TÚ TU VIDA Y YO LA MÍA
Tú tu vida y yo la mía
y así los dos tan contentos,
porque de vivirla juntos
se nos pasó ya el momento.
Por mucho que a mí me duela,
aunque conserve el recuerdo,
nuestros trenes se cruzaron
pero ahora están muy lejos.
Y pudiera hasta ocurrir,
si llegáramos a vernos,
que nos quedáramos mudos
o que hablásemos del tiempo.
Porque apenas en común
entre los dos ya tenemos;
olvidamos nuestro amor,
nuestras caricias y besos.
Mas no me puedo olvidar,
¡es que a olvidarlo me niego!,
de que un día fuiste mía;
de que fui tu humilde siervo.
Francisco Escobar Bravo
8 de junio de 2007