MUSA, NO ME ABANDONES

 




Me siento en un tono bajo:
me quedo sin argumentos.
Como si soplara el viento
de mí se me van borrando.
Cuando me pongo a cantar
no tengo como empezar
y me adormezco intentando;
mi verso se va apagando
sin poderlo remediar.

Yo quiero una solución
para éste enmarañamiento
y que vuelva al pensamiento
la nota de mi canción.
Que la musa que me inspira
vuelva con su entonación,
que la necesito yo
como aire que se respira.

Y la musa inspiradora
se llama Carmen Trujillo,
y aquí estoy como un chiquillo
esperando a todas horas
de su sonrisa sonora
que siga con su estribillo.

Te quiero Carmen, lo sabes,
para mí más que una amiga,
por eso quiero que sigas
inspirando mis cantares,
que haré versos a millares
cuando al fin ya lo consiga.



Emilio García del Nido.
31-julio-2.007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER