Creo que el cerebro, en la maquina animal que es el hombre, constituye hasta ahora el mas alto grado de la evolución sobre la tierra, que, a su vez, no es mas que una infinitésima parte de la evolución universal. El cerebro dota al hombre de la cualidad de pensar. La lógica que se deriva del pensamiento hace creer en la existencia de un poder eterno, creador, mantenedor y regidor del universo, que lleva todo lo creado, incluido el hombre, hacia un fin ultimo, mediante la evolución en que está inmersa toda su obra. Lo contrario sería afirmar que la materia ha salido por sí misma de la nada. Y de la nada no puede salir nada si alguien o algo no ha sido capaz de crear la materia con la magnitud de su poder. Pero creo que el hombre se excede cuando afirma estar hecho a imagen y semejanza del creador por su cualidad de pensar. A ese gran poder creador podemos llamarle Dios, Alá, Yavé, Buda, etc., con toda la parafernalia de cada religión. Pero esto ya es otra cuestión, mas humana, que corresponde a la creencia particular de cada persona según la cultura y el lugar de la tierra donde haya nacido o se haya educado.
Fuera de la evidencia lógica de la existencia del creador que en nuestra cultura occidental llamamos Dios, todo es una pura especulación. Los designios de Dios para con su obra son insondables. Si existe vida despues de la muerte sólo el creador puede saberlo. Todas las religiones coinciden, sin embargo, en un hecho transcendental, cual es la inmortalidad del espíritu del hombre que se perpetúa a través de un destino diferente según cada religión. ¿Se reencarna el espíritu en otro ser o aguarda a la resurrección de la carne para unirse de nuevo a ella y permanecer por siempre en la eternidad? ... Si mi vida termina al morir, en poco me diferenciaría de una planta cualquiera y hubieran sido inútiles mis dichas y mis pesares, mis esfuerzos, mis logros, mis congojas, mis fracasos, mis angustias mis anhelos y mis alegrias.... Prefiero vivir con la esperanza de hallarme alguna vez en un mundo mejor y mas justo que en el que hoy me toca estar.
Avidad
_________________ la felicidad puede ser la resultante de la verdadera concordia entre nuestra fortuna y nuestra forma de vivir
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