La sombra de la vida se proyecta 
        sobre el umbral del tiempo perdurable, 
        no puedes eludir, es inmutable, 
        a veces una herida que se infecta. 
        
        Buscando ese camino en linea recta 
        encuentras un recodo inmemorable 
        donde sopla el gran viento inolvidable 
        sin ver que desemboca en via abyecta. 
Imposible volver, dar marcha atrás, 
el dedo del destino no te deja, 
mas sigues esperando en "un quizás". 
Y el recuento final, que nunca ceja, 
alumbra con su luz en un jamás 
de cambiar un pasado que te veja... 
  
  
  
        
        Sofía Martinez-Avellaneda 
          26 de octubre de 2007.