SOLEDAD

 

 

 

 

 

Soledad.
Tristeza insoportable que embarga nuestra alma,
cual pájaro presente de otra vida añorada.
Recuerdos imborrables que nos roban la calma,
sin dejar que olvidemos la existencia pasada.

Soledad.
Angustia inmarcesible que avanza destruyendo
a un ayer que se ofrece difícil de olvidar,
abandonando inerte a un pobre ser pudendo
destrozado a jirones en su largo vagar.

Soledad.
Temores inauditos de este futuro incierto
que sólo ya desdichas nos puede deparar,
dejando muy maltrecho a un corazón abierto
que sangra a borbotones en su triste penar.

Soledad.
Desengaños, pasiones, recuerdos escondidos,
caricias no olvidadas, ternuras ya marchitas,
el hijo que se marcha, amores ya perdidos,
vivencias que perduran de una forma inaudita.

Soledad que rodea la vida eternamente,
esperanzas frustradas en el fluir diario,
caminos recorridos marcados en la mente,
abandono, penurias, subida de un calvario...

Dolor del alma, carencia de caricias,
sinvivir de unos pasos que acaban su andadura
hundidos muy profundos en eterna malicia,
olvidados de todos, cubiertos de amargura.

¡¡Vejez abandonada por los hijos ingratos
que olvidaron de siempre el amor que les diste,
pagándote tu entrega con viles malos tratos
que te hacen maldecir de aquellos que quisiste!!

¡¡Hay millones de seres en este triste mundo
tullidos de dolores por esta cruel conjura,
que llegan olvidados a su último segundo
carentes de ternura!!

¡¡Pero la vida sigue, impávida, fluyendo,
y todos desconocen que llegará el momento
en que en sus propias carnes irán reconociendo,
lo cruel de este tormento!!



© Antonio Pardal Rivas

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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