La ciudad donde vives se empequeñece
cuando posas tus pies sobre su asfalto,
las calles te dan felices su bievenida
y hasta el aire parece que es más feliz.
Las flores abren sus pétalos con tu presencia
y hasta esparcen su aroma cuando las miras,
se ruboriza el clavel y se vuelve rojo
y el geranio y la rosa sienten envidia.
El Jilguero canta y trina el ruiseñor,
y el perro que madruga ladra de gozo,
el cielo se viste de azul intenso
el sol en naranja se transformó.
Quien fuera en esos momentos
ave, flores, cielo y sol
y gozar de tu presencia al paso airoso
por la calle sinuosa de la ilusión.
_________________ La vida del poeta se orienta hacia el misterio. Sólo el poeta sabe mirar lo que está lejos.
Emilio García del Nido (TODOPOESÍA)
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