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Has visto el sol?
Lo ví por última vez cuando en un largo y hermoso atardecer se desmayó sobre el mar. Parecía cansado …
Piensa el Rey de esta región del mundo que el sol desapareció para siempre. Desde hace unos días no lo hemos vuelto a ver, nadie lo ha visto.
Se perdió el sol …
Yo pienso que el sol se escondió en algún lugar fresco y hermoso para descansar un poco. Es sol se tomó unas vacaciones, es natural, lleva siglos y siglos dándonos luz, brindandonos calor, regalándonos millones de amaneceres y ocasos, debe sentirse abatido.
Pienso que el sol quiere que lo extrañemos un poco, anhela comprobar que tán necesaria y querida es su presencia.
El sol no se perdió … yo lo sé.
He caminado todos los rincones de nuestro reino en busca del sol pero aún no lo encuentro, mas no me doy por vencida. Seguiré buscando la esfera de luz.
Has visto el sol?
Subí la montaña más alta, navegué ríos y mares, exploré los bosques y las selvas gritando su nombre a los cuatro vientos, pero sigue nublado, el tiempo cada vez más frio.
Las flores se han marchitado, los animales confunden la noche con el día, los pobladores están tristes porque la vida no es vida sin el rey sol.
Los animales, las plantas, las flores y las personas se han sumido a un profundo sueño.
Tenía que encontrar el sol … era mi misión.
Una luciérnaga que había sobrevivido el mal tiempo se prestó de luz para iluminarme el camino sobre los campos de nieve. Su trémula luz casi se apaga por las corrientes heladas.
Llegué hasta el fin del mundo, donde terminaban todas las fronteras y no existían más reinos.
No encontré al sol. Estuve a punto de llorar, pero decide seguir buscándolo. Descubrí una hermosa mariposa que seguí con mi lamparita de luciérnaga hasta llegar al otro extremo del reino.
Adivina qué?
Sí, lo encontré! La mariposa me llevo al sol!
Encontre al sol!
Lo encontramos!
El sol estaba de vacaciones, disfrutando a sus anchas, muy orondo y tranquilo.
Sol! Necesitas regresar inmediatamente a nuestro reino! –le grité. Si no regresas ahora mismo cesará la vida! Vamos, no hay tiempo que perder …! – le ordené con la mariposa y la luciérnaga.
Como el sol no reaccionara ni se moviera de su lugar, me dí cuenta de que había olvidado decirle lo más importante.
Sol, mi querido sol: te extrañamos tanto! Nos haces tanta falta …! –le dije con cariño. –No te imaginas lo mucho que te queremos todos …
Entonces el sol se movió, feliz de escuchar las palabras que tánto anhelaba.
El sol y yo llegamos juntos a encender de luz y calor un nuevo día. Todos despertaron del largo sueño. Las flores abrieron sus petalos y los pajaritos empezaron a cantar.
Viva el sol! –gritaron todos. –Viva el sol!
El rey declaró en su honor ‘El dia del Sol’, todos los pobladores se unieron para darle las gracias y celebrar con alegria sus rayos de luz y calor.
Nunca más se perdió el sol …
Desconozco el autor
Saludos
Magdalena
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