En Andalucía acostumbramos a llamar "niñas" a las mujeres, aunque hayan alcanzado incluso la madurez. Este soneto no va dirigido a nadie. Es pura ficción. Lo escribí para jugar con palabras muy andaluzas como "sentires" o "decires". El final es el más decente que he podido encontrar, pues hay otras palabras más fuertes que también riman con "fruta".
Mira, niña, contente y no me mires con ese tu mirar desvergonzado que soy un hombre y no estoy acabado te digan lo que digan los decires.
No me ligues y luego te retires dejandome compuesto y arreglado, que me queda la fuerza de un tornado para darle respuesta a tus sentires.
Así es que a lo hecho, pecho, niña. O me tomas o sigues por tu ruta olvidando tu loca rebatiña,
pues si quieres hartarte de mi fruta te vas a indigestar de rica piña, con tanto provocar, ¡so disoluta!.
Saludos a todos
Antonio
_________________ Paz y Amor para todos
Antonio
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