¡Cómo está el patio político, y éso que faltan meses para las municipales y autonómicas y mas de un año para la generales!... Los partidos políticos, con sus mandos a la cabeza, concurren ya en sus convenciones, afilando las armas para el combate y estudiando la tactica a emplear en el campo de batalla electoral. Unos en Sevilla y otros en Zaragoza.
No pongo nada por imposible. Cuando yo era un niño, recuerdo oir decir a mis padres que Franco ganó la guerra en Andalucia gracias a los embustes que echaba el general Queipo de Llano por radio. Todo lo que decía era mentira, pero la gente se lo creía y al final consiguió la victoria en el territorio que le fue encomendado por Franco, generalísmo de los ejércitos nacionales. Hay batallas que se ganan por la fuerza (véase lo que está ocurriendo en Túnez y Egipto), y otras por estrategia, sin pegar un solo tiro. Y esto vale también, en política, para las elecciones, donde, al fin y al cabo, de éso se trata, de ganar una batalle dialéctica que se decide en las urnas
PSOE y PP son, sin duda, los contendientes primordiales a tener en cuenta en los próximos meses, de cara a las elecciones municipales y autonómicas, y un poco después en las generales. Desde sus respectivas posiciones de salida, uno lo hace con el miedo que le meten las encuestas, y otro con la euforia que esas mismas encuestas le proporcionan antes de que empiecen a cruzarse los discursos contendientes en el ámbito del período electoral nacional correspondiente.
Para el PP un mal comienzo puede ser la eatrategia de estar vendiendo la piel del oso antes de cazarlo, jactándose de tener ya la victoria conseguida. Y para el PSOE un buen comienzo puede ser sacar ímpetu de sus cenizas, concentrando toda su atención en unirse a un líder aun no decidido, pero que bien pudiera ser de nuevo Zapatero a juzgar por los apoyos que últimamente esta recibiendo de sus mas allegados ministros, pues no por denostado circunstancialmente, éste ha perdido su capacidad de seducir, engañando a las masas, convencido de ser el salvador de España despues de haber sido el artífice de su catástrofe.. La perspectiva de verse desalojados de sus palacetes, de sus despachos, de sus sillones, de sus automóviles, de sus restaurantes, de sus sueldazos y mamandurrias, puede producir y produce en el ámbito socialista un revulsivo lógico capaz de hacer milagros.
He visto hoy en televisión al "Queipo de Llano" de nuestros dias, tras el apoyo que ha recibido en Zaragoza por parte del Sr. Chaves (el de los 10 millones), del ministro D. José Blanco y de D. Marcelino Iglesias, pletórico de optimismo, con su típica sonrisa "Netoliana" de tiempos pasados, orgulloso del acuerdo sobre las pensiones entre Gobierno, Patronal y Sindicatos, cuando ese pacto, por perjudicial y funesto para la sociedad en su conjunto -aunque ahora sea necesario-, mas bien debiera producirle al Jefe del Gobierno un ánimo pesaroso por ser la consecuencia del fracaso de la política económica que él mismo ha mantenido a lo largo de su legislatura.
¡Vamos a sacar a España de la crisis, vamos a crear empleo, vamos a reducir el déficit, vamos a dar confianza en los mercados, vamos, vamos, vamos....! Esas son las consignas y promesas que toca propagar ahora. Y como la guinda del pastel de la mentira, la frasesilla que tambien se ha oido en la convención de Zaragoza:
-¡ Ahora no debemos pensar en el partido, sino en España!
Y esto lo dice Zapatero: el del Estatuto de Cataluña a favor de los independentistas, el que reparte subvenciones buscando el voto, el que ha dividido la opinión de los españoles y nos ha enfrentado de nuevo con leyes controvertidas como la de la Memoria Historica a medias, la del aborto, la de Educación para la Ciudadanía, etc., etc.; el que nos estuvo mintiendo negando la crisis, el que permite que nos suban el recibo de la luz para compensar las pérdidas que producen los molinillos y las placas solares, el que lanza al mercado bursatil todos los dias emisiones de deuda por miles de millones de euros cuyo nominal e intereses han de pagar las generaciones futuras, el que ha creado cinco millones de parados y le echa culpa a la crisis internacional..., y el que ahora pretende que la Oposición le apoye, cuando ha de tomar medidas impopulares, para que se responsabilice con él ante las nefastas consecuencias que puedan acarrearle, como gallito acobardado cuando ve al lobo que se le viene encima y cacarea pidiendo auxilio.
Pero lo dice con un con un movimiento de cabeza tan característico, con una sonrisa tan atractiva, con una gesticulación tan convincente que estoy seguro que media España le admira y se lo cree aunque le esté dando patadas en las espinillas.
Avidad
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