EL DIVINO CAUTIVO
Ya son muchos los años que a Tu paso,
- ¡oh, Divino Cautivo!, prisionero
del romano orgulloso y altanero -,
mis rodillas se doblan; y es el caso
que en el cenit de ayer y hoy triste ocaso
he soñado, y te juro ser sincero,
que a Tu lado marchaba; compañero
de tu pena, tu gloria y tu fracaso.
El cincel de un artista de Valencia
fiel logró retratar en su escultura
Tu Grandeza, Tu Amor y Tu Paciencia,
reflejando en Tu rostro gran ternura.
De Benlliure la talla, en mi inocencia
contemplé con fervor y éste aún perdura.
¡Oh, Divina Figura
de Jesús maniatado en Jueves Santo!
En mis ojos, al verla, brota el llanto.
Francisco Escobar Bravo
4 de abril de 2007