Pues mira, yo nunca me he planteado si Andalucía es una nación. Y la verdad, no me preocupa. Ni tampoco creo que sea necesario un nuevo estatuto para darle más autonomía a Andalucía. Quizás sea porque conozco bien cómo funciona la Junta, que es uno de los organismos administrativos más inútiles de los que conozco.
Pero comparto totalmente todo lo que dices de nuestra tierra. Y añado más: también me considero orgullosa de que pasaran por ella, y en ella habitaran durante ocho siglos, los musulmanes. El califato de Córdoba fue una época de esplendor en Andalucía, y los que allí vivían entonces eran tan andaluces y tan españoles como lo somos nosotros ahora.
Esa cultura de entonces no tenía nada que ver con la de los islamistas de ahora. De hecho, los islamistas de aquella época (almorávides y almohades) invadieron la península y destruyeron la mismísima Medina Azahara, seguramente porque pensaban que los habitantes de Al-Andalus tenían una vida disoluta que no se correspondía con el Corán.
Ya sé que los pocos árabes que quedaron al final de la reconquista fueron expulsados al norte de Africa. De hecho, hemos visto la ciudad de Salem, frente a Casablanca, donde fueron a parar los expulsados de España.
Yo no sé cómo acabará esto del estatuto. Pero creo que todos los andaluces, como tú dices, tenemos claro que no queremos ser menos que nadie. Ni los extremeños, ni los castellanos, ni los murcianos... Así que, o jugamos todos, o se rompe la baraja. O nuestros políticos (los de un lado y los de otro) se ponen de acuerdo de una pajolera vez, y piensan primero en España, que ya va siendo hora.
Y como dice la canción de una amiga mía, escrita allá por el año 78... Viva Andalucía libre y su bandera verde y blanca. A mí me gustan los colores... También son los del Betis m´anque pierda.
