
Hastiado de llorar estoy cruzando
mil páramos. Un eco que me aterra
espárcese a lo largo de la tierra
y lento la ilusión me va robando.
Asciendo hasta las cumbres caminando
en busca de la paz. Mas en la sierra
me cubre la impresión de que alguien yerra
al ver a la rapaz merodeando.
Secóse ya la adelfa en la ribera.
La alondra abandonó su bello trino
y el cesped no enverdece la pradera.
La tierra se recubre por espino
que clávase en la carne. Y reverbera
el aullido del lobo en el camino.
©
Antonio
Pardal Rivas
18-01-07
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