FOTOMUSICA

Me extraña que en estos días pasados no haya escrito nadie sobre uno de los temas de más actualidad de la semana. Me refiero a la polvareda que se ha organizado a raíz del discurso del Papa el día 12, y la cita de un escrito de un emperador bizantino de hace varios siglos, referida al islam.

Aunque el Papa ha aclarado su discurso, en el sentido de que no hacía suyas las palabras de este emperador, los exaltados de siempre se han rasgado las vestiduras y han acabado dándole la razón a esas palabras: violencia, cócteles molotov contra las iglesias, y una pobre monja asesinada. Bueno, y Al-Quaeda condenando a muerte a Ratzinger; que, como dice Antonio, me parece que este Papa no va a poder viajar con la facilidad que lo hacía Juan Pablo II.

Lo triste del caso es que, en nuestra sociedad occidental, damos mucha importancia a la libertad de expresión y a la libertad de religión. Tanta, que hasta permitimos que se construyan mezquitas en nuestros países, y que los mahometanos y creyentes de otras religiones puedan practicarlas con total libertad. Eso me parece muy correcto y consecuente. Pero yo pienso que de poco nos va a servir, porque muchos de los fieles que acuden a esas mezquitas, acaban convirtiéndose en mártires de Alá, a pesar de que parezcan estar integrados en nuestra opulenta sociedad.

Para mí esto tiene poco arreglo, y me da la impresión de que la próxima guerra mundial (que llegará tarde o temprano) será un enfrentamiento entre los países islámicos y los cristianos, y los campos de batalla serán nuestras propias ciudades: el metro de Madrid o de Londres, el centro de Nueva York o la Plaza de San Pedro. Me gustaría equivocarme, pero tal como está el patio, mucho tendrían que cambiar las cosas para evitar ese grave peligro.

Hace unos días ví un programa en la tele, 59 segundos, que trató este y otros temas. Estuvo bastante bien, y las opiniones de los contertulios eran muy interesantes. La única pega es que empezó a las 12 de la noche. Una hora muy apropiada para que lo vean los trabajadores, las madres de familia y los adolescentes que tienen que madrugar para ir a clase. Nuestra tele, que es así. Pero bueno, como dice el chiste, de las humedades hablaremos otro día.

Hola Victoria,
la verdad es que no entiendo la postura ni de unos ni de otrso, la de los islamistas, no me extraña en absoluto, ellos siempre se defienden a sangre y fuego, y...¿les parece mal que digan que así lo hacen?.
Son autenticos fanaticos, ellos se creen en posesión de la verdad absoluta y por desgracia los demás, les damos la razón, cuándo permitimos que se instalen en nuestro terreno, eso solo sirve para lo que tú bien dices, otra guerra mundial, que también estoy segura llegará.
La postura de la Iglesia, despues de haber metido la pata, me parece de lo más tonto, hay que defenderse si, pero no someterse a ellos, si no entienden que aprendan y dejemoslos en su sitio, que no se pasen un pelo, vamos, es mi forma de verlo, puedo estar equivocada.

Un cariñoso abrazo
Ana

Vivimos en época de las sinrazón . Parece que la mayoria se ha vuelto idiota , al menos los dirigentes , sean cuales sean , asi nos tratan y así actuan . Que pena de mundo !!! Tantas necesides y hambre que en estan pasando la mayoria. Solo hay egoismo , lujuria , y ambición de poder .

Esto és lo que demuestran.........Que pena!!!

Saludos sinceros.

Isaines

Bueno. Yo no creo que el Papa haya metido la pata. El Papa dijo una verdad como un piano y nadie tiene que rasgarse las vestiduras por ello.

También estamos hartos de decir los cristianos que la Inquisición, no española, sino europea, fue una verdadera atrocidad, y no se declaran guerras santas ni se condena a muerte a nadie.

Si repasasemos algo más la historia nos dariamos cuenta de que lo que dijo el Papa fue una minucia en compración a lo que ha sucedido a lo largo de los siglos. Los musulmanes estuvieron los ocho siglos que duró nuestra reconquista intentando destruir y conquistar al imperio romano de oriente, también llamado bizantino. Y cuando conseguimos expulsar al último musulman de España, consiguieron conquistar Bizancio y su imperio. Conquistaron toda la peninsula balcánica, y llegaron muchas veces a cercar a la misma Viena. Nunca han cejado en su empeño de conquistar Europa, y si no lo hicieron y ahora mismo no somos musulmanes todos los europeos , fue gracias a la victoria en la batalla naval de Lepanto, siendo rey de España Felipe II. Ese del que hablan tan mal los ingleses.

Este inmenso imperio turco, al que se podía enfrentar solamente el español, no fue destruído hasta la primera guerra europea, a principios del siglo XX. De él surgieron naciones mayoritariamente cristianas, como Grecia, Rumanía, Bulgaria, la antigua Yugoslavia, Albania y Chipre, y otras musulmanas, como Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Irán, todo el norte de Africa menos Marruecos, y la actual Turquía. Y eso no lo pueden tolerar ellos y menos aún al nuevo estado de Israel.

No metió la pata el Papa, no, cuando dijo que el Islam se había implantado siempre mediante la Guerra Santa. Eso es historia contrastada e incontrovertible.

Antonio

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Paz y Amor para todos

Antonio

Acabo de leer el mensaje de Antonio y me ha entrado el "gusanillo" para dar mi opinion personal en este tema.
Antonio da una explicacion de cómo a través de la historia el Cristianismo y el Islam han estado siempre enfrentados, teniendo por objeto oxtender sus respectivas creencias religiosas, creadoras de culturas y civilizaciones distintas, por la mayor porción de territorio en la geografía universal. Carlos I , sobre todo, y Felipe II crearon el gran imperio español del siglo XVI llevando como bandera el Cristianismo. Es cierto que Felipe II mandó su escuadra a luchar contra los turcos cuando el Islam intentaba extenderse por Europa y debió ser tanta la importancia de la defensa de la fe cristiana en aquellos tiempos que hace comprensible el Tribunal de la Inquisición que castigaba a los herejes. Por su parte, los moros hacían lo mismo y so defensa de Mahoma, su doctrina y sus costumbre, su fanatismo era igual o aun mayor. Y yo me pregunto ¿que es lo que hay en el transfondo de todas las religiones? ¿no será un desmedido afán de hacerse con el control y el poder del mundo?, o dicho de otro modo ¿no será que cada una de las civilizaciones enfrentadas siente horror ante el miedo de ser invadida por la otra?
Ratzinger, gran teólogo, hombre cultísimo y encargado de la defensa de la fe cristiana en vida del Papa anterior, ha querido dar a entender en su famoso discurso en la universidad de Ratisbona que la fe debe ser acorde con comportamientos razonables y que lo que no es lógico ni razonable es defender las ideas religiosas con el uso de las armas y el terror, para lo cual hizo una cita del emperador bizantino Miguel II Paleólogo que decía que eso es lo que hacían los musulmanes. Ratzinger -segun mi parecer- apercibe que en occidente, a medida que la cultura es superior, la sociedad se muestra mas flexible en esto de la religión, mientras que en el mundo musulman, aunque hay árabes moderados que interpretan El Coran en sus justos términos, cada vez abundan mas los fanáticos capaces de las mas terribles acciones, guiados, para colmo de males, por su director Bib-Laden. Lo que no se esperaba Ratzinger es que ante su demanda de diálogo civilizado, los de siempre, o sea los bárbaros, fueran a responder como lo que son. Ha sido la gran ingenuidad de un gran hombre inteligente.
En teología se habla de un mundo, el nuestro, en el que actúan las dos grandes fuerzas sobrenaturales del bien y del mal que influyen sobre toda la naturaleza, incluido el hombre. Los teólogos creen que ante Dios, antes de que el mundo fuera, un angel poderosísimo se sublevó: el Diablo. Dios y el Diablo representan, pues, el enfrentamiento que hemos de sufrir hasta que el mundo acabe.
Esperemos y confiemos que no nos cojan en vida guerras ni catástrofes de las que se intuye habrán de venir.
De todas formas, ante lo poco que han servido las religiones para la paz del mundo, yo me declaro agnóstico y confieso que no comprendo nada de esto.
carlos-gr

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la felicidad puede ser la resultante de la verdadera concordia entre nuestra fortuna y nuestra forma de vivir