LA PARTIDA

 

 

 

 

 

Llegada ya es la hora en que, pausada,
la rosa del jardín se va mustiando,
y falta de su savia, va dejando
sus pétalos caer en la enramada.

Entrado ya es el tiempo en que, cansada,
el alma, lentamente caminando
por trágico sendero, va evocando
jirones de una vida ya pasada.

Comprende que jamás verá otra aurora,
pues llega ya, fatal, la despedida,
marcada en el reloj que da la hora.

La surca alguna lágrima perdida,
pensando en aquel tiempo que aún añora,
en tanto se aproxima la partida.


© Antonio Pardal Rivas.

11-01-07


 

 

 

 

 

 

 

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