CAMINANTE

 

 

 

 



Caminante, pasaste por mi puerta
y te abrí las cancelas.
Todo resplandeció
y esa noche brillaron las estrellas.

Ahora todo es oscuro
y reinan las tinieblas.
Con las puertas cerradas,
de cerrojos cubiertas
me refugió tras ellas,
sin querer saber nada
de cielos ni de estrellas.

Caminante, marchaste sin audiencia
mientras yo te pensaba
con un amor sin tregua.
Todo quedó en silencio
aquella noche negra...




Sofía Martinez-Avellaneda
1 de febrero de 2008.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER