El Partido Popular se ha pasado dos meses pidiendo firmas a la gente para, según tengo entendido, impugnar el Estatuto de Cataluña y declararlo inconstitucional.
Ha obtenido, según parece también, cuatro millones de firmas, aunque no se las ha pedido a todo los españoles, ya que a mí, por ejemplo, nadie me ha pedido que firme en ningún sitio.
Y yo me pregunto, ¿Y ahora qué van a hacer ustedes con tantas firmas? Según parece también, no saben que hacer con ellas y el Estatuto de Cataluña será refrendado por los catalanes y ya en la península ibérica tendremos cuatro naciones de derecho: España. Portugal, Cataluña y Andorra, y una colonia británica: Gibraltar. Eso para empezar, pues yo, y muchos andaluces como yo, decimos que si Cataluña es una nación, Andalucía también lo va a ser.
Esta situación no se puede soportar más, con un partido que se irroga a sí mismo el progresismo, la democracia, la legitimidad de origen republicana, la representación de los obreros y, para cagarla del todo, se sigue llamando español, cuando se encuentra en plena tarea de descuartizar a nuestra Patria.
Pero ahí tenemos a otro partido, que dice representar a la oposición de diez millones de españoles, integrado por una serie de señores que se las dan de superiores y desde que les pusieron la bomba en Atocha no han dado una al derecho. Ellos dicen que representan al centro derecha. Pero lo hacen de una forma tan civilizada y meliflua que se las están metiendo todas dobladas. Su único leit motiv es defender la Constitución de 1978, sin darse cuenta de que esta Constitución es la responsable de que vayamos como vamos. Ellos fueron los primeros en trasladar competencias de educación a las 17 autonomías que se crearon cuando el 90 por 100 de los españoles no sabiamos ni qué era eso, y sólo queríamos democracia y libertad. Ellos son, en gran parte, los responsables de que las nuevas generaciones que encabeza Zapatero no tengan ni repajolera idea de lo que es España y su historia, y estén llenas de odio hacia el vecino.
Como reacción a todo esto, parece ser que se están agrupando los partidos llamados de "ultraderecha", para hacer un frente común contra tanto desaguisado como se está cometiendo y consintiendo por los partidos del Frente Popular en el gobierno, y esos señores melífluos y parsimoniosos que están viendo como destrozan a España delante de sus narices y no saben reaccionar virilmente.
Yo no creo ya en esas divisiones de izquierdas, derechas, ultraderechas y centros. Eso son palabras que han perdido todo su significado desde que el marxismo se fue al carajo. Yo creo en partidos que defiendan de verdad la unidad de nuestra Patria común. El orgullo de haber sido una nación que durante dos siglos tuvo cogidos por los cataplines al resto del mundo, y que no puede desaparecer por capricho de cuatro saltimbanquis de la política. Yo creo en partidos que reconozcan un voto igual a cada uno de los españoles, no uno con doble valor para catalanes y vascos. Y creo en el matrimonio entre hombre y mujer, y lo demás será como quieran llamarlo, menos matrimonio. Yo creo en un partido que adopte las medidas para que España está habitada por españoles, y en todo caso hispanos y europeos, no por sarracenos que acaben imponiendonos su religión y costumbres. Yo quiero un partido donde se enseñe en los colegios historia y geografía de España y no de Euskalerría, Catalunya o Galisa. Yo no quiero svasticas, ni símbolos nazis, ni saludos romanos. Yo no defiendo a Hitler ni a sus matanzas de judios, ni a Franco y sus cuarenta años de dictadura.
Quiero orden, autoridad y paz en mi Patria. Y, por supuesto, quiero una verdadera democracia donde no haya personas que tienen un voto más valioso que el mío.
Si este somero programa, que implica tan sólo un poco de sentido común y de amor a nuestra Patria, (que no es ninguna palabra denigrante cuando se aplica a España. y bellísima cuando se aplica al País Vasco o a Cataluña), es el que van a defender esos partidos que los marxistas han venido en llamar la "ultraderecha", yo desde este momento les ofrezco mi foro como portavoz de los valores tradicionales de todo buen español.
Pongamos remedio a esta calamitosa situación a través de la palabra y la democracia, antes de que haya que volver a ponerlo mediante otra fraticida guerra civil.
Saludos desde Andalucía. España.
Antonio
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