A UN TONTO DE CAPIROTE

 

A un tonto de capirote
le pusieron cornamenta
y el pobre, como es un zote,
no se dio la menor cuenta.

- ¡Mira! -, la falsa decía,
- ¡Ése tal me ha mancillado!
Yo tan sólo, al primer día,
mostré el pecho con agrado.

¡Fíjate qué tontería!
¿Qué se creyó el muy menguado?
Mucho calor es que hacía,
no sé que se habrá pensado.
-.

Y el tonto, como al capote
entra al novillo en la tienta,
en vez de darle un azote
la creyó sin hacer cuenta.

Desde entonces, como un Mihura,
luce cuernos en la frente;
mas dice que no se apura,
que es feliz si lo consiente.

Así no se desespera
y prosigue su camino.
¡Los hay que están en la higuera!
¡Los hay que tienen un sino..!

Ya sé que este ripio es copia
de lo que dice en Don Mendo.
Mas él, como está en la inopia,
no se entera ni queriendo.



Francisco Escobar Bravo
19 de mayo de 2008

VOLVER