SIGUIRIYAS SEVILLANAS

 

 

 

 

¡Cuando te veo pasar
cimbreando tus caderas
no hago más que cavilar
si yo tu marío fuera.

Cuando te miro, mujer
como mueves la cintura
maldigo a este mal querer
que me llena de amargura.

Cuando pasas a mi lao
y me miran tus ojazos
me quedo como alelao
y me parto en mil peazos.

Ay sevillana bonita,
sueño contigo a toas horas
que tienes una carita
preciosa como ella sola.

¡No me hagas padecé
lo que por ti estoy sufriendo,
desde el día en que te encontré
de pena me estoy muriendo...!

Ay trianera preciosa
con esa larga melena,
que empalidece a las rosas
junto a tu cara morena...

¡Pena de está ya casao...!
¡Y de no ser tu marío...!
¡Pena de estar embrujao,
por tu rumbo y tu tronío...!

¡Ay Soleá de mis sueños!
¡Que mas quitao el sentío,
y al pensar que tienes dueño,
me voy a tirar al río!

En homenaje al gran olvidado: Manuel Machado


© Antonio Pardal Rivas

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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