FOTOMUSICA

LA ESPÍA MARAVILLA

Miraba por detrás de una mirilla,
del mal era semilla;
sus manos, a través de las paredes,
birlaban documentos en las sedes
de Málaga y Sevilla;
fumaba cigarrillos con cerilla;

sus labios bermellón en tan sencilla
forma curvada y pilla
hacían que cayesen en sus redes
los que necesitó, incluso ustedes;
la Espía Maravilla…
peinaba atado el pelo con horquilla.

Pasaba los domingos en su casa:
encaje con pespunte descosido,
aguja e hilo aprendidos,
pareja e hijas sosas y sin guasa;

Volvía de mañana a su cumplido
agente doble, espía-ama de casa
- ignoran lo que pasa -,
cambiaba de repente, en un silbido.