SUEÑOS

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando la luna ilumina mi sueño
y las estrellas me mecen dormido,
en el silencio se acalla el gemido
de los que sufren por un vano empeño.

Hallo el placer siendo libre y sin dueño.
Vago dichoso en un cielo encendido
donde se escucha tan solo el latido
de los suspiros que arrullan mi ensueño.

Mas al surgir otra vez la alborada
vuelve a romperse el encanto al perderte,
luz de mi luna y mi noche estrellada.

Siento en el pecho un susurro que advierte:
¡Sueña fliz en tu noche embrujada!
¡Sígue soñando y no temas la muerte!

 

© Antonio Pardal Rivas

12-07-07

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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