Sabian mucho los romanos. El líder de los lusitanos, Viriato, fue asesinado mientras dormía, en un acto de traición, por tres de sus generales. Cuando los traidores fueron a cobrar la recompensa prometida, el cónsul romano, Sirvilio Cepión, los mandó ejecutar y pronunció aquella célebre sentencia que pasaría a la posteridad : “Roma no paga a traidores”
Hoy en día quienes traicionan al estado de derecho alertando a los terroristas encargados de recoger los frutos económicos de la intimidación mafiosa, son recompensados, promovidos a cargos de mayor notoriedad y gratificados con distinciones pensionadas económicamente, mientras los que se arriesgan a ser objetivo de la bomba lapa, son olvidados como carne de cañón.
Roma no paga traidores, dijo Cepión, pero aquí, en España, puede que algunos, mientras se comían un Faisan en pepitoria, hayan dicho: "Aquellos romanos estaban locos."
Son cosillas de nuestra España, sin mucha importancia, que uno escucha o lee por ahí.
Avidad
_________________ la felicidad puede ser la resultante de la verdadera concordia entre nuestra fortuna y nuestra forma de vivir
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