
Hoy quisiera cantar la más triste elegía
que arrancase de mi alma esta inmensa tristeza
sufrida al contemplar a la naturaleza
deshecha por el hombre, con saña, día a día.
Hoy quisiera escribir una hermosa poesía
soñando en otro mundo plagado de belleza
en que se respetase con gran delicadeza
a este inmenso vergel de paz y de armonía.
Hoy lloro tristemente pensando en esta tierra,
en la que el hambre reina unida a la abundancia,
y el hombre, en su soberbia, todo lo contamina.
Hoy pido al Ser Supremo que acabe con la guerra.
Que nos dé las virtudes de amor y tolerancia,
y llene nuestras almas de su bondad divina.
©
Antonio Pardal Rivas
16-noviembre-2006
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