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¡Alegres
de Tarifa las mañanas
surcadas por los céfiros alados
nacidos en cantales ayodados,
que besan suavemente tus ventanas!
¡Alegres las hermosas filigranas
que esconden tras tus mares azulados
espejos y celajes plateados,
que guardan las montañas africanas!
¡Es tanta la alegría que se siente
oculta en la belleza de tus pinos,
que el cielo se vislumbra y se presiente!
¡Ay playas de arenales blanquecinos
bañados por tu sol en el naciente
albor de tornasoles matutinos!.
©
Antonio Pardal Rivas
02-04-07
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