De dos amigos me precio y por ellos lo que sea. El uno nació en Granada; de Murcia, el otro, en la huerta. Donde tenga que batirme, si es que necesario fuera, por ambos con gusto haría tengan razón o no tengan. Y si además la tuvieren, con más bríos y más fuerza. A tal me impulsa mi sangre, castellana y extremeña. Quien se crea que alardeo se equivoca si así piensa, que nunca reté yo en vano pues no me gusta la gresca. Mas la amistad de estos hombres, - cura aquél, éste poeta -, se merece sin dudarlo de mi honor que la defienda. Y quien dude de mi escrito causándome está una ofensa. Tal cosa es muy peligrosa, piense bien a qué se arriesga. Pues les hablé de una sangre que fue vertida en mil gestas: Venció al moro, triunfó en Flandes, en Nápoles y en América. Es raza como no ha habido sobre la faz de la Tierra. Si no, que se lo pregunten a las Águilas francesas. Que un Dos de Mayo, en la calle, aplastó a su soldadesca; la victoriosa en Marengo, la que triunfara en mil guerras. De esta forma aquí yo planto un cartel que, claro, reza: - ¡Defiendo yo a mis amigos con la razón o sin ella! – Quien diga que soy tozudo es muy seguro que acierta, que aun aragonés no siendo es fácil que lo parezca. Siendo sabio, rectifico mis errores; mas no tiemblan ni mi pluma ni mis manos al defender mis ideas. Y es que repito, de nuevo: Circulando por mis venas va la sangre del Quijote, Viriato y Santa Teresa.
_________________ La gloria es de quien la busca; la suerte del que la encuentra.
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