EL FUMADOR QUE OLVIDÓ EL MECHERO


Si fumas y te olvidas del mechero
mal llevas el asunto de la lumbre;
de poco te ha servido la costumbre
de verte los bolsillos lo primero.

Tendrás que suplicar, cual limosnero,
que pase un fumador y que te alumbre.
Con esta nueva moda, incertidumbre;
pues piensan que el fumar acto es grosero.

Ya empiezas con el mono y con la mona,
el ansia de fumar es invencible.
¡Por Dios! ¿Es que no pasa una persona

que sea fumadora? ¡Incomprensible!
¡Maldita la ministra lagartona
que dijo que fumar era punible!

Insano... Sí es posible.
Que mata sin dudar, mas no deprisa;
y tengo yo en morirme poca prisa.


Francisco Escobar Bravo
3 de junio de 2007

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