PERDÓN SI TE HICE DAÑO

 




Me enteré que me amabas cuando ya era tarde.
Yo, apenas un niño, no supe advertirlo,
y tú, también una niña, guardaste silencio.
Sufriste por dentro deglutiendo tu orgullo
tal vez por vergüenza; tal vez por temor
a que tu amor no fuera correspondido,
y yo, ignorante, te quise como una amiga.

Perdóname si mientras jugábamos
reías por fuera y llorabas por dentro.
Perdóname que sin quererlo, te hacía daño.
Al paso del tiempo y del desengaño
buscaste el amor por otros caminos
al ver que yo encontré otro distinto.
Te pido perdón y me alegro en el alma
si a pesar de todo has conseguido ser feliz.





Emilio García del Nido.
2-agosto-2.007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER