrero de un 2010 en San Sebastián / La tercera vez fue un 6 de Noviembre del 2011
Tanto el como su familia con la hostia

[Victoria]

Gracias por tu crónica, Rafa. Me alegra un montón que pudieras volver a ver a Manolo, y también conocer por fin a Gabriel. Y que todo fuese tan bien como me comentaste. Te echamos de menos aquí, así que ya sabes... prodígate algo más, vale?

[azahar_25]

Rafa, como siempre da gusto leerte, vive un@ el momento, esperamos contar contigo mas a menudo, ya se que estás ocupadisimo, pero saca cinco minutitos amigo, te echamos de menos.
un abrazo amigo y gracias por todo
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azahar

[laura_escobarista]

YO RAFAEL TE AGRADEZCO TODO LO QUE HICISTES POR MI, ME HIZO MUCHA ILUSION QUE LE DIERAS EL DISCO Y LA CARTA, SIGNIFICA MUCHO PARA MI Y TU LO SABES.
DA GUSTO LEER TUS RELATOS, SIEMPRE APRENDES COSAS NUEVAS CON TUS PALABRAS.
MUCHOS BESOS Y GRACIAS

[Paqui Garcia]

Rafa gracias por deleitarnos de nuevo con tus relatos, encantada que estes otra vez por aqui, como bien dice nuestra amiga Balbi saca ese tiempito para ponernos esas cuatro letras aunque sean que nos hacen aprender tanto.
Besos para todos.
PAQUI

[Paco Pelulles]

Amigo Rafael.

Muchas gracias, verdaderamente eres un Genio escribiendo, siento en el Alma no haberte acompañado para saludar al Maestro.

Para mi precisamente no eran días muy agradables. Se juntaron o de dieron varias coincidencias muy personales que me impidieron ir.

Pero me alegra saber que tú si lo llegaste a ver y saludar.

Estoy deseando que sigas escribiendo. Gracias por dedicarnos tu talento y tu Tiempo.

Un Abrazo. Paco Pelulles.
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Como MANOLO ESCOBAR no habrá otro igual.

[Rafael]

CAPITULO II.- VISITA EN GRANADA (Parte primera).

Con la ilusion intacta, llegue a Granada el primer dia de mayo. De nuevo volvi a reencontrarme con mi familia -aunque con la dolorosa y reciente ausencia de mi padre- y con las bulliciosas calles de la bella ciudad de los Carmenes. Al lado de mi mujer, decidi perderme por sus alegres rincones y, cosa extraña, eche de menos una publicidad suficiente de la actuacion de Manolo Escobar que iba a tener lugar en el principal teatro granadino a partir de las 9 horas de la noche, durante las dos jornadas siguientes, en plena festividad del denominado "Dia de la Cruz", dia grande en la capital de la Alhambra.
Tan solo figuraba una escueta nota dando noticia del acontecimiento, dentro de los llamados "Actos culturales en Granada, mes de mayo de 2008", que figuraba impresa en pequeños carteles fijados en unas pocas vallas publicitarias de la ciudad. Bebiendo un cafe en un centrico bar, tome el periodico "Ideal" y lei complacido la siguiente noticia:

"Manolo Escobar, cantante: 'Mis canciones han sido la banda sonora de nuestra historia reciente'.
En clave intimista, alejado de sus galas convencionales, el cantante Manolo Escobar se colara, una vez mas, en nuestros corazones, pero esta vez desde las tablas del teatro Isabel la Catolica, donde actuara el 2 y 3 de mayo (21.00 horas). Llega a Granada con su espectaculo 'De Manolo a Escobar', con el que lleva dos años recorriendo España y en el que repasa los momentos mas emblematicos de su trayectoria: desde su debut en Cordoba con 'Canta Manolo Escobar', al inicio de su carrera cinematografica en los años sesenta.
[...]
-¿Granada, significa algo para usted?
-Mucho, porque es una ciudad bellisima donde tambien hice cine: 'Todo es posible en Granada'. La belleza de la Alhambra es dificil de igualar, y tambien el roce de culturas que se vive en esta ciudad, tan enriquecedor..."

Una vez en casa, descolgue el telefono y marque el numero de Gabriel:
- Buenos dias, Gabriel -fue mi saludo-. Acabo de llegar a Granada y, tal como quedamos, te llamo para concretar mi visita.
- Me alegro de hablar contigo, Rafael -respondio-. Pues, el dia que te venga bien nos vemos... ¿Te parece mañana, 2 de mayo? ¿Pasado mañana, quizas...?
- Prefiero que sea el ultimo dia, si no hay inconveniente.
- Ninguno, ninguno. Te espero a las siete de la tarde en la puerta del teatro. Como ya imagino que sabes donde esta, no te dare mas indicaciones. ¿Estas de acuerdo?
- Por supuesto -conteste-. Alli nos vemos, Dios mediante. Un saludo, Grabiel, y muchas gracias.
Cuidadosamente introduje en una bolsa los discos y la carta. Suponiendo que Alicia estaria presente, y si tenemos en cuenta que en la residencia del artista en Benidorm fue la unica persona a quien no se le llevo ningun obsequio por nuestra parte al no poder prever su presencia en aquella recordada entrevista al maestro, añadi una de mis obras -la mas voluminosa de todas ellas, referida a la Historia de la Banda de Musica de Torrevieja, por ser la que mas interes podia ofrecer- para entregarla como regalo a aquella simpatica y agradable mujer.
Llegado el dia prefijado, a las seis de la tarde y pertrechado de los mencionados presentes que, a buen seguro, iban a emocionar al maestro sali en direccion al Teatro Isabel la Catolica, con la unica compañia de Maria, mi mujer. Previamente, ya habia tenido que soportar las bromas burlescas de una parte de los miembros de mi familia acerca de la ansiada visita a D. Manuel pero, por mi parte, no hice caso alguno. Yo iba a lo mio y en mi mente resonaban aquellos versos de Luis de Gongora que decian:
"Ande yo caliente
y riase la gente".
El camino se me hizo corto, pese a la gran distancia que separa la residencia de mi madre del teatro referenciado. A mi lado, Maria conversaba de temas ajenos a la visita y al propio Manolo Escobar, pero en mi mente no habia lugar mas que para el recuerdo del artista y a la impresion que habria de causarle mi presencia.
El telefono movil seguia abierto, con la esperanza de recibir una llamada imposible que hubiera incrementado mi alegria: la procedente de Paco "Pelulles" y/o de Pepe Vega. Vana ilusion: ya comente en otro lugar que esa comunicacion no tendria lugar por mucho que me resistiese a aceptarlo y esperase en balde.
Llegamos a la puerta del Coliseo a las siete menos diez de la tarde y la muchedumbre hervia por la calle. El ruido era ensordecedor, la via publica intransitable del inmenso gentio y alli, sentados en un banco de piedra aledaño, esperabamos mi mujer y yo la hora convenida.
Esta llego... Mis dedos marcaron seguidamente el numero del telefono movil del sobrino y "manager" de Escobar.
- Buenas tardes, Gabriel. Vuelvo a ser Rafa...
- ¿Que tal, Rafael? -responde imperturbable-. ¿Donde estas?
- En la misma puerta del teatro, esperandote. No te veo por ningun lado.
- Me vas a perdonar -contesta-, pero me ha surgido un imprevisto. Ahora mismo me dirijo al hotel a buscar a Manolo. No vamos a poder quedar a la hora prevista, sino mas bien a las ocho menos cuarto. No te importa, ¿verdad?
- Para nada, Gabriel. Es muy amable de tu parte...
- Es que, veras -se explica, disculpandose-: tiene que hacer la prueba de sonido, que es preceptiva, y el, como esta bastante cansado, ha preferido quedarse en el hotel y relajarse un poco.
- Lo entiendo perfectamente. No te preocupes.
- Ya, pero es que me sabe mal... Haz tiempo y, mientras, tomate una cerveza. El tiempo pasa rapido.
Asi fue. Hasta el momento convenido, sucedieron dos cosas:
En primer lugar, mi mujer me abandono pues tuvo que regresar a casa por motivos familiares y me quede absolutamente solo. Las razones aducidas no fueron comprendidas por mi parte y, pese a que intente retenerla a mi lado y se origino una pequeña discusion entre nosotros, me resigne a la idea de que habia de encontrarme con el insigne maestro sin compañia alguna. Sus argumentos y los mios eran irreconciliables y cada uno opto por seguir su camino.
En segundo lugar, momentos antes de encontrarme con Gabriel (y, de paso, conocerle personalmente), recogi la cariñosa llamada de Laura, procedente de Elche:
- Hola, Rafael. He logrado dejar por un momento el trabajo y aprovecho para hablar contigo. ¿Estas ya con Manolo? -pregunta con indisimulada expectacion.
- Pues, aun no -fue mi respuesta-. La cita ha tenido que retrasarse: tendra lugar dentro de unos minutos. Ya te comentare lo ocurrido con todo detalle, aunque me encantaria poder pasarle el telefono a Manolo Escobar y que pudieras hablar con el.
- ¡Uy, ojala! A mi tambien me gustaria... No sabes cuanto. Si puedo te llamo un poco mas tarde, a ver si hay suerte. Procurare "escaparme" unos pocos minutos, aunque no creas que es nada facil...
Llegadas las ocho horas menos cuarto de la tarde, recibo la llamada procedente de Gabriel y me imparte instrucciones:
- Acercate a la puerta lateral del teatro que esta en la calle pequeña que puedes ver a la izquierda de la entrada principal. Alli te espero.

[David]

Diosss como engancha estooo jajajaaj
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Poco a Poco aprenderé que no hay sueño inalcanzable y que en esta vida por todo hay que luchar sin cesar si te importa de verdad

[esteban fernandez]

tine razon david aver cuando sale la tercera
parte

[laura_escobarista]

DE VERDAD RAFAEL QUE ME DEJAS ALUCINADA, POR TANTAS PALABRAS QUE ESCRIBES, QUE LO DICES CON TANTO SENTIMIENTO QUE NOS LLEGAN AL CORAZON.
YO TE AGRADEZCO TODO LO QUE HICISTES POR MI CON MANOLO, ME HIZO MUCHISIMA ILUSION QUE ME DEDICARA EL DISCO.
ERES UN SER FORMIDABLE Y TE MERECES TODO LO MEJOR, GRACIAS POR TODA TU AMISTAD.
MUCHOS BESOS DE TUS AMIGOS LAURA Y MARCE.

[Rafael]

CAPITULO III.- NUESTRO ENCUENTRO (Parte segunda).

[Nota previa: Los diálogos que se transcriben a continuación han sido reproducidos de modo textual, en su estricta literalidad. Las pequeñas modificaciones que algunos han podido sufrir no obedecen sino a la necesaria elaboración literaria que ha de darse al relato, sin alterar, en lo más mínimo, el sentido con el que los personajes los pronunciaron].

La referida puerta lateral del Teatro Isabel la Católica a la que se refería Gabriel era un pequeño acceso al recinto flanqueado por dos guardias de seguridad. Inmediatamente fui abordado por uno de ellos.
- ¿Espera usted a alguien? –me preguntó-. Por aquí no se puede pasar.
- Ya lo sé –conteste con rapidez-. Espero al sobrino y “manager” de Manolo Escobar. He quedado aquí con él.
En ese mismo momento, un hombre joven, alto, de complexión atlética y muy sonriente hacía su aparición. Como si me conociese de toda la vida –jamás nos habíamos visto- se dirigió a mí en tono desenfadado y familiar.
- Buenas tardes, Rafa. Espera cinco minutitos más, porque Manolo –así llama a su tío, sin apelativo alguno que indique su vínculo- esta terminando el ensayo de su actuación de esta noche. Cuando yo vuelva, te haré una indicación para que me acompañes.
Así fue. Transcurrido ese breve momento, Gabriel García reapareció y me invitó a seguirle.
- Vamos, ven conmigo.
Subimos unas empinadas escaleras que daban acceso a los camerinos y, tras él, entré en uno de ellos. Era un habitáculo pequeño, destartalado, provisto de un enorme espejo, una mesita de trabajo y, caso insólito, una sola silla. En ella, sentado y de espaldas a mí, se hallaba Manolo Escobar, el venerable maestro D. Manuel, con gesto pensativo y sin advertir mi presencia. Junto a él, su fiel colaboradora y “road manager” Alicia tomando notas en un cuaderno y un empleado del Teatro dándole algunas instrucciones.
En ese instante, presintiendo que alguien había accedido al camerino, Manolo Escobar se giró sobre el asiento y me miró fijamente. Esbocé entonces una sonrisa y sus ojos se iluminaron. Entreabrió la boca y, de modo casi inaudible, dijo:
- Rafael... ¿Cómo tu por aquí?
Era evidente su sorpresa, aunque yo daba por hecho que mi visita ya la esperaba. Al menos, así me lo había dado a entender Gabriel en nuestras conversaciones precedentes. Por ese motivo, la única explicación plausible a esta inicial reacción de estupor –gozoso estupor, habría que decir- podría ser su falta de memoria del anuncio que de mi presencia se suponía que le habría debido dar su sobrino.
- He venido a verle, don Manuel –respondí con aplomo-. La razón de que yo me encuentre hoy aquí es, única y exclusivamente, la de estar unos minutos con usted y comprobar lo bien que se encuentra.
- ¿Ah, sí? –pregunta y abre los ojos de par en par-. ¿De verdad lo crees así?
- Lo afirmo rotundamente –volví a insistir.
Pero, no. Esto no era del todo cierto. La verdad era más bien otra: a D. Manuel se le veía cansado, aguantando estoicamente la fatiga, debiendo ser asistido por su personal de confianza y directos colaboradores incluso en algunos desplazamientos, pálido y con gesto demacrado.
Era evidente que los años pasan factura, aunque su naturaleza ha de ser muy fuerte para soportar tanta presión, tanto esfuerzo, tanto trabajo intentando y aparentando no desfallecer, ni arrojar la toalla. Está claro que la rendición ante el agotamiento físico y psíquico no entra dentro de su filosofía vital.
- ¡Que alegría me das! –contesta-. No me encuentro mal, no.
Se levanta de la silla y, tras acercarse a mí y poner su mano sobre mi hombro, continúa:
- Siento no poder ofrecerte ni un asiento siquiera. Pero, es el único que hay...
- Ni se preocupe lo más mínimo, D. Manuel –le interrumpo-. Haga el favor de sentarse, que tanto usted como yo estamos así bien.
Y sentado permaneció hasta el mismo momento de mi despedida. Entretanto, Alicia y Gabriel entraban y salían de la habitación mostrándose ajenos y absolutamente al margen de nuestra conversación.
- Pues sí –continué-. Lo veo mejor desde nuestro último encuentro, en su casa de Benidorm el verano pasado...
Sonrió con regocijo. Lo recordaba perfectamente.
- ¿Te acuerdas? Fue una tarde estupenda. Me gustó mucho encontrar a personas como vosotros, tan joviales y alegres y, fundamentalmente, comprobando que la admiración que profesáis por Manolo Escobar es sincera, franca.
- Así es –afirmé.
- Por cierto, ¿cómo le va a tu compañero Ramón? ¿Qué es de su vida? –me preguntó con visible interés-. Hace ya tiempo que no sé de él...
Era obvio que, para el maestro, Ramón Sánchez y yo vamos ligados en su recuerdo, asociados en su genial mente, producto de la grata impresión que le causamos aquella calurosa y memorable tarde del 3 de julio del pasado año. Al menos, así lo quiero suponer.
- Ramón es un hombre feliz, en estos momentos –respondí-. Hace lo que realmente le gusta: cantar. Y tiene la gran suerte, merecidísima, por supuesto, de llevar su arte por los pueblos cercanos al suyo, allá en la provincia de Murcia.
- Sí, sí... Es cierto. El es de Puerto Lumbreras, ¿verdad? –demostró acordarse perfectamente-. Tiene muy buena voz este hombre. He escuchado sus discos y he de reconocer que es un gran artista. La pena es que no haya iniciado su carrera profesional como cantante mucho más joven. Estoy convencido de que, de haber sido así, habría llegado muy lejos.
He de confesar que era todo un placer, un orgullo y honor oír esas manifestaciones de D. Manuel García Escobar sobre el indudable genio de nuestro querido amigo Ramón. Sentí un estremecimiento de satisfacción y cogiéndole del brazo le dije:
- Don Manuel, le agradezco esas palabras. Pero, a cada uno la vida le sitúa en circunstancias muy diversas. En el caso de Ramón, usted ya las conoce. Para él, lo que realmente importa es que es muy dichoso y se encuentra a gusto con su situación actual y recuerda con agrado su anterior vida laboral.
- Claro, claro –se limitó a responder.
Sin darnos cuenta, el tiempo volaba y la actuación de Manolo Escobar se iba aproximando. Consciente de ello, el maestro no daba señal alguna de impaciencia e inquietud y nuestra conversación fluía apacible y tranquilamente. Aun nos quedaban algunos temas por tratar y varios compañeros a los cuales se hizo especial referencia.

[David]

puff los pelos como escarpiasssss jajajaja manolo es el mejor...
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Poco a Poco aprenderé que no hay sueño inalcanzable y que en esta vida por todo hay que luchar sin cesar si te importa de verdad