NOCHEBUENA...

 

 

 

 

 


Padre solitario que no ves tus hijos,
que para olvidarte se inventan reproches.
Padre abandonado, Yo a ti te bendigo,
esta dulce noche...

Abuelo que habitas en sitios oscuros
y ves a la gente gastar con derroche,
mientras tú tiritas de frío en tu zulo.
¡Deja que te arrope!

Sal de los cartones que cubren tu cuerpo,
que un día fue fuerte y repartió cariño.
Calienta tus manos con Mi propio aliento...
¡Ya vas a ser rico!

Mira la alegría que siente la gente...
Oye las bocinas de miles de coches...
Goza de la luz que embarga el ambiente...
¡No más serás pobre!

¡Se acabó esta vida... sal de tu escondrijo!
¡No pienses en nietos que no conociste!
¡Olvida a esos seres que llamas tus hijos!
¡Deja que te cuide!

Es noche de paz, de amor y alegría.
Hace muchos años bajé al mundo Yo
pobre como tú, en cama muy fría.
¡Y todo cambió!

Ya sé que escogí los padres mas santos
y vine a la tierra rodeado de amor.
Mas luego a los dos...¡Nos dañaron tanto...!
¡Nos mató el dolor!

Viejito olvidado que sientes la pena
de ver que tu estirpe se alejó de ti,
goza del reposo de la Paz eterna...
y descansa en Mí...

© Antonio Pardal Rivas

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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