Tú no amarás al hombre y sí al poeta. Tal cosa me la sé ya de memoria, pues siempre ha sucedido en mi existencia. En eso han terminado mis historias.
Que el hombre es arrogante y presumido, por mucho que se encuentre un tanto viejo; jamás se le conoce por muy cerca que llegues de él a estar, menos de lejos.
Podrás hacerte idea del carácter alegre y bonachón pero, escondida debajo de la capa que la cubre, hallar podrás su pérfida ironía.
Te fío que no tiene mala sombra, mas pueden molestarte sus modales. Hay algo que sí es cierto y te aseguro: Mentiras nunca dice y sí verdades.
Quizás eso te ofenda, al ser sincero. Perdónale, si puedes, si así fuera. Ya recibió castigos por tal causa, disculpa y no lo tengas mucho en cuenta.
En cambio con sus versos algo miente, lográndote engañar con lindas rimas; confía sin temor en la persona, de fijo no te roba ni te tima.
Mas siempre ha sucedido lo contrario, jamás han hecho caso a cuanto dije. Creyeron en los versos, no en la prosa; no es justo, ya advertí, si me maldicen.
_________________ La gloria es de quien la busca; la suerte del que la encuentra.
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