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¿Donde quedaron aquellos jardines
cuya frescura sentimos unidos,
mientras mirabamos cielos floridos
bajo la brisa de alados confines?
¿Donde quedó el aroma a jazmines
que perfumaba los besos perdidos
de nuestros labios de niños unidos
con la inocencia y amor de alevines?
¡Tiempos felices que raudos pasaron,
y que legaron tan solo añoranzas,
reminiscencias de amores lejanos!
Lloran los ojos al ver que dejaron
dulces vivencias de antiguas semblanzas,
que con dolor recordamos ancianos.
©
Antonio
Pardal Rivas
09-diciembre-2006
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