LA LLAMADA
Ansioso el corazón, tiemblo en la espera
soñando con que suene tu llamada.
Ya tardas demasiado y desespera
el alma que te aguarda enamorada.
Sonó por fin ya el timbre y he escuchado
tu voz llena de encanto y primorosa
cruzando todo el mar, de lado a lado,
salvando la distancia presurosa.
Tranquila queda el alma en un instante.
Bastó con escuchar la melodía
que emite tu garganta palpitante
diciendo dos palabras: - ¡Vida mía! -.
Ya pronto has de venir y aquí te espero
con ansias, con afán y pasión loca.
¡No tardes en llegar! ¡Tu caballero
desea con ardor besar tu boca!
Francisco Escobar Bravo
30 de enero de 2008