Cuando me haya marchado al sitio sin retorno y, cuando al despertarte, encuentres solitario el tálamo suave que nos unió a diario, en el albor naciente de aquel hermoso entorno.
Contempla sin tristeza ese suave contorno. Y desde la ventana, mira el bello escenario en que en los días de invierno, destaca al campanario, cubierto por la nieve, su mas preciado adorno.
No añores mi presencia, que yo estaré a tu lado, entre los altos olmos, entre los bellos sauces, silbando con el viento los más hermosos sones.
No llores por mi ausencia, que cerca, enamorado, te adoraré en el río, en nuestro amado cauce, cantando en sus cascadas mis más tiernas canciones.
_________________ Paz y Amor para todos
Antonio
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