Fue que llegaste
con un latir de pasiones,
y el corazón en tus manos peones,
daban temblores sin paz que acuñaste.
Allí parada con miedo, me untaste
de esa mirada tan bella en perdones,
y entre la luz de efusiones.
¡Tú me abrazaste!
Con la ternura de quien da la vida,
y en dulce beso bien dado
al alma abierta, que es donde no olvida
el sentimiento aflorado.
¡Hoy te recuerdo Mujer Bendecida!
¡Gracias por ser bien amado!
XVI - II - MMVIII
A Ti... Mi Cielo
En el día del encuentro donde todo era de manojos,
se vistieron de ti.. esos bellos instantes en mis ojos,
tanto.. que fue una Gracia besar esos labios rojos...
Juan José
15-febrero-2008