Suenas entre mis dedos
cuando paso a tu reverso
a seguir desnudando mi alma.
Antes, en tu anverso,
con mi lápiz amigo
y el sentir del pensamiento
he ido desgranando en versos
mis vivencias compañeras.
Todas juntas han formado
lo que fuí y lo que soy,
sin ambigüedad ni duda.
Así quedaba al descubierto
sin haber dejado nada atrás.
Por eso, ahora, blanco reverso,
me encuentro huérfano de motivos
y tengo que dejarte inmaculado,
preparado para seguir incansable
plasmando venideros caminos
hasta llegar a completar
otro folio más; otra etapa.
Emilio García del Nido.
23-Agosto-2.007.