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¡Hola!, amigos/as:
Zapatero ganó las elecciones. Sí, señores. En mis humildes escritos yo le quise dar la enhorabuena a Rajoy por haberlas perdido. Crei que se iba a retirar a su casa a vivir tranquilo y en paz. Pero resulta que nó, que decidió seguir al frente del PP y en la oposición. Y digo ésto porque después de cuatro años de gobierno del PSOE, y por culpa de los habitantes de este pais, que nos hemos empeñado en dividirnos en dos bandos "per secula seculorum", pasadas las euforias de su real pero exigua victoria, Zapatero se encuentra hoy ante una dificultosa investidura.
Gobernar un pais quiere decir tener el poder de legislar, con acuerdo a un ideario político. Pero las leyes se aprueban en el Parlamento y hacen falta los votos de los diputados para que salgan adelante. Y, miren Vds. por dónde, a Zapatero le faltan unos poquitos votos en el Parlamento para sentirse a gusto del todo; los suficientes para liarla en su investidura y para que sus votantes y los otros nos vayamos dando cuenta poco a poco que para poder seguir teniendo el coche, poder echarle gasolina y pagar la hipoteca, hay que pensar a veces y ser consecuentes con nuestras acciones, pues, aunque parezca que nó, por culpa de la política los paises se meten en lios que traen malas consecuencias y, cuando menos, pueden afectar a nuestros bolsillos.
Esos poquitos votos que le falta a Zapatero para su feliz investidura como Jefe de Gobierno y poder legislar después en el Parlamento con comodidad, son, como todos sabemos, los que luego las minorías ofrecen al Gran Elegido para imponer sus condiciones. Y da la casualidad de que esas minorías son siempre en nuestro pais las que van de la mano de los partidos nacionalistas que, como su nombre indica, son los partidarios de constituir su territorio en nación, mas pronto o mas tarde, como último objetivo. O sea, los secesionistas, los separatistas, los independentistas o como queramos llamarles. Mas claro: los vascos y los catalanes.
En esta ocasión, los vascos (el PNV) ofrecen a Zapatero su apoyo en la investidura y en el parlamento siempre que éste deje encima de la mesa y no retire de su intención la idea de dar solución a su deseo de autodeterminación, que, con el concurso de ETA, pesa ya como una espada sobre nuestras cabezas desde tiempo inmemorial. Posiblemente, Zapatero -nos enteremos o no, porque estas cosas suelen tratarse y hacerse bajo cuerda- ofrecerá a los vascos un estatuto similar o peor que el catalán, con grandes privilegios y ventajas económicas, y al borde de la inconstitucionalidad, a cambio de que se olviden o pospongan indefinidamente la autodeterminación. ¿Quien ganará en esta partida?... Quien ganará no lo sé. Los que perdemos siempre somos los que, embaucados por falaces propagandas políticas electorales, no sabemos en realidad lo que votamos.
En Cataluña la cosa es diferente. Como ya tienen su Estatuto privilegiado, que será refrendado en breve por la justicia zapateril, el problema allí es ahora a ver quien se pone o se queda de presidente de la Generalitat, pues el Sr. Mas dice que como CIU ha ganado las elecciones, le corresponde a él, mientras que el PSC (Partido Socialista de Cataluña), encabronado, dice que al Sr. Montilla, Presidente de la Generalitat actual (andaluz y amigo de Chaves para mas señas), no lo echa de su cargo ni El Señor (el de los cielos). Sea cual sea quien obstente dicho cargo en breve, para ofrecer su apoyo a Zapatero pedirá mas competencias, mas priviligios y mas "guita", que es lo suyo, del reparto de los presupuestos generales del resto de los ciudadanos de este puñetero pais.
Total, como dije en mis anteriores escritos antes de celebrarse las elecciones: al final, ganara quien ganase, mas txistu y tamboril, mas sardanas y mas gaitas gallegas. Ya sabeis lo que quiero decir. No tenemos arreglo, amigos.
Un saludo cordial.
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la felicidad puede ser la resultante de la verdadera concordia entre nuestra fortuna y nuestra forma de vivir
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