Cuando yo estudiaba en la Facultad de Derecho la asignatura de Derecho Político, (hace muuuchos años ya de esto), se me enseñó que todo gobernante, para serlo, debe tener legitimidad de origen y legitimidad de ejercicio.
La primera quería decir que hubiese sido elegido por el pueblo soberano, de acuerdo con las leyes.
La segunda, que ese gobernante respetase excrupulosamente las leyes y el interés común.
Y ahora que este gobierno frentepopulista quiere saltarse a la torera 70 años de la historia de España, para buscar su legitimidad en la que tuvo la II República, olvidando la designación del Rey como sucesor en la Jefatura del Estado, que se hizo por Franco, la aprobación de la Ley de Reforma Política y la de la Constitución de 1978, cabe preguntarse:
¿Tenía la II República las legitimidades de origen y ejercicio?
¿Tiene el gobierno actual dichas legitimidades?
Si comenzamos con la II República, podemos tener dudas sobre su legitimidad de origen, pero lo que no cabe duda es sobre la de ejercicio. Un Gobierno que manda asesinar al jefe de la oposición por la misma policía, creo modestamente que ha perdido toda legitimidad de ejercicio.
Y si examinamos la del Gobierno actual, nos podemos preguntar si un gobierno surgido de unas elecciones en las que el día de reflexión sale por TVE su actual Ministro de Interior, a calificar al entonces Jefe del Gobierno y a su partido de embusteros, tiene legitimidad de origen. En mi opinión, no la tiene.
Y si ese gobierno fomenta la aprobación de Estatutos que vulneran todos los artículos de la Constitución y pretende dialogar con un partido declarado ilegal por los Tribunales. ¿Cuenta con la legitimidad de ejercicio?. Creo que tampoco.
Hitler consiguió el poder en Alemania con una clara legitimidad de origen, pero nada más llegar comenzó a vulnerar la Constitución de Weimar y a implantar el totalitarismo.
Nuestro Gobierno ya está, desde hace tiempo, vulnerando nuestra Constitución. El de Hitler era un gobierno Nacional-socialista. El nuestro es Social-nacionalista.
También se me enseñó que contra los gobernantes que carecían de esas dos legitimidades, y que se llamaban tiranos, cabía la sublevación.
De acuerdo con estas enseñanzas, ya en los años cincuenta salí más de una vez a tirar tranvias en Sevilla y me gané mis buenos lapazos de los grises, pues Franco carecía de esas legitimidades.
Ahora la juventud pasa de estas cosas, pues está muy embebida en la litrona...
_________________ Paz y Amor para todos
Antonio
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