PASA EL TIEMPO

 

 

 

 

 

 

 



El tiempo pasa raudo y tan fugaz
que no apreciamos su veloz transcurso.
Solo al mirar atrás se ve el discurso
de ese desconocido tan voraz.

Ayer mismo aquel hijo fue un rapaz
carente por sí sólo del recurso
para desenvolverse en el concurso
de una engañosa vida harto falaz.

Llevo marcada en mi memoria a fuego
esa mirada de inocencia pura
que me lanzaba en medio de su juego.

Mas el tiempo pasó con tal premura
que al ser hombre ya busca su despego,
feliz e independiente en su andadura.

Pero aquella ternura
con un duro troquel llevo grabada,
pues fue la recompensa de mi amada.

 

© Antonio Pardal Rivas

2-06-07

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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