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Hice esta poema hace un tiempo, lo hice al ver dos fosas comunes de Republicanos. Eran como dos campos de fútbol de grandes. Se me heló la sangre al verla.Este sólo en una ciudad de España.
Entre ellos está mi padre, no murió en la guerra, murió en el 65 en Valencia, iba a ver a su madre y falleció en el viaje, como eramos muy pobres y el traslado a su ciudad natal era muy costoso porque había que pagar a cada iglesia que pasaba el feretro, lo enterraron en esa fosa, con los republicanos.
Yo era muy niña, apenas tenía 7 años pero lo recuerdo todo, sólo que no sabía donde estaba enterrado y hace unos cuantos meses lo averigué y fui allí.
Me sentí orgullosa al verlo allí.
Después de 50 años sin saber donde estaba.
Mi denuncia al querer tapar esa verguenza queriendo construir encima de las fosas los gobernantes de aquella zona y no se lo han permitido, de momento..., Toda esa zona estaba vallada por orden judicial en reconocimiento de la Memoria Histórica. Tiré un hermoso ramo de flores al aire, cerré los ojos pensando que caerían donde estaba mi padre....
No se si atiné al lanzarlo, pero luego pensé: papá es para tí, pero repártelo entre todos, se lo merecen.
Si explicara en las condiciones que estaba aquella fosa; lamentable es lo único que se me ocurre. Allí nadie sabe donde está nadie, ni un nombre, ni un simple dato, no había nada de nada.
Mi educación fue a cargo de monjas, por ello soy atea.
Por ellos este poema.
Es de desconcierto;
que los ganadores
de malos conciertos
sean los triunfadores.
El humano por ser inteligente;
no ve nada claro
todo lo mira a través de una lente,
lupa empañada,
que muestra una verdad que imagina,
mentiras que le enseñaron,
contaron y falsearon los que mandaron un día.
Y esos, los farsantes;
escribieron la historia a su antojo
y nos pusieron lentes distorsionadas
vendiendo su patraña como válida,
que hasta las religiones torcieron sus renglones
poniendo en altares a criminales.
Al ser un epigrama;
han quedado como rebeldes,
que inquietos se muestran
y su validez los enflaquece
deseando tapar las vergüenzas
que contra ellos arremeten.
Si pusiéramos el corazón delante
sin escuchar voces que difuminan nuestra mente;
la cantidad de aciertos
guiados por nuestros pensamientos
al albedrío y sin ser impuestos,
errantes de los ecos
que ensucian nuestro afecto.
No hay más verdad que la que te dicta el alma;
si está cargada de inquina,
no verás ni con espejuelos
lo que te dicen los dementes,
que de estos hay muchos
como tantos fueron los desconsuelos.
¡Tú ánima!
no la que te dicten credos,
porque ni de lejos puedes creerlos
de tanta doctrina, misterios y rezos,
fanatizan para sernos impuestos.
Pon los anteojos en la razón;
la que te inspire buena danza,
que para colofón
ya tuvimos nuestra chanza,
y no fue guasa, con perdón,
para los que lucharon y no tuvieron venganza.
Que vindicar no es bueno
pero sí, esperan, sin desesperanza;
que un día que no ha de ser lejano
se acuerden de que están enterrados,
amontonados y sin nombre
y también fueron humanos.
Lo que no quisiéramos para nosotros,
tampoco lo queramos para los no nombrados,
y si en nombre de religiones
ni en misa sus ruegos fueron escuchados;
que seamos los inteligentes,
los de al antojo no moldeados,
donde la bondad no se esconde
los que recordamos.
No fue una partida de ajedrez;
se mataron entre hermanos,
y pisaron derechos elegidos
por ello,
recordemos…,
que por eso se nos llama humanos.
paquy
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