|

Este
soneto está inspirado en la leyende céltica de Tristán
e Isolda, en la que se basó una famosa opera de Wagner. Tristán
es la Luna, que en el idioma celta era masculino. Isolda o Iseo, como
también se llama, era el sol, que en ese idioma era femenino.
Isolda iba a casarse con el Rey Markos, tio de Tristán. Una amiga
le preparó a Isolda un bebedizo para entregarselo a Markos, pues
quien lo bebiese quedaría enamorado con locura de ella. Pero por
error, lo bebió Tristán, y aunque Isolda se casó
con Markos, Tristán, bajo el influjo del bebedizo consiguió
enamorarla, con lo que sobrino y esposa traicionaron, con su inmenso amor,
a Markos.
Cuando este se enteró, los mató a ambos, a pesar de que
eran los seres que más quería.
El Soneto es el primero que escribo con ritmo sáfico, que es el
más dificil. Los acentos van en 4ª y 8ª sílabas
y no encajan en el idioma castellano. Era mi gran desafío escribir
al menos uno, y he procurado hacerle frente.
Bello Tristán que por la noche vives
con el brillante resplandor de Iseo,
oculta siempre cual falaz trofeo
la hermosa luz que de su amor recibes.
Es tan intenso el resplandor que exhibes
cuando reflejas esa luz que veo,
que enardecido por tu gran deseo
nunca al gozarla la pasión inhibes.
Pero silencia tu traición a Marko.
Que él nunca sepa que contigo yace
su dulce esposa, a la que siempre quiso.
Pues puede ser que con certero arco
os lance un dardo cuando el Sol renace,
que os atraviese el corazón, preciso.
©
Antonio
Pardal Rivas.
07-01-07
|
VOLVER
|