No la busquéis ya más, yace durmiendo
soñando con un pájaro remoto
de plumas azuladas y que ignoto
vió sobre el ancho mar amaneciendo.
El alba de rosados fue tiñendo,
afloró una ternura ya sin coto
queriendo convertirse en flor de loto
y ser presa del ave, renaciendo.
Todo fue fantasía de su mente,
el pájaro vulgar, nada tenía.
Pero muy poco a poco, mansamente
se apartó de su vida la alegría.
Y decidió dormir..., muy quedamente
dormida se quedó en su alegoría...
Sofía Martinez-Avellaneda
6 de febrero de 2007