DESENGAÑO

 

 

 

 

 

 

Si por un instante
yo hubiese pensado siquiera
que aquellas personas a quién di
mi amistad sincera,
estaban fingiendo un afecto,
malsano y abyecto,
que no descubrí...

Si por un minuto
yo, triste inocente,
hubiera intuído siquiera
la gran falsedad que oculta la gente
cuando, sin pudor, te dice:
"mi amistad te he dado".
Y a tu espalda, luego,
van matando tu honra,
a sangre y a fuego...

Si por un segundo,
hubiese atisbado alguna sospecha,
cuando abría mi alma,
a gente envidiosa,
que con voz melosa,
mentían, diciendo, "mi amigo eres tú",
mientras me clavaban, inerte, en la cruz.

¡Cuanto sufrimiento habríame ahorrado...!
¡Cuanta pena inutil hubiese evitado...!
¡Cuanto inmenso daño...!
¡Al ver que a mi alma cruelmente han matado...
con el desengaño...!

© Antonio Pardal Rivas

Octubre de 2005.

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER