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Solo es oscuridad,
donde el quebranto amargo de la vida,
esboza en la penumbra mal oliente,
el tenue suspirar de una esperanza.
Se aviva en la rasgada noche
la venganza, del ímpetu,
que arrastra hacia el dominio.
Vaga de nuevo el infortunio
por las carnes sangrantes del destino.
Atrás, no queda ya camino.
Se estrecha la vereda en el presente,
hacia la luz incandescente,
que ocupa voraz y omnipotente,
el futuro incierto de mentiras.
Todo es vagar a la deriva,
en ese océano gris y tenebroso.
Se achica la vela de la barca,
blandiendo el corazón, como bandera.
Se oyen las voces prietas del pasado,
soplando a barlovento.
El cascarón arrastra lentamente,
hacia la luz del tímido horizonte,
despojos de un latir ya sosegado.
.No existe el sol en sus fronteras,
ni estrellas , ya, no existen noches.
Callaron las voces sus reproches
y abrió su enorme boca la esperanza.
El negro espectro que arrastró su alma,
la duda de un destino está ofreciendo.
No hay marcha atrás, quedó desierto
donde antes la vida daba frutos.
El camino es enjuto y sin camino.
Llegó el momento, se cerró el telón,
La obra ha concluido.
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