DE DOS AMIGOS ME PRECIO

 

De dos amigos me precio
y por ellos lo que sea.
El uno nació en Granada;
de Murcia, el otro, en la huerta.
Donde tenga que batirme,
si es que necesario fuera,
por ambos con gusto haría
tengan razón o no tengan.
Y si además la tuvieren,
con más bríos y más fuerza.
A tal me impulsa mi sangre,
castellana y extremeña.
Quien se crea que alardeo
se equivoca si así piensa,
que nunca reté yo en vano
pues no me gusta la gresca.
Mas la amistad de estos hombres,
- cura aquél, éste poeta -,
se merece sin dudarlo
de mi honor que la defienda.
Y quien dude de mi escrito
causándome está una ofensa.
Tal cosa es muy peligrosa,
piense bien a qué se arriesga.
Pues les hablé de una sangre
que fue vertida en mil gestas:
Venció al moro, triunfó en Flandes,
en Nápoles y en América.
Es raza como no ha habido
sobre la faz de la Tierra.
Si no, que se lo pregunten
a las Águilas francesas.
Que un Dos de Mayo, en la calle,
aplastó a su soldadesca;
la victoriosa en Marengo,
la que triunfara en mil guerras.
De esta forma aquí yo planto
un cartel que, claro, reza:
- ¡Defiendo yo a mis amigos
con la razón o sin ella
! –
Quien diga que soy tozudo
es muy seguro que acierta,
que aun aragonés no siendo
es fácil que lo parezca.
Siendo sabio, rectifico
mis errores; mas no tiemblan
ni mi pluma ni mis manos
al defender mis ideas.
Y es que repito, de nuevo:
Circulando por mis venas
va la sangre del Quijote,
Viriato y Santa Teresa.




Francisco Escobar Bravo
11 de abril de 2008

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