AMOR SUBLIME

 

 

 

 

 

 

 

¿Y tú me preguntas que es amor?

El amor es motor del Universo.
El amor es mandato de los genes que dan vida a lo creado.
El amor es deseo irreflenable de fundirse con un beso.

Y en su forma más sublime,
es aquel que el crisol de lo viviente ya ha logrado.

El amor es explosión de sexo ingente
que renace, cada año, en primavera.

Es un ansia indefinible de ser dos en uno solo.
Es locura, es desvarío, es pasión, es arrebato.

Su enemigo más feroz es el vacuo celibato.

Es sentir un sinvivir, desazón o impulso ciego
que recorre nuestro cuerpo cual orgía
de los genes que se entregan a una fiesta
empujados por las leyes de la austera biología.

El amor no tiene edad.

Aunque surja en los humanos su potencia,
con derroche infinito de alegría,
llegada la pubertad.

Los efectos de esta fuerza tan grandiosa
imprengnan la juventud,
alientan la madurez,
y alimentan la vejez.

Pero el más sublime amor.
El poético, tal vez,
es aquel de quién se une eternamente
con la vida de otro ser.

Es entonces cuando surge el más grande amor humano.
El que ya se realizó en su cósmica pujanza...
El que solo se mantiene de una sutil remembranza...

La ternura que persiste en dos ancianos...

 

© Antonio Pardal Rivas

Abril de 2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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