MORAGA

 

 

 

 

 

 

 

El fuego, allá a lo lejos ilumina
la arena de la playa que se viste
de un púrpura escarlata que resiste
al halo de una luna blanquecina.

Distante se oye el canto de una ondina
que entona malagueñas bajo el triste
tañer de una guitarra que persiste
en dar su melodía a la marina.

¡Aromas del espeto de mi tierra
que inundan por la noche palmerales
y suben de la playa hasta la sierra!

¡Recuerdos del marfil de las juncales
columnas nacaradas dando guerra
de amor entre los verdes matorrales!

© Antonio Pardal Rivas

18-11-07

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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