En "este país", coexistimos dos grandes grupos de personas.
Uno de ellos muy compactado, con unas ideas muy claras, igualitarias en todos los aspectos. Y otro integrado por un batiburrillo de individuos que se aglutinan por los más variopintos motivos.
El primer grupo, en el que se engloban unos diez millones doscientas mil personas, es calificado por estos políticos de mierda que tenemos, en el gobierno y en la oposición, de muy diversas formas. Hay un procer que está empeñado en llamarlo centro reformista. Otros lo llaman centro derecha. Los del otro grupo normalmente los denominan "carcas", "fachas", "franquistas" y "fascistas".
Creo que todos se equivocan al llamarlos así. Son pura y símplemente personas de derecha.
Todos ellos comulgan con las mismas ideas:
Se sienten representados por la bandera bicolor, roja y amarilla, y se emocionan al escuchar nuestro actual Himno Nacional. Cuando votaron en las últimas elecciones pretendían, antre otras cosas, que en cada edificio oficial de este país, que ellos denominan España, ondease en el lugar privilegiado, la bandera aprobada por Carlos III.
Sienten un gran respeto por la religión católica, aunque algunas veces lleguen a dudar de su doctrina. Llevan marcado en su córtex cerebral lo que se denomina, para entendernos, el humanismo cristiano. Como consecuencia de ello no les repelen los crucifijos ni las imágenes de santos de que está poblada esta tierra y hasta participan en actos religiosos, como procesiones, romerías y peregrinaciones.
Consecuencia de haber bebido de los pechos de sus madres esas ideas de humanismo cristiano, se oponen al aborto, salvo en gravísimo peligro de la vida de la madre. No les gusta que se denonime matrimonio a la unión de personas del mismo sexo. Respetan al derecho establecido por los procedimientos legales democráticos, y no admiten que existan multitud de Jueces que lo interpreten a su manera según el grupo en el que se hallan encuadrados.
Estas personas odian al político corrupto y no entienden como pueden campar por sus respetos, haciéndose multimillonarios en un pequeño periodo de varios años. Les gustaría que a la función política accedieran las personas mas inteligentes, preparadas y honradas del país.
Ese grupo, muy homogéneo, entiende que España es su país. Su casa. La que heredaron de sus mayores. Y limita al norte con los montes Pirineos, que la separan de Francia, y el mar Cantábrico. Al oeste con el Oceano Atlántico y Portugal. Al sur con el estrecho de Gibraltar, que la separa de Africa, y al este con el mar Mediterráneo. Sentirían como un degarro insoportable que estos límites que les enseñaron en las escuelas y que procuran trasladar a sus hijos y nietos, se modificasen un solo ápice.
Desgraciadamente, estas personas de derecha estaban faltas de la referencia de un partido, pues el lider del PP lo calificaba (y califica), como de centro reformista. Es decir, que no es de derecha y, consecuentemente, admite el aborto tal como está implantado. Que admite los matrimonios homosexuales. Que no se inmuta porque en ciertas zonas y barcos ondee otra bandera ajena a la española. Que, con tal de alcanzer el poder, está dispuesto a tolerar que se eduquen en la mentira de la historia a generaciones enteras de españoles. Que, en definitiva, se ha olvidado del humanismo cristiano para tratar de arañar cuatro votos y medio al otro gran grupo de habitantes de este país.
El otro grupo es una amalgama de personas con creencias e intereses muy dispares. Unos desean la independencia de su región, comarca o pueblo. Juntan varios millones. A otros esto les importa un bledo, pero quieren continuar cobrando el Per sin trabajar, (Que trabajen los negros y los moros...). Parece que no, pero juntan otros varios millones de votantes. Otros se dejan comprar por 400 euros, aunque después la mayoría no los van a cobrar, pues carecen de retenciones en el Impuesto sobre la Renta. Pero también son varios millones a los que se puede manipular a base de embustes. Despues nos encontramos con los que están instalados en el sistema, con sus buenos sueldos y prebendas, y toda la corte de enchufados a dedo por los anteriores. Desde un Presidente de comunidad o un Ministro, hasta el último auxiliar u ordenanza nombrado a dedo por los anteriores, existe una inmensa escala intermedia que suman muchos votos.
Continuamos con los antiguos marxistas reconvertidos desde que se terminó el marxismo. Se dedican a aprobar leyes de memoria histórica en las que la historia sale muy malparada. Su unica manía es demostrar que los del bando de Azaña y Negrín eran unos santos adalides y defensores de la democracia y Franco y su gente unos malditos carniceros asesinos.
Y escrito el preámbulo voy a las consecuencias.
Si hay más de diez millones de personas que tienen un sentimiento común, pero las pretende representar un señor que actúa por diversos motivos idénticos a los del otro grupo... Malo. Muy malo. El resultado es que mucha gente se queda en su casa y no vota, y el que lo hace, se tapa las narices mientras deposita su papeleta. Y si ese señor, que ya ha perdido dos eleciones generales seguidas, se vuelve a presentar otra vez con su ideario de centro reformista, (que no sé lo que es), en las siguientes elecciones generales se va a quedar con la mitad de los votantes. Su partido sabrá lo que hace...
Por el otro lado, hay un señor que se pasa el día comprobando las estadísticas y encuestas. ¿Que hay dos millones de hembras, (no mujeres) que propugnan el asesinato libre de los niños en sus vientres? Pues se autoriza este aborto, coñe, y dos millones de votos más.
¿Que hay otros dos millones de gays y lesbianas que quieren legalizar lo que va contra natura? Pues se legaliza, jo, y ya tenemos cuatro millones de votos.
Que hay otros dos millones que no quieren tener pasaporte español? Pues se aprueba que sus comunidades son naciones y se les promete la independencia en custión de varios años. Ya tenemos seis millones.
Si ahora metes a los del Per y a los que has engañado con los 400 euros, pues ponle tres milloncejos más de votos. Y contamos con nueve ya.
El resto son los marxistas de toda la vida, los miembros del "aparato" y los enchufados.
Y ganan. Y ganarán siempre, mientras no exista un verdadero partido de derechas que represente al primer grupo y se deje de contemporizaciones.
En el Congrso de Valencia se verá si al fin surge un verdadero partido de derecha en España o continuamos reformándonos en el centro, bajo la égira del gran reformador. Ya se están yendo muchos: San Gil, Vidal Cuadras, Mayor Zaragoza, ¿Aguirre?, etc. etc. etc.
Solo digo una cosa, para terminar: si a un partido político lo han votado más de diez millones de personas de derechas, con una ideología extremadamente homogenea...
¿Qué busca este hombre en el gallinero del vecino?
_________________ Paz y Amor para todos
Antonio
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